El epidemiólogo cree que el cierre de aulas dejará pautas para el futuro
HUESCA.- El curso escolar 2020/2021 arrancó hace dos semanas dando inicio
a todo un experimento "social y sanitario" y bajo la amenaza de un
indeseable compañero que ya ha comenzado a hacer de las suyas en clase. El
coronavirus se ha colado, por el momento, en unas 70 aulas de todo Aragón
de 46 centros educativos de la comunidad, que han quedado clausuradas,
13 de ellas de la provincia de Huesca.
El epidemiólogo Nacho de Blas, profesor titular del Departamento de
Patología Animal en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza,
analiza esta situación "previsible" en la que los contagios entre
los niños de hasta 14 años, los estudiantes de Infantil, Primaria y los
tres primeros cursos de la ESO, se elevan a unos 150 casos tan solo en los últimos
cuatro balances de datos aportados por el Gobierno de Aragón.
Aunque reconoce que todavía es pronto para hacer juicios de valor con los que
poner en la palestra la falta de medidas en algunos centros o la incidencia de contagio
entre los escolares, advierte que, hasta la fecha, según el número actual
de clases cerradas, ya hay unas 1.500 familias aragonesas que deben hacer malabares
para conciliar porque tienen a sus hijos en casa, cumpliendo la cuarentena.
Nacho de Blas, que vuelca de manera periódica sus sensaciones sobre la evolución
de la pandemia en su página web "Reflexiones sobre el Covid-19 de un epidemiólogo
veterinario", considera que el cierre de aulas por la aparición de casos
de coronavirus estaba más que anunciado.
"Esto era lo previsible, es un reflejo de la circulación del virus en
la comunidad. De hecho, tras ojear los datos, la mayoría de los cierres
de aulas han tenido lugar en Huesca capital, en Fraga, Zaragoza ciudad, Híjar,
La Muela... en las zonas grandes. Cuanta más población hay más
casos, más colegios y más probabilidad de que una clase se cierre",
comenta.
En su opinión, "el problema es que, más allá de que sea lo esperable
o no, aquí podríamos discutir si lo ideal hubiese sido determinar que
en ciertas zonas, en las que la incidencia acumulada de casos era muy alta, se hubiese
pasado a una docencia "online" o no. Esta es una decisión que está
encima de la mesa en algunos sitios". Aún así, aclara que tampoco
tiene muy claro si la opción de la educación telemática es la más
adecuada.
Nacho de Blas confiesa que lo que más le preocupa es saber si en las aulas
se está produciendo transmisión. "Mi pregunta es: ¿Hasta
qué punto las clases van a ser un lugar en el que se está transmitiendo
el virus Según los datos que tenemos, que reflejan más casos positivos
que aulas cerradas, da la sensación de que los niños se están
contagiando dentro de ellas", explica.
El epidemiólogo confía en que conforme vaya avanzando el curso se pueda
conocer el promedio de contactos/infectados que pueda haber por aula, una vez
que haya un cierto tamaño de muestra. Considera que, por el momento, se
está llevando a cabo una especie de ensayo que dejará enseñanzas
futuras, una vez que con el paso del tiempo se puedan comparar las medidas contra
la covid de centros educativos con mayor y menor incidencia de casos.
"Se podrá hacer entonces un estudio epidemiológico del que se sacarán
conclusiones que darán lugar a recomendaciones futuras para todos los centros
de enseñanza".
Actualmente, cada colegio, apunta, "dentro de los mínimos que ha establecido
la consejería de Sanidad, ha hecho lo que ha podido, con mayor o menor éxito".
Según su experiencia, ya que Nacho de Blas ha participado en la puesta en
marcha del protocolo contra la covid en el colegio Marianistas de Zaragoza,
donde también se ha cerrado un aula, "todas las medidas que se tomen no
van a evitar que pueda haber un caso, sino que ese positivo no se propague entre
el resto de la clase o por el centro".
En esta línea, destaca el esfuerzo para luchar contra la covid de este colegio
en el que, junto a otras muchas medidas, se está trabajando en la instalación
de lámparas ultravioletas para desinfectar por las noches las superficies contaminadas.
"También está sobre la mesa el uso de la mascarilla entre los niños
de Infantil", apunta.
Al igual que este centro, otros muchos de Aragón no paran de buscar alternativas
para mejorar su protocolo contra la covid, mientras que en algunos "se
cumple lo mínimo que exige Sanidad y de aquellas maneras ya que dan unas
instrucciones algo genéricas, no por dejadez sino porque las pautas se dieron
con muy poco margen de tiempo, casi cuando iba a comenzar el curso".
Lamenta en este sentido la falta de organización en las entradas y salidas
de algunos colegios, donde a ciertas horas se producen aglomeraciones y corrillos
que son un posible punto de contagio.
En este contexto, destaca que quedan muchos aspectos "en el aire" y que
"la vuelta al cole es todo un experimento social y sanitario". "Si
lo hubiésemos hecho con animales se hubiese realizado en condiciones experimentales,
con todo determinado, ya que estamos en una fase de estudio observacional, mirando
a ver qué es lo que ocurre y qué medidas funcionan mejor o peor. Como
una especie de experimento natural", valora.
Afortunadamente, continúa, "la gran ventaja que tenemos es que el coronavirus
no afecta mucho a los niños. La inmensa mayoría son asintomáticos,
casos que pasan desapercibidos. Es cierto que en algunos menores la covid puede
causar cuadros muy graves. Se habla de un síndrome multisistémico
inflamatorio pediátrico, con muy poca incidencia y que es parecido a una
dolencia rara, la enfermedad de Kawasaki".
Además, advierte que los estudios que apuntan que los niños se contagian
menos y que también transmiten menos la enfermedad no son del todo válidos
y "están sesgados" porque se hicieron durante la primera fase de la
pandemia, en el confinamiento.
"Ahora es cuando vamos a comprobar si eso se cumple o no. Durante el verano
hemos visto que se infectan igual que el resto, ahora hay que saber si contagian
a los demás, con más o menos probabilidad", plantea.
Asimismo, destaca la preocupación de las familias. En este punto pone
de manifiesto la falta de ayudas o de medidas que faciliten la conciliación
cada vez que se cierra una clase por un caso de coronavirus.
También considera que no es recomendable lanzar falsas esperanzas con mensajes
como los que se emitieron autoridades y expertos a principio de curso sobre
la próxima llegada de una vacuna. "Lo que sabemos es que en principio
la mayoría de los niños de Infantil y Primaria son asintomáticos,
que la transmisión parece que es menor en ellos y que el contagio de un
niño a un adulto es menos frecuente que al revés. Los niños van
al colegio con cierto riesgo, pero similar al que han podido correr este verano
al ir a casas de familiares, a la piscina o si van a jugar al parque con los amigos",
concluye.
|