Un grupo de investigadores ha comprobado que las partículas de los urinarios suben propagándose externamente
MADRID.- Un grupo de investigadores de la Universidad de Yangzhou (China)
ha evidenciado que al tirar de la cadena de los baños públicos se pueden
liberar nubes de aerosoles cargados de virus que pueden ser inhalados. Además,
después de ejecutar simulaciones adicionales por computadora, han concluido
que el lavabo de los urinarios hace exactamente lo mismo. Estos hallazgos justifican
la importancia de usar mascarilla en los lugares públicos, pero especialmente
en los baños.
El trabajo de los investigadores, publicado en la revista 'Physics of Fluids', muestra
claramente que los baños públicos pueden ser lugares peligrosos para ser
infectados por un virus, especialmente durante la pandemia del COVID-19. Otros trabajos
han demostrado que es posible la transmisión de virus tanto a través
de las heces como de la orina.
"Para ello, utilizamos un método de dinámica de fluidos computacional
para modelar el movimiento de las partículas que se produce con el acto
de la descarga. Los modelos específicos son el modelo de volumen de fluidos
y el modelo de fase discreta", explica el líder del estudio, Xiangdong
Liu.
La descarga de un urinario, como la de un inodoro, implica una interacción
entre las interfaces de gas y líquido. El resultado de la descarga causa
una gran dispersión de partículas de aerosol que se liberan del urinario,
que los investigadores simularon y rastrearon.
Lo que las simulaciones revelaron es inquietante. La trayectoria de las diminutas
partículas expulsadas por el lavado de un urinario "manifiesta un tipo
de propagación externa, con más del 57 por ciento de las partículas
alejándose del urinario", apunta Liu.
Por otra parte, cuando los hombres usan los urinarios dentro de un baño público,
estas diminutas partículas pueden llegar a su muslo en 5,5 segundos, en comparación
con la descarga del inodoro, que tarda 35 segundos en llegar un poco más arriba.
Las partículas de los urinarios, sin embargo, "muestran una tendencia a
subir más violentamente", detalla Liu. "La velocidad de ascenso
es mucho más rápida que la de la cisterna del inodoro", apostilla.
Los urinarios se usan con mayor frecuencia en áreas densamente pobladas, y
los investigadores señalan que las partículas viajarán más
rápido y más lejos, lo que plantea un grave problema de salud pública.
"De nuestro trabajo se puede deducir que la descarga de los urinarios promueve
la propagación de bacterias y virus. El uso de una máscara debería
ser obligatorio en los baños públicos durante la pandemia, y se necesitan
urgentemente mejoras anti-difusión para prevenir la propagación de COVID-19",
concluye Liu.
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