LONDRES.- Extender hasta abril, en lugar de marzo, el cierre de los colegios
y la actividad laboral en Wuhan, la provincia china más afectada por la
pandemia de coronavirus, podría retrasar la aparición de una segunda ola
hacia finales de este año.
Así se desprende de un estudio publicado este miércoles en la revista
The Lancet Public Health, en que los expertos afirman que esta medida ayudaría
a aliviar más la presión sobre el sistema sanitario.
Wuhan,
donde empezó la pandemia de coronavirus (conocido técnicamente
como SARS-CoV-2), clausuró escuelas y ordenó el cese de la gran mayoría
de su actividad laboral a mediados de enero, lo que, a juicio de los expertos, ha
conseguido reducir significativamente el número de contagios.
Utilizando modelos matemáticos para simular el impacto de extender o
relajar los cierres actuales de escuelas y lugares de trabajo, los investigadores
estimaron que levantar las medidas de control en marzo, como está previsto,
puede provocar una segunda ola de casos a finales de agosto.
Por el contrario, mantener las restricciones hasta abril probablemente retrasará
la aparición de un segundo pico a octubre, lo que permitiría al sistema
de salud prepararse durante los meses intermedios.
Los expertos advirtieron, no obstante, de que es difícil estimar el verdadero
impacto de relajar las medidas de distanciamiento físico, debido a la falta
de precisión en las estimaciones del número de reproducción (a cuántas
personas es probable que infecte un individuo con el virus) y cuánto tiempo
se está contagiado de promedio.
Kiesha Prem, doctora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y autora
de la investigación, señaló que las medidas "sin precedentes"
implantadas en Wuhan "han ayudado a controlar el brote", pero esgrimió
que sus autoridades deben ser cautas en volver a la normalidad.
"La ciudad ahora debe tener mucho cuidado al evitar levantar prematuramente
las medidas de distanciamiento físico, porque eso podría precipitar un
pico secundario de casos. En cambio, si las restricciones se relajan gradualmente,
es probable que esto se retrase y se aplaste el pico", indicó.
Para obtener información sobre la propagación de COVID-19 en Wuhan y el
resto de China, los expertos analizaron los datos sobre el número de contactos
por día y por grupo de edad en la escuela y el trabajo y compararon tres
escenarios.
El primero sin intervenciones ni vacaciones (un caso hipotético); el segundo
sin medidas de distanciamiento físico y con vacaciones escolares; y el tercero
con estrictas medidas de control que impliquen el cierre de escuelas y solo alrededor
del 10 % de la fuerza laboral (personal sanitario, policía..) en activo.
Del análisis se desprendió que es probable que las medidas de distanciamiento
físico sean más efectivas si el regreso escalonado al trabajo comienza
a principios de abril.
De este modo, según los investigadores, se podría reducir la media
del número de nuevas infecciones en un 24 % hasta finales de año y
retrasar una segunda aparición del brote hasta el mes de octubre.
Yang Liu, coautor del estudio y doctor de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical
de Londres, indicó que los resultados no serán "exactamente iguales"
en otros países, porque la estructura de la población y la forma de
relacionarse es diferente, pero destacó una característica común.
"Creemos que una cosa se aplica en todas partes: las medidas de distanciamiento
físico son muy útiles y necesitamos medir cuidadosamente su levantamiento
para evitar oleadas posteriores de infección cuando los trabajadores y escolares
vuelven a su rutina normal. Si esas olas llegan demasiado rápido podrían
abrumar a los sistemas de salud", esgrimió.