Diario del Altoaragón 20/10/2020
La Organización Mundial de la Salud hizo recientemente un llamamiento a los
Estados Miembros para que elaboren y apliquen planes de acción con el fin de
gestionar la infodemia promoviendo la difusión oportuna de información
precisa basada en datos científicos y probatorios, dirigida a todas las comunidades,
y en particular a los grupos de alto riesgo; y previniendo y combatiendo la propagación
de información errónea y falsa, siempre respetando la libertad de expresión.
El exceso de contenidos y, sobre todo, la abundancia de contenidos sin verdad ni
veracidad conduce hacia una depresión colectiva e individual que, en su estricta
consideración, es el peor punto de partida para afrontar un desafío tan
contundente y complejo como es volver a la normalidad tras vencer las secuelas del
coronavirus.
También en esta dirección han de actuar los gobiernos, que han de analizar
con rigor y serenidad los datos, procesarlos para obtener conclusiones certeras,
efectuar un cálculo de las consecuencias de las opciones y, a partir de ahí,
tomar decisiones. Prácticamente ninguna tiene seguridad absoluta en la directriz
deseada de la erradicación de la covid-19. Tampoco se ha sabido leer en muchas
ocasiones la realidad externa, en una pandemia que, como tal, es global. De ahí
que se agradezca el tacto que las autoridades aragonesas están demostrando
a la hora de adoptar sus determinaciones. En su responsabilidad, se cifra la contención
de los efectos de las recomendaciones, reconvenciones y represiones de actitudes
y conductas. Nunca nada ha sido tan difícil en esta "cogobernanza"
real, en la que, si todos nos administramos con disciplina, ayudaremos a toda la
sociedad y habrá un efecto bumerán de beneficio individual. Un momento
muy crítico para la firmeza y la versatilidad.
Diario del AltoAragón
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