JAVIER GARCÍA ANTÓN 13/01/2013
Ya teníamos de verdad ganas de que alguien se relajara. Y ha tenido que ser
la prima, la riesgosa, ya saben, curiosamente la que allá por el mes de julio
propició nuestros mayores sofocos que extendió hasta los estertores del
año 2012, con la permanente espada de Damocles del rescate que parecía
cuestión de más o menos tiempo. Y, sin embargo, aunque nadie puede poner
la mano en el fuego, tal tesitura parece alejarse, especialmente después de
que la primera subasta de deuda del año haya colocado 5.800 millones y la prima
de riesgo haya caído hasta los 330 puntos (en julio estuvo por los 640), con
reacción gubernamental eufórica.
Para rebajar el nivel de júbilo, ya tenemos los datos de desempleo de Eurostat,
con 26 millones en toda Europa de los que 6 son "patrimonio" español,
con un 26 % de la población activa, un porcentaje que esconde dramáticas
y múltiples realidades.
Tampoco hay manera de relajarse con el desafío independentista de Cataluña,
al que van dando forma CIU y ERC en una estúpida carrera de desatinos que no
ha detenido ni la inauguración del AVE Barcelona-Figueras ni la información
de que aquella comunidad recibe cuatro veces más de inversión que cualquier
otra. Artur Mas nos está metiendo a todos en un callejón al que apenas
se le ven resquicios para la salida.
En nuestra provincia, el Pirineo ha sido protagonista, bueno por la cifra de más
de 250.000 esquiadores que han llenado las estaciones y los hoteles de los valles
durante las pasadas navidades, involuntariamente negativo por el incendio al parecer
provocado en Montanuy.
Y dos alegrías espectaculares. Por un lado, la nominación para los Goya
de Lo Imposible en el apartado en el que interviene la empresa altoaragonesa de
Julio Luzán y sus impresionantes elementos arrasados por el tsunami diseñados
y elaborados por él. Y, por otro, el sorteo de la Quebrantahuesos con esas
7.501 plazas asignadas. La más grande cicloturista del calendario español
será un nuevo éxito, y lo merece.
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