HUESCA.- Ricardo Oliván Gracia ha fallecido este jueves a las 88 años
de edad, ocho meses después de que partiera su compañera de vida, Conchita
Bellosta, siempre juntos hasta el final. Esta mañana anunciaba la despedida
su hijo mayor, Ricardo, fruto del matrimonio que alumbró a Elena, Fernando
y Gerardo.
Ricardo Oliván ha sido una de las personas que han marcado la impronta en la
configuración de la Huesca actual. En su actividad como constructor, dejando
su sello empresarial incólume por su vocación de ser siempre pulcro en
todas las facetas de su vida. En ese sector, participó en el nacimiento
de la Federación de Asociaciones de la Construcción que presidió
en los orígenes, entregando toda su pasión al asociacionismo derivado
de la Ley de Libertad Sindical de abril de 1977.
Oscense sin complejos y con mucho entusiasmo, fue concejal del ayuntamiento de Huesca
en el tardofranquismo, cuando inició sus responsabilidades como presidente
de la Comisión de Fiestas. Eran tiempos de novedades con las mairalesas,
figura nacida en 1973, y de un esfuerzo ímprobo, y es que el concejal de festejos
era el encargado de la programación de la feria taurina de San Lorenzo. Ricardo
Oliván contrataba las ganaderías y a las figuras del toreo, con unos resultados
artísticos y económicos encomiables. Los carteles, contrariamente a lo
que se presumía posteriormente, eran brillantes con tantas corridas de toros
como días tenía el ciclo laurentino.
Tal era su dinamismo que, en 1979, fue temporalmente alcalde de Huesca unos meses
hasta las primeras elecciones municipales de la democracia, en las que tomó
la vara de Alcaldía José Antonio Llanas.
También fue diputado provincial y, de hecho, entrañables y disputados
eran sus debates con Carlos García Martínez, presidente de la corporación
provincial de 1983 a 1987. Su último servicio institucional fue en las Cortes
de Aragón como diputado autonómico a partir de 1987 y hasta 1991.
En todos los casos, defendió las causas de Huesca y el Alto Aragón con
el arraigo a su tierra que le caracterizaba.
Ricardo Oliván Gracia se sentó también durante años en el Consejo
de Administración de Publicaciones y Ediciones del Alto Aragón S.A., recién
constituido después de que la Diputación Provincial de Huesca adquiriera
el principal paquete de acciones en la subasta de los Medios de Comunicación
Social del Estado. Con un gran cariño hacia este medio y sus profesionales,
desempeñó su papel como consejero hasta 1987.
Ricardo Oliván profesaba un cariño sin límites por su familia, por
su adorada Conchita –con la que le veía hace apenas unos meses en un centro
comercial y tenía tiempo y carácter para reconvenir algunas cuestiones
de mi profesión y también para mostrarme afecto que por mí era correspondido-,
por sus cuatro hijos y por sus nietos. Un hombre franco, un empresario generoso
que sufrió los avatares de crisis con entereza, un político entregado,
un concejal de Fiestas que tiene su dosis de trascendencia en la declaración
de Interés Turístico Nacional, y un buen amigo de sus amigos. Descansa
ya en paz un trabajador inagotable que se ha ganado la gloria de este humilde reconocimiento.
Los funerales por su descanso serán este viernes a las 11:00 horas en la
Catedral de Huesca y hasta entonces sus restos reposan en el Tanatorio de Huesca.