Que Monegros es diferente y que tiene que mostrar algo en cualquier ámbito ya lo dijeron los representantes de Proyecto Monegros. No obstante, son tantas sus múltiples especies descubiertas en el último siglo que se pone de manifiesto la necesidad de abordar estudios desde variadas áreas de conocimiento para así conocer la verdadera realidad de este territorio. Y su apartado botánico no queda indiferente a las peculiaridades de los Monegros.
MONEGROS.- Ignacio Porta y Alexis Bilbao, delegados de Proyecto Monegros,
despliegan en esta ocasión una de las partes más desconocidas del territorio
monegrino, la biodiversidad vegetal. "Los Monegros es un lugar donde existen
ecosistemas completamente diferentes en una relativa pequeña porción de
territorio. Esto nos confiere una gran biodiversidad vegetal, en la cual podemos
encontrar plantas eurosiberianas, semidesérticas, montanas, esteparias de ribera,
etcétera", señala Bilbao, ingeniero técnico forestal y buen conocedor
de que esta peculiaridad genera un amplio abanico de posibilidades en aprovechamiento
a pequeña escala.
"Mi interés por las plantas medicinales se despertó cuando me documenté
sobre la primera mitad del siglo XX, en la que multitud de personas venían
por estas latitudes a recolectar efedra y la mandaban en los trenes en dirección
hacia las industrias farmacéuticas en Cataluña, Francia y Alemania",
indica Bilbao. Añade que esta planta arbustiva y bulbosa "contiene efedrina,
componente vasodilatador y utilizado contra el asma entre otros casos. Este aprovechamiento
masivo siguió hasta casi la extinción de la especie en Monegros y, siguiendo
esta línea de estudio, me di cuenta de que en nuestra comarca existen un sinfín
de plantas medicinales con multitud de propiedades que van desde su uso contra la
jaqueca y el insomnio, simplemente, con un saquito de ramas secas de espliego debajo
de la almohada; hasta el uso actual que puede ofrecer el muérdago contra el
cáncer".
De todos es conocido el aprovechamiento de los productos que ofrece el monte por
parte de nuestros ancestros, "en ausencia, por aquel entonces, de una industria
química capaz de sintetizar casi cualquier sustancia. En nuestra comarca, de
las especies que nos encontramos, se pueden citar las más representativas como
el romero del que se pueden escribir tomos enteros en cuanto a sus propiedades medicinales,
destacando que es antiespasmódico, carminativo, antimicrobiano, antidepresivo,
astringente, estimulante, etcétera, aunque hay que explicar que en elevadas
dosis es tóxico", determina Bilbao.
Sobre el tomillo, la reina de las hierbas aromáticas monegrinas, comenta que
es conocido como "la hierba de la eterna juventud". Destaca su alto contenido
en aceite esencial utilizado contra digestiones difíciles en infusión,
contra la laringitis, amigdalitis y contra la tos en gárgaras". "Además
-prosigue- podemos encontrar salvia y aladierno, entre otras muchas. La salvia era
usada en gasas para favorecer la curación de las heridas así como para
curar catarros con infusiones o incluso con enjuagues para pequeñas infecciones
bucales, y el aladierno como purgante, el escaramujo contra el estreñimiento,
la agrimonia como astringente, el chinebro como diurético, las ramitas del
pino para calmar heridas…". Y así una lista interminable de plantas que,
usadas de manera dosificada, curaban enfermedades, aliviaban dolores, sanaban heridas
y hacían la vida más fácil a nuestros antepasados.
Todo esto justifica la permanencia de curanderos en los Monegros, puesto que el
número de graduados en la Universidad de Huesca entre 1566 y 1823 fue de 277
médicos. Además, existía la creencia en la superioridad árabe
y judía transmitida de generación en generación y la fe en los remedios
aparentemente sobrehumanos, rodeando de misterio la actitud del curandero, o la
creencia en los remedios caseros, lo que ha dado lugar a que los habitantes de los
Monegros hayan estado en constante contacto con las hierbas medicinales.
EL PAPEL IMPORTANTE EN LA SALUD HUMANA
Sin embargo, todo tiene un proceso progresivo y las plantas medicinales adquieren
cada día un papel más importante en la salud humana, tomando la ciencia,
en la actualidad más en serio, la aplicación de la medicina natural en
la lucha contra las enfermedades, e incorporando, cada vez más, la botánica
a la medicina. "Actualmente la cultura de sanar enfermedades con plantas medicinales
se ha perdido bastante a consecuencia de que las empresas farmacéuticas han
sabido sintetizar químicamente los principios activos, dosificándolos
y administrándolos con unidades controladas en cada caso particular. Aunque
la medicina tradicional da sorpresas inexplicables que nos hace volver la vista
hacia lo natural", manifiesta Bilbao, continúa habiendo plantas que se
siguen utilizando en la investigación. "El caso del muérdago quizá
sea el más curioso. El muérdago (Viscum album) es una planta parásita
que crece en los pinos, que se viene recolectando desde los celtíberos, los
cuales le otorgaban propiedades mágicas relacionadas con la fertilidad, el
amor y sanadora de enfermedades que no sanaban otras plantas. Las leyendas la consideraban
la planta de los dioses porque sus raíces no estaban ni en el cielo ni en la
tierra, en el rito de su recolección nunca podía tocar el suelo y se tenía
que colgar en las puertas como símbolo de buena suerte. Curiosamente, a día
de hoy se utiliza y se investigan sus propiedades contra el cáncer, en algunos
casos con resultados satisfactorios", comenta, y considera que sería interesante
tener un futuro basado en las plantas autóctonas medicinales.
"Con un estudio de mercado detallado se puede evaluar la posibilidad de abrir
una línea de aprovechamiento de plantas medicinales en Monegros. En mi opinión,
si consideramos la posibilidad de aprovechamiento de plantas aromáticas junto
con las primeras, la viabilidad sería más rentable en un entorno que demanda
productos ecológicos", apunta este monegrino, que considera que las plantas
de su entorno "inteligentes". "Las plantas esteparias están adaptadas
para resistir condiciones de humedad y temperatura extremas. Tienen un comportamiento
heroico no sólo por resistir en lugares inhóspitos, sino por reconquistar
terrenos erosionados y ser el primer eslabón vegetal hacia un equilibrio siempre
arbitrado por la cantidad de agua disponible".
El comportamiento heroico que describe Bilbao podría aportar un valor añadido
a esta zona única de Europa, comercializando y distribuyendo sus plantas autóctonas.
"Por supuesto, este producto diferenciador sería rentable, ya que de por
sí crecen de manera natural y en este ecosistema es un cultivo potencial. Tengamos
en cuenta que este enclave es único tanto por los suelos como por sus condiciones
climáticas y el resultado obtenido aquí, por tanto, es irrepetible y,
en consecuencia, tiene un valor añadido muy alto", concluye Bilbao.
Por último, invita a la participación en en la web www.proyectomonegros.com,
porque, al igual que otras ciencias que vuelven a tener auge, tales como la acupuntura,
la homeopatía, la aromaterapia, frutoterapia y otras tradicionales, se van
integrando para ayudar al esfuerzo del hombre por prolongar y mejorar su salud física
y mental, la medicina natural a través de las hierbas, los arbustos, árboles
y frutos que brinda la naturaleza monegrina puede contribuir de forma admirable
al esfuerzo del ser humano por una mejor supervivencia.El territorio es rico en
especies medicinales y aromáticas utilizadas como remedio para enfermedades
desde tiempos inmemoriales
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