En los tanatorios oscenses están bien preparados para ayudar a quien pierde a un ser querido en esta crisis sanitaria
HUESCA.- Con la festividad de Todos los Santos, en la que recordamos a los
difuntos, a la vuelta de la esquina, nos preguntamos por la situación de
los tanatorios en época de pandemia. Con covid o sin ella, el acompañamiento
psicológico y las facilidades a la hora del papeleo en uno de los momentos
más duros de la vida es lo que ofrecen las diferentes funerarias en la provincia
de Huesca, porque, revelan, "es lo que necesitan las familias".
Es por eso que, por ejemplo, desde el Grupo Tanatorio de Huesca, con servicios funerarios
en Almudévar, Tardienta y Huesca, insisten en la formación de su personal
no solo en tanatopraxia y tanatoestética, es decir, en el cuidado estético
del cadáver, sino también en formación psicológica continua
para que sepan asesorar y tratar a las familias. Y advierten sobre la importancia
de esta formación, especialmente, ahora "porque con esta pandemia, la
familia está aún más descolocada de lo habitual y debemos orientarles
sobre las opciones", asegura Sergio Castellar, desde el Grupo Tanatorio de Huesca,
y añade que "además, debemos destapar los muchos bulos que circulan,
como que los cadáveres de coronavirus no se pueden enterrar y hay que incinerarlos,
eso no es cierto".
Y es que esta pandemia, que hace que nuestra vida se rija por la incertidumbre,
"ha cambiado bastante la manera de despedirnos de nuestros seres queridos,
ahora es más limitada", asegura Eduardo Navas, uno de los socios de
Funeraria Navas de Biescas y Sabiñánigo, y argumenta que "aunque queramos
hacer como hacíamos antes, no es factible y por eso procuramos ayudar a las
familias, porque aquí nos conocemos todos y llevamos muchos años de
experiencia para que pasen el momento lo menos mal posible y que no haya problemas
añadidos". Porque la covid-19 ha modificado los duelos, los velatorios
y hasta la manera de manejar un cadáver. El Ministerio de Sanidad publicó
en mayo, pero con continuas revisiones, un documento sobre el tratamiento a fallecidos
por coronavirus. Los responsables de los tanatorios de Huesca aseguran que el
fallecido no sale del lugar donde murió si no es de una manera completamente
segura y sin riesgos de contagio porque el cuerpo debe introducirse en una bolsa
sanitaria estanca biodegradable que reúna las características técnicas
de resistencia a la presión de los gases en su interior, estanqueidad e impermeabilidad.
En este sentido, Rafael Alastrué, de la Funeraria Hermanos Alastrué, con
instalaciones en Grañén y Huesca, hace hincapié en que "se
cumple estrictamente la normativa y añadimos algunas iniciativas de seguridad".
Así, Sergio Castellar explica que, en su caso, lo que hacen es "tras colocarlo
en un sudario estanco se acomoda en el féretro, in situ, debidamente precintado
y así se evitan riegos, además, hacemos una completa desinfección
con ozono de las salas de velatorio antes y después de su uso". Por
su parte, Navas indica que ellos prefieren trasladarlo con doble bolsa a sus instalaciones
y allí acomodarlo en el ataúd completamente sellado.
Y, para todo ello, cuentan con personal formado con cursos especializados para realizar
este trabajo provistos de los equipos de protección individual adecuados,
"parecemos astronautas de la Nasa que van a Marte, nos movemos con todo el cuidado
del mundo, sobre todo, a la hora de quitarnos este traje que se desecha después
de cada servicio", dice Navas. Emplean epis similares a los establecidos
para el personal sanitario. Pero no solo los empleados de los servicios funerarios
están sensibilizados y realizan su trabajo con las máximas precauciones,
los familiares y amigos que se acercan a despedirse de su ser querido también.
"Vamos viendo a la gente que viene sabiendo cómo tienen que actuar
porque no hacen grupos, usan el gel y todos llevan bien colocada la mascarilla,
quizá en otros establecimientos, la gente se relaja pero aquí vienen concienciados",
apunta Castellar.
INSTALACIONES PREPARADAS
Las instalaciones de los espacios funerarios de la provincia están preparadas
para que, a pesar de la pandemia, las familias no tengan incomodidades. Todas
ellas se han ajustado a las normativas publicadas e indicadas desde Sanidad que,
a punto de entrar en el nivel de alerta 3, este lunes 26, se establece que en
entierros y velatorios habrá un máximo de 10 personas en espacios cerrados
y de 15 en abiertos.
"Como cualquier otra empresa nos adaptamos a la normativa cambiante y exigimos
el cumplimiento de todas las medidas de seguridad porque somos un sector de
riesgo", recuerda Castellar.
Mientras, aseguran que siguen mirando hacia adelante y trabajando por la mejora
de sus servicios encaminados a hacer pasar este mal trago de la manera más
llevadera posible.
Ofrecen servicios integrales desde la propia inhumación o cremación hasta
los detalles más significativos como las flores, las esquelas o la elección
de la lápida. Alastrué revela que su objetivo es que "la familia
solo se preocupe de velar a su ser querido" porque, como añaden desde
el Grupo Tanatorio de Huesca, "en cuanto nos llama la familia ya no se tiene
que preocupar de nada, lo único que necesitamos es el DNI del fallecido y con
eso solucionamos todos los trámites". Lo mismo asegura Navas, que dice,
desde la experiencia familiar que se remonta a su bisabuelo, que "nuestro trabajo
es ayudar a las familias".
"Lo primero que se hace es apoyar psicológicamente a la familia e informarles,
en función del tipo de fallecimiento, qué protocolos deben seguir",
destacan los responsables de estos servicios. En este sentido, desvelan que se está
tendiendo cada vez más a la personalización de las despedidas. Se atiende
todo tipo de ritos y las capillas o "sala de despedidas", como apunta Alastrué,
son salas aconfesionales en las que "igual pueden hacer ritos de una religión
que de otra, que ateos", argumenta Castellar, y comenta que cada vez se emplean
más. "En esta época de la pandemia la capilla se está ocupando
más que nunca, la familia quiere una despedida en la intimidad con cinco u
ocho familiares, se hace el responso y de aquí ya se traslada a su inhumación
o incineración". En su caso, Navas explica que la capilla "se está
empleando cada vez más porque como los aforos son reducidos, a la familia le
va muy bien, le es más cómodo". "Cada vez más familias
están pidiendo una despedida más personal", dice.
La funeraria Alastrué, que cuenta con las instalaciones más actuales,
respalda esta idea.
Por otro lado, una de las preocupaciones que se despierta en algunas familias, en
estos momentos, es la económica. Por eso, indican que en los casos en que es
necesario se ofrecen facilidades de pago. En el Tanatorio de Huesca, "desde
las épocas de crisis establecimos un servicio mínimo de inhumación
o incineración para familias con pocos recursos o con dificultades puntuales".
Por cierto, indican que cuando fallece una persona, esté o no asegurada, "tiene
libre elección de funeraria, siempre".
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