Los Premios de la Música Aragonesa reconocieron los treinta años de carrera del jaqués Cuti Vericad
JACA.- El inconfundible Cuti Vericad, vestido de negro rockero y con
sus clásicas gafas de sol, se alzó como el principal triunfador de
la 21ª edición de la gala de los Premios de la Música Aragonesa,
que se celebró el día 4 de octubre en el Palacio de Congresos de Huesca.
El músico jacetano fue reconocido con el Premio Especial a la Trayectoria y
también recogió el galardón relativo al Mejor Directo ante los aplausos
de un aforo muy reducido a causa de la pandemia del Covid-19.
Uno de los grandes momentos de la gala se produjo cuando se hizo público el
ganador del Premio Especial a la Trayectoria, el único que se guardaba en secreto
y que Cuti Vericad recibiría de manos del músico barcelonés Carlos
Segarra, el mítico líder de Los Rebeldes, banda de la que forma parte
el jaqués como guitarra, piano y voz. Ambos son buenos amigos y compañeros
de batallas. Y así lo demostraron cantando varios temas sobre el escenario.
No menos emotiva fue la entrega del Premio al Mejor Directo, gracias al sentimiento
puesto por José María Glaria, que ha trabajado como técnico de
sonido con Cuti Vericad desde sus comienzos y realizó una curiosa presentación
del jaqués, enlazando algunos de los títulos de las canciones y los discos
que sacó el artista a lo largo de sus 30 años de dedicación a la
música.
¿Cómo valora el doble reconocimiento que le ofrecieron sus compañeros
del mundo de la música en la gala de Huesca—
Como no puede ser de otro modo, lo valoro de manera positiva. Siento una inmensa
gratitud por el hecho de que un grupo de personas decidan darme un par de premios.
Es un reconocimiento a un montón de años de trabajo y, aunque esto de
los premios en el fondo no tiene demasiada importancia, prefiero que me den un premio
a una patada en el trasero.
Después de recoger este Premio Especial a la Trayectoria, ¿se podría
decir que se encuentra en el mejor momento de su carrera en solitario—
Soy de los que piensan que lo mejor está siempre por llegar. Aún no he
dado mi mejor concierto. Todavía no he grabado mi mejor disco. Lo mejor está
por llegar. Aunque suena a frasecita de Coelho.
Su décimo disco titulado El retorno del samurái salió al mercado
el pasado mes de enero. Es el segundo de una trilogía y se compone de 11 temas
que van desde el pop rock hasta el rock and roll más clásico con reconocibles
influencias de artistas como Van Morrison, Elvis Costello, The Beatles, Beach Boys,
Andrés Calamaro o Fito Páez. ¿Cómo encaja dentro de su trayectoria?
¿Cómo definiría este nuevo disco—
Me planteo los discos como una recopilación de relatos cortos, que aunque no
tengan que ver entre ellos, ordeno de manera que el disco responda a la fórmula
clásica de planteamiento-desarrollo-nudo-desenlace, de manera que al final
se observe y escuche como una obra única y completa, conformada por historias
diferentes. Este disco sigue en esa línea. Es como una película coral
de Robert Altman.
¿Qué parte de "culpa" tiene su familia y los primeros discos
que escuchó en Jaca, a la hora de crear el músico que es hoy en día—
Pues muchísima. Si ahora te pasase una lista de reproducción con aquellas
canciones, seguramente también marcarían tu vida y tu obra a partir de
hoy tras escucharlas. Yo era muy pequeño y los sábados por la mañana
mis hermanos y yo jugábamos a discotecas en el salón de nuestra casa familiar
situada en la jacetana avenida de Francia.
¿Qué canciones de aquella época quedaron para siempre en su memoria—
Alucinábamos escuchando a Mungo Jerry, Shoking Blue o Crosby, Stills and Nash
con su Expreso de Marrakech. Cuando sonaba Sapore di Sale de Gino Paoli o Il Mondo
de Jimmy Fontana, entrábamos en éxtasis con los arreglos de la orquesta,
absolutamente monumentales. Lo primero que escuché en mi vida fue el redoble
de entrada de Hound Dog de Elvis y quedé absolutamente fascinado por todo aquello.
