Inmobiliarias altoaragonesas detectan que el confinamiento ha despertado el deseo de adquirir una casa en un núcleo, como segunda residencia , pero no ven un éxodo al medio rural
ELENA PUÉRTOLAS PUÉRTOLAS 23/05/2020
No sabe si será el aburrimiento de estos días de confinamiento por la
crisis del coronavirus o si realmente se materializará en compraventas, pero
las peticiones de información y el interés demostrado por clientes
para comprar una casa con terreno en el Pirineo han aumentado, según explica
José María Carraz, de la inmobiliaria Iberkasa, en Aínsa. Hasta ahora
la mayoría buscaban apartamentos en la montaña y ahora quieren casas
con terrenos. Pero hay algo que no ha cambiado con esta pandemia, y es que la
búsqueda sigue siendo para segunda residencia. El sueño de tener una
casa en el Pirineo se ha despertado más, pero el posible éxodo de las
grandes ciudades al medio rural del que se habla en esta provincia no se ve.
"Han aumentado los compradores que buscan casa con jardín o con terraza.
El confinamiento ha valido para que la gente que vive en un pequeño apartamento
se agobie y vea que quien tiene jardín o terraza se siente más liberado",
señala Francisco Marcelino, de Fincas Jaca. "Realmente compra el mismo
que quería hacerlo hace tres meses, pero sin cambiar sus preferencias ni su
presupuesto, le da más importancia al jardín o la terraza, aunque siempre
ha sido una ventaja", recalca.
Sin embargo, la demanda en pueblos aislados solo ha subido "ligeramente".
"Vendo en Jaca y en la comarca y si alguien tiene el trabajo allí,
va ser difícil que vaya a otro sitio. Otra cosa será la segunda residencia,
que está por ver", señala Francisco Marcelino, que apunta que
la respuesta igual la tiene en tres o cuatro meses porque ahora es pronto, ya que
además su sector no reabrió hasta el 11 de mayo y solo pueden hacer
visitas con clientes de la provincia. Con el resto, no podrán hasta el
25 de junio, que se permitirán los desplazamientos interprovinciales.
"Afortunadamente ya estamos haciendo muchas visitas y todas con gente de la
provincia, la mayoría de Jaca que buscan primera residencia como lo hacían
hace dos meses", señala. Además, está retomando las ventas
que tenía cerradas antes del
decreto del estado de alarma, solo que en algunos casos la firma de la escrituración
se retrasa porque el vendedor, el comprador o a veces ambos, están fuera de
la provincia de Huesca. "No se han echado atrás porque es gente que
ya dispone de 100.000 euros para comprar una propiedad", indica.
¿Y por esa cantidad se puede comprar un apartamento? Incluso una casa en pequeños
pueblos, responde. Ahora, en Santa Engracia de Jaca tiene una casa a la venta
por 35.000 euros, de 637 metros cuadrados. Por el momento, tampoco ha habido
un aumento de la oferta. "Es todo muy prematuro por lo que el comportamiento,
como el de los precios, no se sabrá hasta dentro de cuatro o cinco meses",
indica. Con todo, lo que espera es una caída de las ventas de aquí a fin
de año pero también una "recuperación rápida" al inicio
del siguiente. "Todo dependerá de cómo vaya la crisis sanitaria, porque
si todo va normal, baja el número de muertos, la gente saldrá y se retomará
la normalidad", comenta. "Tenemos una crisis sanitaria por delante fuerte,
pero de esto saldremos con un pequeño agujero en el bolsillo que coseremos
enseguida", asegura convencido Francisco Marcelino.
CASA MEJOR QUE UN SOLAR
"Antes demandaban más apartamentos, pero ahora una casa con jardín
para no tener vecinos", comenta José María Carraz sobre
las consultas que recibe en su inmobiliaria de Aínsa, Iberkasa. Pero, también
apunta que la gente prefiere que esté construida porque, como viven lejos,
no pueden estar pendientes de la obra y, además, controlan más el precio
final. Según indica, para una casa necesitas al menos 200.000 euros,
mientras que por mucho menos puedes encontrar algo pequeño de segunda mano.
Con todo, en Sobrarbe, especialmente, y Ribagorza, que es donde se ubica su producto,
"el mercado inmobiliario es muy complejo", señala, porque no hay promociones,
no es fácil encontrar suelo para urbanizar, ni encontrar una casa que
esté bien, cerca de un pueblo grande, con servicios y a un precio razonable.
"Lo que está claro es que se ha recuperado esa ilusión por tener
una casa en el pueblo. Pero ya no pasa como hace unos años, que invertían
más dinero en la segunda residencia, donde igual se gastaban 300.000 euros,
mientras vivían en un piso pequeño en Barcelona o Zaragoza. Ahora, preguntan
por las casas baratas", asegura. Ahora, además de los lugares citados,
hay peticiones desde Valencia y Madrid.
"Empezamos a visitar los chalés que tenemos en Siétamo o en Tierz,
pero no es lo que venden en los telediarios de que todos buscan pueblo. Aquí,
por el momento, no se está dando. Puede que sea un producto que a medio plazo
o a futuro se busque más, pero si no hay una necesidad imperiosa, las decisiones
de compra están paradas, y es comprensible, hasta que la situación
no se clarifique", indica Javier Caudillo Sarasa, de Pirineos Casa. Por
ahora, "el mercado está muy parado. Hasta septiembre u octubre esto
no se espabilará. Estamos cerrando las operaciones que dejamos abiertas en
marzo", indica.
Tampoco, asegura, va a haber una caída de precios como dicen, porque
no es lo mismo Huesca que Madrid o Barcelona, donde habían subido tanto que
"el mercado estaba muy caliente" y habían comenzado a bajar. "El
mercado inmobiliario es muy local. En Huesca, del 33 % que cayó hemos recuperado
13 o 14 puntos, pero no más. Estamos muy lejos de los niveles de 2007 o
2008, pero en las valoraciones de ahora no vamos a bajar los precios. Hoy por
hoy no veo un escenario de bajada de precios", indica Sarasa.
Además, está convencido de que "Huesca va a ser una ciudad que
va a sufrir menos por la estructura económica. Hay una base de funcionarios
que no va a sufrir nada y es una ciudad de servicios muy diversificada con grandes
proyectos en cartera, como el cuartel y Amazon, que son dos realidades que le van
a venir muy bien", indica. No obstante, cree que la oferta de vivienda nueva
sí que puede caer.
Con todo, asegura que en Huesca se venden más de 500 viviendas al año,
incluso en los años duros de la crisis. "Ahora estamos descolocados, pero
si descubren una vacuna, al día siguiente se nos habrá olvidado, aunque
esto ha sido una bofetada muy gorda", comenta.
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