MADRID.- Funcionarios de la cárcel de Brieva (Ávila) han encontrado
este miércoles por la mañana muerta en su celda, colgada de un cinturón
de tela atado a la ventana, a Rosario Porto, madre de Asunta Basterra, condenada
a 18 años por el asesinato
de la niña, de 12 años, en A Coruña en septiembre de 2013.
Fuentes penitenciarias han indicado a Efe que en el recuento de la mañana,
que comienza celda a celda a las 8.00 horas, los funcionarios han visto a Rosario
Porto aún viva.
Cada día, los funcionarios llaman a las celdas y las abren para que las reclusas
bajen a desayunar. Cuando hacen este recuento, las presas tiene que estar de
pie, vestidas y preparadas, como lo estaba la madre de Asunta.
Ya en el desayuno, la han echado en falta, por lo que Porto podría haber
muerto entre las 8.10 y las 8.40 horas, según han indicado las fuentes.
Los funcionarios han ido a la celda, han encontrado a Rosario Porto colgada y
han avisado al 112. Los servicios sanitarios de emergencia le han practicado
maniobras de reanimación pero solo han podido certificar su muerte.
Porto tenía toda la celda recogida, incluidas pertenencias, lo que hace
pensar que tenía meditada su decisión, según las fuentes.
Rosario Porto, abogada, cumplía la pena por el asesinato de su hija adoptiva
y había cumplido 7 años en tres prisiones -A Lama (Pontevedra),
Teixeiro (A Coruña) y Brieva (Ávila)-.
Ya había intentado quitarse la vida en otras ocasiones. El 12 de noviembre
de 2018 se enroscó un cordón alrededor del cuello estando en la ducha
y llamó a voces a su compañera de celda alertándola de lo que estaba
haciendo, por lo que los funcionarios acudieron de inmediato y el episodio terminó
ahí.
Aunque no quedó acreditado que quisiera acabar con su vida, a partir de ese
momento se intensificó el protocolo de prevención de suicidios
y se le asignó a otra interna de confianza.
Previamente también había tratado de autolesionarse y el 24 de
febrero de 2017 fue ingresada en el hospital tras ingerir un medicamento que tomaba
habitualmente por prescripción médica.
Precisamente por ello, en los distintos centros penitenciarios por los que ha pasado
se le han aplicado protocolos antisuicidio hasta en seis ocasiones: tres
veces en A Lama y otras tres en Teixeiro.
De hecho, en esas ocasiones ha estado en la enfermería acompañada siempre
por una reclusa.
Fuentes penitenciarias precisan, no obstante, que no se puede estar aplicando
estas medidas de forma indefinida porque supone estar en la enfermería la mayor
parte del tiempo, además de un castigo añadido a la propia privación
de libertad.
Porto fue condenada junto a su marido, Alfonso Basterra, a 18 años de cárcel
por el asesinato de su hija adoptiva, cuyo cadáver fue hallado el 22 de
septiembre de 2013 en una cuneta del municipio coruñés de Teo, próximo
a Santiago de Compostela.