El Colegio de Médicos reconoce el problema y lo achaca a una "deficiencia" de medios
HUESCA.- Usuarios de los centros de salud de la capital oscense han mostrado
su malestar por las dificultades con las que se topan a la hora de pedir cita
con su médico de cabecera. No siempre es así, pero en algunos casos
las llamadas quedan sin respuesta durante días debido a que nadie contesta
al otro lado del teléfono.
José María Borrel, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Huesca,
se muestra conocedor de las quejas de algunos pacientes "que pueden llamar diez
veces sin que nadie les conteste", pero aclara que esta situación no puede
achacarse a médicos o a enfermeros, sino a un fallo del sistema de citas
y al alto volumen de trabajo asistencial que sufren los centros de salud. "Tampoco
se puede echar la culpa al administrativo que está todo el día al teléfono,
si todo el mundo está llamando igual lo que hay es una deficiencia en este
sentido", advierte.
Actualmente, al igual que se hizo durante el estado de alarma, en los centros de
salud prima el modelo de atención telefónica, y solo en determinados
casos se opta por la consulta presencial, una vez que el paciente ha pasado
el filtro de su médico de cabecera que determina qué tipo de asistencia
requiere.
El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Huesca insiste en que los facultativos
no han pasado por alto ni a un solo usuario desde que se desató la pandemia.
"No hemos dejado de ver a pacientes en ningún momento, ni siquiera
en los días más duros del confinamiento, eso que lo tengan presente. Hay
más problema a la hora de contactar con el centro que de que los veamos, una
vez que ya les han cogido el teléfono", explica.
Se defiende así de algunas críticas de usuarios de centros de salud que
se quejan de la asistencia recibida. "Ni el médico ni el enfermero
se han escondido en el centro de salud, lo que pasa es que de entrada el sistema
de telecomunicación está resultando insuficiente. Estamos acabando
todos con las orejas echando humo. La culpa no es del médico, falla una infraestructura
que es incapaz de absorber la demanda telefónica que hay", expone.
En esta línea destaca que "en Atención Primaria no hemos dejado
de ver a pacientes de forma presencial en ningún momento. Ni el 13, ni
el 14, ni el 15 de marzo. Paciente que ha contactado con nosotros y no se le podía
resolver su problema por teléfono, si no se le ha podido hacer con una llamada
un diagnóstico, los hemos visto en consulta".
Respecto a Huesca capital considera que hay "mucha demanda, recursos limitados
y que si se han dado casos de falta de atención telefónica ha sido
porque el personal de admisión estaba contestando a otras llamadas". Así,
considera que la administración "igual tiene que plantearse que el sistema
actual se está quedando insuficiente", y advierte que el exterior de
los centros de salud se ha convertido en las nuevas salas de espera para frenar
posibles contagios y evitar aglomeraciones en el interior de los centros de salud.
"Llegará un día que lloverá o que empezará a hacer frío
y habrá que ver cómo resolvemos esa situación", considera.
Además, defiende que "la Atención Primaria, con las tremendas carencias
que hay, lo está haciendo muy bien, pero también digo que nadie piense
que la próxima oleada vamos a ser capaces de pararla. Los sanitarios estamos
muy quemados, bajo mínimos y en Sanidad no se ha invertido absolutamente
nada, con mayúsculas. Las carencias son tremendas y, o se lo toman en
serio, o ya veremos cómo acaba esto".
MENOS ATENCIONES POR PATOLOGÍAS MENORES
La pandemia de coronavirus ha provocado que algunos oscenses se lo piensen dos
veces antes de salir de casa para acudir a su centro de salud por ciertas patologías
menores como conjuntivitis, rinitis, cefaleas, gastroenteritis o un dolor de oídos.
José María Borrel valora que muchos ciudadanos se han adaptado a la situación
actual.
"La población ha aprendido a controlar y a solventar síntomas menores
o patología leve , eso es cierto" y añade que, por ejemplo, antes
en Pediatría a niños que estaban con fiebre se les ponía tratamiento
de un antitérmico cada ocho horas "y cada ocho horas nos estaban consultando
algunos padres diciendo que volvía a tener fiebre sin esperar a que hiciese
efecto el fármaco. Esto ya no sucede tanto".
Asimismo, comenta que "todavía hay mucha gente mayor que tiene miedo
a salir a la calle y no va al centro de salud. Con ellos seguimos hablando por
teléfono", aclara. José María Borrel considera que la sociedad
ha cambiado a todos los niveles a causa del coronavirus. "No es que haya variado
la enfermedad, ni el proceso de enfermar, ni el sistema sanitario, es que la sociedad
está cambiando, aunque hay gente que no se quiere dar cuenta", concluye.
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