MADRID.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encontró este jueves con las primeras líneas rojas que los partidos ponen a la mesa para un pacto por la reconstrucción que quiere crear la semana que viene y que sigue pendiente de la participación del PP, sobre el que crece la presión.

La portavoz del Ejecutivo y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, compareció en dos ocasiones durante la jornada. En la primera aparición ante la prensa, en la Moncloa, apremió al líder de los populares, Pablo Casado, a que se sume cuanto antes. En la segunda, le indicó que la reunión se celebrará cuando quiera.

De momento no hay día ni hora para el encuentro entre los líderes de los dos principales partidos españoles. Se ha especulado con que tendrá lugar a primeros de la semana que viene, pero sin concreción todavía.

Pablo Casado, entretanto, no da respuesta. Este juvesr, acompañado por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeyda, visitó el hospital de Ifema.

En el día en que trascendieron rencillas en el seno del Gobierno sobre los tiempos para poner en marcha el ingreso mínimo vital, el líder del PP pidió a Sánchez unidad interna y un "plan de choque" contra el coronavirus antes de exigir un pacto a la oposición para reconstruir España.

A la espera de lo que decida el PP, Sánchez ha comenzado a tener encuentros por videoconferencia con los representantes de los partidos que tienen escaño en el Congreso. Ayer fueron, por orden cronológico, Unidas Podemos, JxCat, Más País, Compromís y BNG (estos cuatro integrados en el Grupo Plural), y también Cs y PNV.

Ninguno rechazó categóricamente formar parte de la Mesa, pero todos expusieron sus condiciones, incluso Unidas Podemos, socio de Gobierno, cuyo portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, pidió al presidente que la reconstrucción económica del país tras la crisis del coronavirus se sustente en los artículos sociales de la Constitución.

El diputado de Más País, Íñigo Errejón, transmitió a Sánchez que ve bien que haya acuerdos, pero le pidió que sirvan para avanzar en la transición ecológica de la economía. Y abogó por introducir una fiscalidad progresiva, basada en una nueva figura, la "tasa COVID".

Compromís, por medio de su único diputado, Joan Baldoví, expresó al presidente que su formación desea estar en la Mesa para la reconstrucción porque pretende, ante todo, "ser parte de la solución" y le exigió una fiscalidad progresiva.

JxCat también quiere colaborar en la búsqueda de soluciones económicas y su portavoz parlamentaria, Laura Borràs, dejó claro que harán propuestas constructivas siempre y cuando la Mesa no conduzca a un refuerzo del Estado de las Autonomías.

Tal y como Sánchez comunicó a varios interlocutores, además de la Mesa de partidos para la reconstrucción, tiene previsto configurar un foro paralelo con las comunidades autónomas y los ayuntamientos, agrupados en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

El PNV no descartó su implicación en la Mesa de partidos, pero para ello deben cumplirse dos "premisas", en expresión del portavoz en el Congreso, Aitor Esteban. La primera es que dicha Mesa se dedique a la recuperación económica y a mantener el tejido labora; la segunda, respetar el autogobierno de Euskadi.

Diferentes fueron las condiciones planteadas por la líder de Cs, Inés Arrimadas. Según contó ella misma en una rueda de prensa telemática, reclamó a Sánchez celeridad y menos improvisación. Peor también que Podemos no influya en el plan de reconstrucción.

Contó, asimismo, que el presidente del Gobierno no ha precisado ninguna medida, crítica en la que coincidió el diputado del BNG, Néstor Regor. Esta formación pidió la exclusión de la derecha y sus recetas de "recortes".