La declaración de la progenitora en el juicio estuvo marcada por el dolor y aseguró que si hubiera habido malos tratos previos su hija se lo habría contado
HUESCA.- La declaración de Mariela Alejandra Benítez, la madre
de Naiara, la
niña de ocho años que murió en julio del 2017 en Sabiñánigo
como consecuencia de las torturas
que le infringió su tiastro Iván Pardo por no saberse la lección,
estuvieron marcadas por el profundo dolor de la progenitora, quien aseguró
el jueves en la vista oral en la Audiencia Provincial que desconocía que
su hija fuera maltratada.
En su declaración, quiso
dejar claro la excelente relación de Naiara con su padrastro, Carlos
Pardo, "a quien consideraba su padre", y su abuelastra, Nieves Pena,
como su "abuela".
"La responsabilidad de Naiara siempre fue mía, la parí y ha
vivido ocho años de mi vida", expresó Mariela en contestación
al letrado Marcos García Montes, de la acusación particular por parte
del padre biológico de Naiara, Manuel Briones.
Recuerda que del 24 de junio al 6 de julio,
se encontraba trabajando en una establecimiento hostelero de Bielsa y la
habitación de Naiara estaba siendo arreglada en esas fechas por su padrastro,
Carlos Pardo. De este modo, trasladaron a la menor a casa de su abuelastra,
Nieves Pena, en la que residía Iván Pardo y dos primas de Naiara, que
ayer prestaron declaración a puerta cerrada en la Audiencia Provincial de Huesca.
Mariela desmintió que fuera trasladada a casa de su abuela por el bajo rendimiento
escolar.
En el caso de que hubieran existido malos tratos antes del día de los hechos,
el 6 de julio de 2017, "mi hija me lo hubiera contado porque me lo contaba
todo", respondió a José Luis Vivas, letrado que defiende a Carlos
Pardo y Nieves Pena en el caso, Y también resaltó que la relación
de su marido, Carlos Pardo, "es excelente con sus hijos" y también
con Naiara.
Asimismo, recordó un incidente anterior a los hechos en el que la menor tocó
con los pies la tapicería del coche de Iván Pardo. y este reprendió
a la menor dándole un "cachete" en el culo. "Le dije que sería
la primera y última vez que tocara a mi hija", expresó la madre.
Recordó que conoció todo lo sucedido a través de los médicos
y su sobrina Marian, cuando su hija se encontraba al borde de la muerte en el
Hospital Miguel Servet de Zaragoza, a donde la menor fue trasladada de urgencia
por el helicóptero del 112.
Durante la jornada del jueves hablaron diferentes testigos propuestos por las partes.
Una vecina afirmó que escuchó gritar a Nieves Pena e Iván Pardo
la noche anterior a los hechos.
También compareció en la vista el tutor de Naiara en el colegio,
quien recordó a la menor como una niña "con una marcada personalidad
y carácter, autónoma y buena compañera", que había aprobado
todo y desmintió que sufriera acoso escolar.
El maestro de una de las primas de Naiara reconoció que detectaron en una
de ellas un hematoma por presuntos malos tratos de Iván Pardo que trató
de ocultar con crema.
El jefe de trabajo de la abuelastra fue quien la trasladó "destrozada"
en su vehículo junto a Iván, "nervioso y triste", y una de las
dos menores hasta el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, tras conocer una primera
versión de que "la menor se había caído por las escaleras
de la vivienda".
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