Javier Olivera, Alzhéimer Huesca y María José Mur aportan sus vivencias y conocimientos
Myriam Martínez 29/11/2020
HUESCA.- El mítico espacio de Televisión Española Informe Semanal
se ha fijado en la experiencia y conocimiento del psiquiatra del Hospital Universitario
San Jorge Javier Olivera, el trabajo del Centro de Día Recuerdos de Alzhéimer
Huesca y las vivencias de la cuidadora María José Mur Domper para
construir un programa emitido el pasado sábado en el que, junto a otros testimonios,
se alerta de las nefastas consecuencias que la pandemia de covid-19 puede dejar
en la salud mental de la población española.
"La cuarta ola, salud mental" es el título del espacio, en el
que varios profesionales explican que esta enfermedad y sus secuelas, unida al confinamiento
que se ha impuesto en algunos momentos para tratar de combatirla y la tensión
que provoca en el personal sanitario, está generando un incremento de casos
de ansiedad, estrés y depresión en pacientes que ya padecían
estos trastornos, cuyos episodios de descompensación se han disparado, y en
otros que no presentaban ningún cuadro previo.
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La demanda de atención, según se observa en el programa, está
superando con creces los recursos disponibles y esto supone un grave peligro
cuando se trata de trastornos graves, porque si no se les da respuesta con rapidez
pueden llegar a cronificarse.
Informe Semanal aborda diversos casos, entre otros el de Javier, un hombre de
66 años, que fue diagnosticado hace siete de una demencia que le ha hecho
perder el habla y la movilidad. Hace cuatro, comenzó a acudir al Centro de
Día de Alzhéimer Huesca, que tuvo que clausurar la instalación
por la pandemia y esta circunstancia le ha pasado factura a los enfermos.
El espacio consultó al psiquiatra y médico de familia oscense Javier
Olivera, secretario también de la Sociedad Española de Psicogeriatría,
que confirma que el cierre de estos servicios ha resultado "devastador"
para muchos beneficiarios, tanto en su relación con el exterior en el apartado
cognitivo, como a nivel afectivo.
El especialista explica que la covid-19 ha generado fobia a salir a a calle y
a mantener según qué contactos, y otras patologías se han visto
claramente agravadas.
La reapertura del Centro Recuerdos ha sido un gran alivio para las familias y,
especialmente, para las mujeres, que suelen ser quienes asumen los cuidados
de los enfermos.
Alicia Sipán, coordinadora de Alzhéimer Huesca, comenta que el
cierre del Centro de Día supuso una sobrecarga masiva para las familias, que
han presentado sintomatología de estrés, agotamiento y ansiedad, y recalca
que esto repercute en que "el cuidado al usuario tenga menos calidad".
María José Mur Domper lo sabe de sobra. Ella cuida de Javier, su
esposo, pero además vive con ella su madre, aquejada de párkison, y su
hija Andrea, que ha sido una gran ayuda en los momentos más complicados.
Durante el confinamiento echó mano de todos los recursos a su alcance y de
su imaginación, la bicicleta estática, paseos por los pasillos, canciones
y los ejercicios que le indicaban desde la asociación. "Hay momentos
malos -reconoce-. Paras, piensas y dices: por aquí", resume sonriente.
El Consejo Nacional de Psicología ha publicado un estudio en el que, desde
el inicio de la pandemia de coronavirus, un 40 % de las personas encuestadas
ha presentado problemas moderados o graves de depresión y un 30 %, síntomas
de ansiedad.
Además, un 24 % de los sanitarios se ha planteado estos meses dejar la profesión,
casi 80.000 se ha contagiado y un elevado número se ha visto afectado por
la tensión y las interminables jornadas de trabajo. En algunos casos, el miedo
inicial a la enfermedad se ha transformado en un sentimiento de rabia o desánimo.
Los expertos consideran que desarrollar una patología no depende solo del nivel
de estrés, una persona con recursos económicos, materiales, sociales y
psicológicos, con competencias y habilidades, se lo pondrá más
difícil a la enfermedad y le permitirán "superar el confinamiento
sin demasiado problema"
Varios especialistas observan que ya antes de que comenzara la pademia, los recursos
que se destinaban en España a la salud mental ya eran muy limitados y no
cubrían todas las necesidades. Los médicos de familia, prácticamente,
no tienen otra manera de afrontar estas dolencias que prescribiendo psicofármacos,
lo que explica que haya aumentado tanto su consumo.
Incrementar los medios para tratar este tipo de dolencias y organizar
mejor el servicio para que sea más accesible y sistemático se plantea
como una conclusión y una urgencia en este reportaje que firman Beatriz
Gálvez Garcés y Teresa Pérez Casado.
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