El lingüista publica un volumen que recoge más de 5.200 voces del aragonés usadas en la ciudad de Huesca y alrededores
HUESCA.- "Se puede decir que sí", que el aragonés se
conserva en la ciudad de Huesca, si se tiene en cuenta que "se conservan
5.250 voces, perfectamente documentadas", explica Francho Nagore, profesor
del Departamento de Literatura General e Hispánica de la Universidad de Zaragoza,
que acaba de publicar O charrar d"a chen de Uesca.
Un volumen diccionario que hace un registro documental del uso del aragonés
en la capital oscense y en la "redolada", recogiendo léxico tanto
de la expresión oral como escrita entre 1979 y 2019. "Los escritores
populares se ve que emplean un aragonés más o menos castellanizado pero
sí se conserva residualmente. Lo que se pretende el libro es recuperar todo
ese léxico típico del aragonés tradicional que se ha hablado
siempre en Huesca y que se está perdiendo", añade Nagore.
Para la elaboración de este diccionario Nagore ha prestado atención a
todo lo que ha escuchado, visto y documentado de obras escritas por oscenses, "lo
he recopilado de forma sistemática y además con multitud de ejemplos",
explica.
Entre esos ejemplos documentales hay usos del habla viva y la escrita; voces
empleadas en carteles en comercios de alimentación tradicional, anunciando
por ejemplo que "hay minglanas", pintadas o léxico utilizado en sus
obras por Luis López Allué, Enrique Capella, Pedro Lafuente y también
en las de Rafael Andolz, Ignacio Almudévar y Ramón Gil Novales, entre
otros. Autores en los que Nagore ha trabajado intensamente los últimos años
para extraer el vocabulario de sus obras. "También he utilizado DIARIO
DEL ALTOARAGÓN, sobre todo desde finales de los noventa hasta 2019",
añade, fijándose en cartas de los lectores y artículos de diferentes
géneros.
Esta documentación exhaustiva, según el autor, tiene el propósito
más práctico de "ver varias acepciones de una misma palabra",
además de ser un "testimonio de uso, una prueba de que efectivamente se
utilizan".
Han sido más de 30 años en los que Nagore ha ido completando una base
de datos inicial de unos 2.000 registros. "Ese fue el inicio del diccionario",
y se ha ayudado, entre otros materiales, de un folleto editado por el Consejo de
la Lengua Aragonesa en 2011, que recogió 300 voces, o un trabajo de recopilación
realizado por Arturo Lacasa Oliván, otras 300. "También me sirvió
mucho el libro No eres de Huesca si no...., del que salieron cantidad de voces
, y esto ya no es literatura más o menos costumbrista, es lo que la gente de
Huesca emplea". En la parte final recoge vocabulario también castellanoaragonés,
"lo he querido hacer porque de esta manera tiene un uso más amplio".
De menor extensión y sin ejemplos, se encuentran voces de forma semántica
más extensa (hiperónimo). "Es un uso práctico que a la gente
le puede ser útil no solo para recordar cosas sino para intentar recuperar
el uso de muchas palabras o para leer a autores locales".
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