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JUICIO DEL PROCÉS

El macrojuicio del "procés" queda visto para sentencia

Los acusados apelan al Tribunal para que solucione "un problema político"

El Supremo condenará a los líderes del 'procés' por sedición y malversación
El Supremo condenará a los líderes del 'procés' por sedición y malversación
EFE

MADRID.- El juicio por el proceso independentista en Cataluña quedó este miércoles visto para sentencia después de cuatro meses y 52 sesiones, y una vez que el tribunal escuchó una vez más a los doce acusados en sus alegatos finales. El presidente del tribunal, el magistrado Manuel Marchena, no se explayó y simplemente concluyó este macrojuicio con un sencillo "visto para sentencia", tras lo cual el público abandonó la sala, así como los abogados y los acusados, nueve los cuales emprendieron de nuevo su camino a la prisión de Soto del Real, donde han estado internados durante toda la celebración de la vista oral.

La última sesión de este juicio se limitó a escuchar los últimos informes de las defensas y los turnos de última palabra de los acusados. Todos hicieron uso de este derecho que les da la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) y la mayoría han emplearon casi la totalidad de los 15 minutos que les había otorgado el tribunal.

Durante estos cuatro meses exactos de juicio, los siete magistrados han escuchado a los doce acusados, 422 testigos -entre políticos, guardias civiles, policías nacionales, mossos, visitantes internacionales, votantes y otros miembros de la sociedad civil- y una docena de peritos. También han visionado cerca de 200 vídeos de lo ocurrido el 20 de septiembre y el 1 de octubre de 2017, tras lo cual llegó el momento de los informes finales, tanto de las acusaciones como de las defensas.

Los últimos alegatos de los acusados se extendieron durante unas dos horas, en las que casi todos apelaron al tribunal para que dicte una sentencia que "solucione" lo que han denominado como un "problema político" que el Poder Judicial no puede corregir.

Todos pasaron frente al tribunal para manifestar, como hizo Oriol Junqueras, que "lo mejor para todos sería devolver la cuestión al terreno de la política, de la buena política, de donde nunca debería haber salido". Porque si en algo coincidieron coincidido todos es en subrayar que el "problema, asunto, conflicto o cuestión" es de naturaleza eminentemente política.

Quien mejor lo verbalizó fue Jordi Sànchez: "Ustedes no tienen la solución al problema que le ha venido encima, pero lo cierto es que sí tienen una responsabilidad, que es no agravar la crisis política". Romeva lo ilustró asegurando que en "este banquillo no se sientan 12 personas, sino más de dos millones", que esperan una decisión "valiente" del tribunal ante la "oportunidad" que se abre, si bien adelantó que pase lo que pase, seguirán "con la mano tendida a todo el mundo". Por su parte, la expresidenta del Parlamento de Cataluña Carme Forcadell reprochó duramente durante su turno a las acusaciones que se la haya separado del resto de los que fueron sus compañeros en la Mesa de la Cámara y que en vez de ser enjuiciados por rebelión responderán tan solo por un delito desobediencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

"Este juicio ha sido claramente una farsa con gran vulneración de derechos", valoró por su parte, en declaraciones a los medios el presidente del PDeCAT, David Bonvehí, que defendió que lo que ocurrió el 1-O de 2017 "en ningún caso fue delito".

Igualmente, la exconsejera de Presidencia del "Govern", Elsa Artadi, señaló que "solo la absolución sería hacer justicia" y ensalzó lo "emotivo" de los alegatos de los líderes independentistas, que hablaron con gran dignidad". En la misma línea, Ernest Maragall (ERC) explicó su "doble sensación" de "la ignominia del juicio farsa" y el "orgullo" tras escuchar a los acusados.

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que acudió al Supremo para dar su apoyo a los encausados, afirmó que es el momento de poner en marcha, como respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo, "una unidad estratégica" para la autodeterminación, que considera un derecho "irrenunciable" que pertenece a los catalanes.

PROTESTA EN BARCELONA

Tras la sesión, unas 25.000 personas, según la Guardia Urbana, participaron en una concentración convocada por las fuerzas soberanistas en la plaza Catalunya de Barcelona, para reclamar la "anulación" del juicio".