El Colegio profesional reivindica este papel, pero el único centro que cuenta con este apoyo en la provincia de Huesca es el Colegio de Educación Especial La Alegría, de Monzón
La vuelta al colegio en tiempos de pandemia ha hecho que la figura de la enfermera
escolar haya salido del olvido. Olvido, porque existen, pero son pocas y fundamentalmente
se encuentran en centros de educación especial o en internados e institutos
con un importante volumen de alumnado. En la provincia de Huesca, el único
centro que tiene implantada la figura de la enfermera escolar es el Colegio
de Educación Especial La Alegría de Monzón.
En el IES Pirámide, según explica Fernando Mur, su director, hubo "hasta
2012 o 2013 una enfermera y una médico", lo que les situaba como el
único centro educativo con estas plazas en Huesca, y atendía al alumnado
residente, al del IES -que además tiene aulas de educación especial- así
como a toda la comunidad educativa también del CPIFP, unas 1.500 personas.
Pero los "ajustes presupuestarios" que se practicaron en la época,
trajeron "recortes en puestos públicos y dos fueron ellos", con
la desaparición definitiva de las plazas. "Aquí la demanda era porque
los residentes están toda la semana y raro es el día que no hay alguien
enfermo. La labor de la médico era importante porque estaba de guardia y les
visitaba por las tardes. Ahora, el equipo directivo atendemos en primera instancia
las urgencias y que lo vengan a recoger", explica.
En el Centro de Educación Especial San Jorge de Aspace, personal sanitario
atiende las necesidades que surgen como lo hace con el resto de servicios de la
entidad.
La creación dentro de los protocolos y planes de contención que se han
preparado desde Sanidad para la vuelta a las aulas de las figuras de "responsable
covid" o de los "equipos covid" -que estarán formados por docentes
y trabajadores sociales y cuya actuación estará dividida por zonas geográfica
(en la provincia de Huesca serán cuatro)- pone sobre la mesa la pregunta de
¿dónde están las enfermeras que pueden ejercer en los centros
escolares ese rol de coordinación, rastreo y control de los contagios en
medio de una pandemia?
"Ahora que parece que todo el mundo dice que estaría bien, estamos sin
enfermeras", explica Carmen Campos, enfermera de Atención Primaria
en el Centro de Salud de Almudévar y vocal en la junta del Colegio de Enfermería
de Huesca.
Ángel Escuder es enfermero en el Centro de Salud de Barbastro y también
vocal de Atención Primaria en el Colegio de Enfermería. Está de excedencia
en una plaza del Ministerio de Educación -cuando todavía no estaban transferidas
las competencias- como enfermero escolar, rol que estuvo ejerciendo precisamente
en el centro montisonense.
Las actuaciones que, en contexto de pandemia, podría llegar a ejercer una enfermera
escolar serían el seguimiento y detección de los contagios y educación
sanitaria para la prevención dentro del centro. En el protocolo acordado
entre Educación y Sanidad, Salud Pública se hará cargo de la determinación
de los contactos estrechos y los servicios del 061 se desplazarán al centro
educativo para de la realización de las pruebas PCR.
DE SOBRA JUSTIFICADA
La reivindicación de la figura de la enfermería escolar es histórica.
La pandemia solo la ha hecho más visible. "La labor de la enfermera escolar
en el colegio es importantísima. Es complementaria a la de la atención
primaria", explica Campos. Es la figura que se necesita, insiste, para que
"la salud llegue a los colegios y se implante desde la infancia. En mucho
países de la Unión Europea y el mundo, es una figura que existe desde
hace muchos años", añade. "En la vecina Francia, Inglaterra o
Estados Unidos no se concibe la escuela sin la enferma escolar", apunta Escuder.
Campos continúa indicando que "hay algunas comunidades que han empezado
a implementar este rol en centros donde haya niños o niñas con alguna
enfermedad crónica", pero advierte, "esta no es la única función
de la enfermería escolar, ni la más importante", aunque recuerda que,
del total de población infantil escolarizada, un 15 % presentaría una
enfermedad crónica, como diabetes o asma.
Escuder describe su trabajo en el centro montinsonense La Alegría, que a grandes
rasgos son el mismo que pudiera ejercer en cualquier otro centro educativo con la
particularidad de que se atienden dichas necesidades especiales. "Las labores
de la enfermera escolar son asistenciales", al tiempo que ejerce "una
actividad docente (o formativa) en materia de Educación para la Salud, que
iba dirigido para toda la comunidad educativa, familias, docentes y alumnado. También
se ejerce una labor investigadora -de estudio de los casos que se puedan
ver y de compartir todos los estudios que se pueda llevar a cabo-; de gestión,
con la recopilación de todos los datos del alumnado y sus tratamientos;
además de toda la organización de la actuación enfermera, la actuación
en las urgencias y la relación con el centro de salud de referencia", explica
Escuder. Recuerda que en ese tiempo también se encargaban de la nutrición,
siguiendo las recomendaciones del Ministerio, a falta de la figura del nutricionista.
Cualquiera que sea el tipo de centro educativo, la figura de la enfermera escolar
está más que justificada, según ambos profesionales sanitarios,
pues instaurar toda esa Educación para la Salud es trabajar en la formación
de ciudadanos de futuro, explica Escuder. "El habito que creas en la infancia
o la adolescencia va a marcar el después. El chico o chica que no fuma
en la adolescencia es muy raro que luego fume".
Los mismo sucede con la adopción de buenos hábitos de alimentación
y la adopción de comportamientos sexuales dirigidos a la prevención
de enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados. Es "proporcionar
salud a nivel de higiene, ejercicio, hábitos de vida saludable, de descanso",
educar en el "buen uso de las pantallas, la comunicación entre personas,
educación afectiva, y la prevención de enfermedades, como la obesidad
o la anorexia, detectar casos de acoso escolar o atender problemas psicológicas
o emocionales", completa Campos.
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