Mi trayectoria empezó ahí.
¿El premio al Mejor Directo lo entiende como una forma de respaldar el afán
que le caracteriza de cuidar los detalles y elegir con mimo las salas y la parte
técnica—
La verdad es que sí. Cuido mucho los detalles y trato de que el concierto de
hoy sea el mejor de mi vida. Y ese espíritu es el que imperará en el concierto
de mañana. Prefiero dar pocos conciertos y solo hacerlo cuando las condiciones
van a ser óptimas. Quiero que la sala, el equipo, el técnico de sonido
y la banda tengan las herramientas para hacer su trabajo de la mejor manera posible.
No creo que nadie sea mejor que nadie sobre un escenario y además, no soy nada
competitivo. No me fijo en los demás para superarles. Solo me fijo en lo mío
y me obsesiona dar lo mejor de mí para así dejar un recuerdo imborrable
en la gente que acuda al concierto. Con una banda entregada, un buen técnico
y una buena sala, además del favor del respetable, ya tienes el mejor directo
del mundo.
¿Cómo ve la salud de la música en directo, en estos tiempos de
pandemia, con un otoño y un invierno repletos de incertidumbre, más si
cabe con el nuevo estado de alarma—
La veo bastante mal, aunque las situaciones extremas no son nada nuevo para mí.
No lo olvides, "Yo soy Cuti Vericad. En crisis desde 1990". Desde luego,
los que no saben lo que es viajar en tercera clase, lo van a pasar muy mal. Yo estoy
desde hace mucho tiempo, curado de espantos.
En sus diferentes proyectos, ha compartido escenario con The Rolling Stones,
The Who, Nick Lowe, Andrés Calamaro, Linda Gail Lewis o los Blues Caps de Gene
Vincent, entre otros muchos. También compartió escenario con Willy DeVille,
aunque eso ya es otra historia... ¿Con qué músicos se ha sentido
más a gusto en sus actuaciones ante el público—
Siempre estoy a gusto sobre el escenario. He tocado con toda clase seres humanos.
Pero creo que donde estoy más a gusto es con mi banda. No solo son estupendos
músicos. Son mis amigos. Esos discursos de tocar con los mejores y demás,
o que una empresa competitiva no se puede atener a sentimentalismos no van conmigo.
Nada en contra de nadie pero yo, aunque pudiera permitírmelo, no contaría
nunca con renombrados músicos mercenarios con los que no me une ningún
vínculo afectivo. Soy muy feliz con mi gente y no me interesa en absoluto lo
que pase en ambientes capitalinos. Ésta es mi tierra, mi refugio y mi centro
de operaciones. El resto, un mar plagado de tiburones en cuyas aguas no tengo la
más mínima intención de sumergirme.
Durante sus 30 años de carrera, ha colaborado en infinidad de proyectos
paralelos como cantante y compositor. Sin ir más lejos, ha compuesto música
para cine y televisión. Además, ha firmado el libreto musical de más
de una docena de espectáculos teatrales de diferentes compañías.
A estas alturas, ¿se puede decir que se han cumplido la mayoría de los
sueños que tenía de pequeño—
He sido muy feliz. Y pienso seguir siéndolo. Prefiero vivir intensamente la
realidad y no perderme demasiado en ensoñaciones. "Con los pies en el suelo,
la cabeza en las nubes y el rock and roll en el corazón". Ése es mi
lema. Lo de ayer pasó. No sabemos qué ocurrirá mañana. Hoy es
la única certeza. Por supuesto tengo grandes momentos grabados a fuego en mi
memoria que podría destacar, pero soy muy de caminar, caminar y caminar, sin
mirar demasiado al pasado.
¿Se puede llegar a dar la posibilidad de que presente el nuevo disco en
Jaca en próximos meses—
Eso espero y deseo. En este 2020 teníamos una actuación prevista en el
mes de junio, pero lamentablemente fue cancelada por la pandemia. Seguro que en
un futuro no muy lejano, estaré por ahí dando lo mejor de mí mismo
en la ciudad que me vio nacer.
|