HUESCA- Un grupo de 20 vecinos de Lanaja se reúne un viernes al mes
en la biblioteca para comentar libros, siempre las últimas novedades. Son los
miembros del club de lectura que se creó en 2015 y que cada vez es más
numeroso. "En un pueblo pequeño tener tan rápido las últimas
novedades, gracias a una subvención de la Diputación Provincial de Huesca,
está muy bien. Además, es lo que pide la gente", comenta la bibliotecaria
Pili Pérez.
A veces gente del pueblo que está por Huesca o Zaragoza cogen las novedades
en Lanaja porque tienen más posibilidades de conseguirlo que en una biblioteca
grande con más demanda. "A la gente que viene de fuera, en verano de Barcelona,
por ejemplo, les llama mucho la atención que haya una biblioteca así en
un pueblo tan pequeño como Lanaja", asegura.
Hasta ahora, en el club de lectura eran todo mujeres de entre 40 y más de 70
años y este año, por primera vez, se ha apuntado un hombre. Esta actividad
funciona "muy bien", comenta Pili Pérez, quien resalta que lo que
más cuesta es enganchar a los niños para que sean usuarios habituales
del centro, que funciona desde 1983.
Los más pequeños se apuntan a la biblioteca cuando hay actividades
especiales, pero la continuidad es complicada, admite la bibliotecaria de Lanaja,
Pili Pérez, que se pudo quedar en el pueblo gracias a este trabajo. "A
veces los padres tampoco ayudan, porque en ocasiones se quieren coger un libro y
les dicen que no, que no se lo mirarán o que tienen otro en casa… Y yo insisto
en que se los lleven para que adquieran el hábito", dice.
En una población con 1.202 habitantes en el municipio (con Cantalobos y Orillena),
de los que 900 están censados en Lanaja aunque a diario vivirán unos 800,
hay 130 usuarios, aunque "la población está muy envejecida". Por
ello, es también un servicio fundamental para llevar la cultura a personas
que no han tenido oportunidades. "Un día una señora decía
que disfrutaba mucho porque ella no tuvo la oportunidad de salir fuera a estudiar
como sus hijos", indica Pili, porque la gente lo agradece. Además, hacen
excursiones u otras actividades relacionadas con la lectura e incluso descubren
cosas como los cuentacuentos para adultos con los que despiden el curso.