Los escáneres 3D aportan precisión, rapidez y calidad a los restauradores
HUESCA.- Habilidad manual, sensibilidad frente al arte y una cierta facilidad
para cuestiones científicas son las facetas que debe poseer un buen restaurador.
"Es un trabajo muy completo y diverso", comentaba Rita Piquero, restauradora
y profesora de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes
Culturales de Aragón, en el marco de las últimas Jornadas de Recuperación
del Patrimonio Altoaragonés, que organiza anualmente el Instituto de Estudios
Altoaragoneses (IEA).
La conservación y restauración de las pinturas del Retablo de San Nicostrato
de la Colegiata de Alquézar y la implantación de las nuevas tecnologías
en la reproducción y la restauración fueron los temas que ocuparon la
novena edición de estas jornadas.
Rita Piquero dirigió los trabajos de restauración del Retablo de San Nicostrato,
que llevó a cabo la Escuela Superior de Conservación y Restauración
de Aragón. Piquero explicó que la pieza presentaba un ataque de termita
muy fuerte y la capilla sufría graves problemas de humedad. El retablo se desmontó
y, una vez en la escuela, se desarrollaron los trabajos en los talleres de pintura
y escultura.
"Dos de los cuadros y una de las esculturas quedaron muy afectadas por ese ataque
hasta el punto de perder prácticamente el soporte sobre el que se asentaba
la pintura", explicó la profesora y restauradora, que en su conferencia
se centró en la recuperación de las dos pinturas que estaban situadas
en el calvario que preside el ático. "El ataque había sido muy masivo
y la recuperación fue espectacular. De una obra que estaba prácticamente
para tirarla a la basura, conseguimos un cuadro en el que se podía leer la
iconografía".
En la restauración participaron alumnos de tres promociones, de 2005 a 2008.
El proceso consistió en la consolidación, que viene a ser la estabilización
del objeto para que no se continúe degradando. Por un lado, de la estructura,
ya que algunas zonas del retablo estaban tan atacadas que amenazaban con el colapso.
La parte superior, según comentó Piquero, también estaba muy afectada.
A continuación se procedió a la consolidación estratigráfica,
que significa la adhesión de todas las escamas de pintura que estaban despegadas
a su soporte. "Se hizo muy minuciosamente, una por una", señaló
Piquero.
Por último, se llevó a cabo la consolidación interna de los materiales,
pues algunos estaban muy deteriorados, sobre todo maderas y telas. Rita Piquero
apuntó que se trata de una pieza muy significativa puesto que ya fue protagonista
de las jornadas de restauración de la escuela el año pasado.
RESTAURACIÓN Y TECNOLOGÍA
Julio Luzán, de la empresa Infraestructuras Culturales y Publicitarias
ubicada en Loporzano, aportó su visión de la restauración desde las
nuevas tecnologías. Concretamente, habló sobre los escáneres 3D,
máquinas que ofrecen la posibilidad de recoger "datos exactos con detalles
de hasta 0,05 milímetros", así como archivar las piezas en tres dimensiones.
Además, esta forma de registrar la obra permite controlar su deterioro de forma
mucho más precisa.
Hace ya varios años que la empresa de Luzán comenzó a interesarse
por las nuevas tecnologías. "Fuimos introduciendo máquinas poco a
poco, y actualmente tenemos tres escáneres de diferentes tipos. Hace casi dos
meses compramos el último en Estados Unidos, que es muy práctico, sobre
todo para escanear personas y esculturas", explicó. Y, aunque la inversión
inicial fue muy fuerte, el esfuerzo ha merecido la pena. "Hay que ir poco a
poco, todos los años vamos renovando equipos, hay que estar muy al día.
Es cuestión de ir invirtiendo y no perder el tren, aunque sin excesos",
aconsejó el empresario.
Para Julio Luzan, el escáner se ha convertido en una "herramienta imprescindible"
para el trabajo del restaurador. "Primero construimos manualmente los modelos
en maqueta pequeña y, una vez modelados, se escanea la pieza y las máquinas
lo reproducen en el tamaño deseado. Por ejemplo, se puede escanear un retablo
y las máquinas lo reproducen exactamente igual en madera".
En cuanto a las ventajas, el empresario cita la precisión, el ahorro de tiempo,
la calidad y el menor coste económico. Además, destaca que no quita mano
de obra, sino al contrario. "Se necesitan los mismos restauradores o más,
porque hacen falta especialistas para utilizar las máquinas, y yo creo que
no acabará con la restauración en absoluto".
Para Infraestructucturas Culturales y Publicitarias, la restauración es una
consecuencia "lógica" del tipo de herramienta que emplean, ya que el
mayor volumen de trabajo lo obtienen en proyectos escenográficos de ambientación
para publicidad, producciones audiovisuales, centros de interpretación y parques
temáticos. Luzán asegura que son pioneros en España y probablemente
en Europa, ya que no tiene conocimiento de ninguna empresa que se dedique exclusivamente
a esto.
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