La talla está siendo sometida a un cuidadoso proceso de limpieza y restauración que está a punto de concluir
HUESCA.- "Al Santo Cristo de los Milagros se le tiene mucha devoción en Huesca, y basta con contemplar que su cofradía cuenta actualmente con mil trescientos socios. Es mucha la gente que le tiene fe" y que acude puntualmente a rogarle por los suyos, por lo pasado y por lo que haya de venir. Esta imagen, que habitualmente se halla en la Catedral de Huesca, ha cambiado estos días su ubicación para ser sometida a un proceso de restauración que, básicamente, se está centrando en "la limpieza y la consolidación de las policromías" con las que cuenta y que no están exentas de curiosidades, como el resto de la talla, una figura cuya parte superior se talló en madera de nogal en el siglo XV y se completó en el XVIII. Es así como se explica que la cabeza y el torso del Cristo sean de estilo gótico mientras que sus piernas, cubiertas siempre por sus emblemáticos mantos, corresponden al estilo barroco. Es uno de los elementos que más ha llamado la atención de María Pilar Cano y Juan Manuel Bote, restauradores de la empresa Artesa y encargados de llevar a cabo estos trabajos, encomendados por la propia Cofradía del Santo Cristo de los Milagros y supervisados por la Comisión de Patrimonio del Gobierno de Aragón. El proyecto inicial, que incluye asimismo la restauración y limpieza de la peana que sostiene al Cristo y de algunos detalles de la hornacina en la que se halla, así como el solado con mármol de Carrara de la capilla en la que se le puede visitar, cuenta con un presupuesto que ronda los dieciocho mil euros, aunque el coste final, explica a este periódico el prior de la cofradía, Antonio Villacampa, no está cerrado. Buena parte de estos gastos se sufragarán "con la donación de una cofrade que falleció recientemente y decidió dejar parte de su herencia a la cofradía", apunta Villacampa, satisfecho de poder llevar a cabo unos trabajos que, por otra parte, han confirmado la buena conservación de esta talla. Y es que, aunque sólo había sido sometida a intervenciones menores en los últimos años, han sido pocas las "sorpresas" que se han encontrado los técnicos encargados de su restauración. "Lo más complicado es fijar los criterios de la intervención, porque al encontrar policromías de distintas épocas había que elegir una para conseguir que al final la talla quede uniforme, y al final esto es una cuestión de criterios", explica Cano. "Al final nos hemos quedado con la policromía del siglo XVIII como elemento unificador porque no podíamos arriesgarnos a que, al limpiar ésta, no quedara nada de la del XV", añade la restauradora, que reconoce, como su compañero, "la responsabilidad" que ha supuesto para ellos este encargo, del que ya se pueden apreciar los resultados y que confían en culminar en las próximas semanas. Comenzarán entonces los trabajos de soldado de la capilla donde se sitúa el Santo Cristo de los Milagros, que también lucirá una "prótesis que se le ha encargado a Julio Luzán y que estará a la altura de la cintura para sostener el manto y la corona del Cristo", señala Villacampa, dos pesados elementos que con el tiempo podrían causar algún daño a esta querida y venerada talla, que regresó puntualmente al que es su lugar la pasada Semana Santa, y que ahora aguarda lucir sus mejores galas para deleite de todos su fieles.
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