Un presupuesto de continuidad

LOS PRESUPUESTOS Generales del Estado contemplan 522 millones de euros para Aragón, un 3,5 por cierto más que el año anterior (18 millones), aunque el porcentaje que supone de la cifra total para España es similar a 2020. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana destinará 78,2 millones, principalmente para continuar con las autovías ya iniciadas, por lo que no hay grandes mejoras a la vista.

Por un lado, se destinarán 15 millones de euros para avanzar en el tramo entre Huesca y Siétamo (A-22), que está previsto acabar en 2024. Para la A-23 hasta Sabiñánigo, se dedicarán 11 millones para el trazado de la variante de Sabiñánigo y dos para Lanave-Embalse de Jabarrella-Sabiñánigo. Cuando se completen, se dará por terminada esta autovía.

También se han destinado 22,5 millones de euros para la A-21 entre Jaca y Pamplona, de los que 22,3 corresponden al tramo en obras entre enlace de Sigüés y Tiermas, pero poco parece que puedan avanzar en la variante de Jaca y entre Puente la Reina y el desvío de Fago, para los que han consignado 100.000 euros. Lo mismo sucede con los tres tramos de la A-14 (Alfarrás-Tamarite, Tamarite-Purroy y Purroy-Benabarre), con la variante sur de Huesca y el acceso al aeropuerto de Monflorite o con el tramo entre túnel de Balupor y Fiscal de la N-260. Para este último trazado, aunque recientemente se desbloquearon trámites administrativos, aún queda mucho para que puedan entrar las máquinas, mientras solo se avanzará con 6,7 millones más en el tramo del Congosto de Ventamillo. Tampoco se vislumbra la reapertura del Canfranc con 716.000 euros consignados. Muchas necesidades de la provincia tendrán que esperar al menos un año más. Bueno, aún se puede negociar.