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UNIÓN EUROPEA

La UE intenta sentar las bases del primer presupuesto de la eurozona

Hay frentes todavía abiertos como decidir de dónde saldrán los fondos

La UE intenta sentar las bases del primer presupuesto de la eurozona
La UE intenta sentar las bases del primer presupuesto de la eurozona
EFE

LUXEMBURGO.- Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) buscan finalizar el diseño del primer presupuesto de la eurozona, una herramienta destinada a engrosar su arsenal de medidas anticrisis, pero que divide a los países a la hora de decidir de dónde saldrán los fondos y cómo se utilizarán.

Pese a que el esbozo de este instrumento ha centrado sus encuentros de los últimos seis meses, los titulares económicos de la Unión (excepcionalmente en los debates sobre el presupuesto del euro participan todos los países miembros de la UE) al cierre de esta edición seguían reunidos, en aras de lograr un pacto.

El objetivo es poder presentar las líneas maestras del presupuesto a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en su próxima cumbre en Bruselas.

Los ministros confían en que este nuevo maratón negociador se cierre con un acuerdo que proporcione al menos un armazón del presupuesto sobre el que puedan seguir trabajando después.

Aunque todos se han mostrado optimistas de cara a un acuerdo, son conscientes de la dificultad debido a las diferencias entre los países sobre la naturaleza de esta herramienta.

España forma parte del grupo de países más ambicioso y reclama que el futuro presupuesto apoye también inversiones en momentos de crisis y no se limite a impulsar reformas estructurales a cambio de condiciones. Países Bajos lidera un conjunto de países que rechaza esta idea y prefieren que el instrumento se dedique únicamente a apoyar la competitividad y la convergencia, sin contar con elementos contracíclicos.

El futuro presupuesto se destinará a mejorar la competitividad y reducir las divergencias económicas entre los países del euro, un fin menos ambicioso del planteado por Francia.

Y es que el mecanismo genera recelos entre algunos países, con Holanda a la cabeza, que temen acabar pagando por los desmanes de otros socios.

El hecho de que Italia esté al borde de ser expedientada por no encauzar su abultada deuda pública no ha contribuido a suavizar las reticencias.