Un grupo de jóvenes descendientes de Fanlo impulsó Quesos Bal de Broto en 2018, un obrador artesano a las puertas de Ordesa que genera empleo y ha asentado población
ELENA PUÉRTOLAS 20/06/2020
Todo comenzón cuando un grupo de jóvenes descendientes de Fanlo pensaron
en montar algún negocio en la zona para poder volver, trabajar en contacto
con la naturaleza y, además, fijar población. A ello se sumó el interés
de dos personas por el queso. El resultado: Quesos Bal de Broto, una marca
artesana cuyo obrador se ubica frente a los llanos de Planduviar, en el municipio
de Broto.
"Fue por ese ideal romántico de crear asentamientos en zonas que se están
abandonando y, sobre todo, en la tierra de tus ancestros, que tira mucho", comenta
Mercedes Vaz-Romero, gerente de Quesos Bal de Broto, que dejó Barcelona,
adonde marcharon sus padres y donde ha vivido casi toda su vida, para volver
hace una década a Fanlo, donde nació.
El primer queso se elaboró en febrero de 2018 y dos años después
no solo tiene "éxito" en el mercado sino que otras tres personas
más, que vivían en Pamplona y Zaragoza se han trasladado a la zona.
Objetivo cumplido. Óscar Palacio y Susana Español son dos de ellos.
Quesos Bal de Broto es una de las empresas vinculadas a la marca Reserva Biosfera
Ordesa-Viñamala, que certifica la sostenibilidad. Sus quesos se elaboran
de forma artesana con leche cruda de vaca del entorno. Aunque de momento no
tienen ganadería propia, forma parte de su proyecto de futuro. En la propia
quesería, paso obligado de los turistas que visitan el Parque Nacional de Ordesa,
hacen venta directa pero también tienen una red de ventas en las provincias
de Huesca y Zaragoza, fundamentalmente, en tiendas gourmet y en restaurantes
donde incluyen los quesos en sus cartas. En cuanto a la marca Reserva Biosfera Ordesa
Viñamala, "es un gran apoyo promocional. Es importante dar a conocer a
los productores de la zona y que las administraciones nos den ese respaldo en
el ámbito nacional e internacional para favorecer el crecimiento de la empresa",
apunta. Ahora, "estamos en proceso de expansión a nivel nacional",
comenta Mercedes Vaz-Romero, por lo que se están fijando en Madrid, el Levante,
Navarra y País Vasco.
Ya han sacado al mercado dos tipos de queso de pasta prensada con corteza
natural, el Miguel Guillén, y con corteza lavada, el José Pardina. Además,
hacen uno de pasta blanda llamado José Grillo. Los nombres son las inscripciones
que se conservan en las paredes de la antigua cárcel de Broto, adonde llegaban
presos por pequeños delitos de lindes o pastoreos y eran absueltos, comenta
Vaz-Romero. Por ello, "es un homenaje a los pastores". Ahora, han iniciado
una investigación para saber más de ellos.
Mercedes Vaz-Romero se muestra convencida de que este proyecto puede conseguir
el asentamiento de más población en el entorno. Sin embargo, asegura
que uno de los principales problemas ni siquiera es el trabajo, sino el acceso
a la vivienda. "Si queremos asentar población, se tienen que alquilar
pisos, vender terrenos o hacer apartamentos a precios razonables", indica. De
hecho, apunta que hay muchas profesiones que pueden desarrollarse desde pueblos
pequeños.
Por ello, cree que los propietarios podrían facilitar la llegada de nuevos
vecinos, porque hay casas o solares sin uso donde se podría asentar población.
También estima que las administraciones podrían adoptar medidas para aumentar
la oferta inmobiliaria en la zona. "La gente quiere venir a vivir a la naturaleza,
pero en todo este proceso de romanticismo ni puede alquilar ni comprar", indica.
"Nosotros somos privilegiados porque teníamos casas familiares", asegura.
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