PEDRO LOSCERTALES (ALCALDE DE CASTELFLORITE) 13/01/2021
La borrasca Filomena ha puesto una vez más en valor el carácter altruista
y la voluntariedad de los ciudadanos del mundo rural. Y, como ocurrió durante
el confinamiento, los agricultores de nuestra provincia han jugado un papel esencial.
Desde el primer momento, y como viene siendo habitual, los que vivimos en el mundo
rural estamos comprometidos con nuestro territorio. Los agricultores de la provincia
han estado a la altura una vez más, acompañando a las administraciones
públicas, trabajando codo con codo con ellas, intentando aportar su grano de
arena para superar los problemas como los generados por fenómenos meteorológicos
como la borrasca que durante el fin de semana cubrió con un manto blanco toda
la provincia.
Como socialista y agricultor que soy, estoy orgulloso de cómo mis compañeros
se han puesto a disposición de los municipios y de las diferentes administraciones
para completar los servicios de retirada de nieve en accesos a núcleos urbanos
y vías de comunicación. Todo ello con un único criterio: garantizar
el interés general.
Durante todo el fin de semana hemos podido ver imágenes de grandes ciudades,
y sobre todo Madrid, donde los recursos invertidos, tanto materiales como humanos,
han sido ingentes.
En el mundo rural, en nuestra provincia, el esfuerzo también ha sido tremendo,
en colaboración con la administración local, provincial, autonómica
y del Estado, pero siendo conscientes de que la dispersión de población,
por la gran cantidad de núcleos existentes, dificulta poder resolver todos
los problemas generados en un corto espacio de tiempo.
Sin embargo, de nuevo en nuestra provincia ha destacado por encima de todo la cooperación
ciudadana, viviendo momentos muy complicados y de los que aún hoy sufrimos
las consecuencias, con dificultades debido al hielo que ha traído consigo la
bajada de temperaturas.
Los agricultores, con sus tractores y diferentes aperos, hemos complementado el
esfuerzo que ha hecho la administración, para llegar a todos los rincones,
abriendo paso para evitar que nadie se quedara aislado, ayudando con la sal, distribuyéndola
en carreteras y caminos, así como en todo aquello que se nos ha pedido.
Es para nosotros una implicación habitual, porque somos los primeros en cuidar
de nuestro entorno. A diario nos dedicamos a cuidar el medio ambiente, acción
que es intrínseca a nuestro quehacer diario.
Ahora vendrá el siguiente paso. El de comprobar cómo quedan, a consecuencia
de la borrasca, las infraestructuras agrícolas y ganaderas, los caminos, etc.
Y ahí, de nuevo, estaremos volcados con la administración, fundamentalmente
la local, que es la que se implica más en este día a día por la proximidad
con el ciudadano. Son, al fin y al cabo, las que mejor conocen nuestras necesidades.
Porque como agricultor, estoy convencido de que nuestro mundo rural tiene futuro,
cuenta con posibilidades, pero solamente podrá salir adelante si hay un compromiso
como colectividad con nuestro territorio y con sus gentes. Las administraciones
locales, la tienen. Y sus habitantes también.
Pero a la vez nos falta quizás creernos esa agricultura de proximidad, esa
agricultura que impulsa empresas locales y genera una actividad económica tremenda
en el ámbito local, que apuesta por la sostenibilidad de los territorios y
que, por tanto, cree en el asentamiento poblacional. Creer en esa agricultura y
ganadería que a la vez es el germen de un sector pujante como es el de la agroalimentación
en nuestra provincia.
Mantenernos unidos es la única manera de que el mundo rural, tal y como lo
conocemos, siga dando pasos hacia el futuro.
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