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PANDEMIA DEL CORONAVIRUS

Los beneficios caen en el sector de supermercados por la crisis del coronavirus

La patronal apunta a una subida "exponencial" de los costes, como el de logística o contratación

Los beneficios caen en el sector de supermercados por la crisis del coronavirus
Los beneficios caen en el sector de supermercados por la crisis del coronavirus
R.G

MADRID.- Las cadenas de supermercados afrontan un descenso generalizado de sus beneficios en el marco de la crisis sanitaria y las empresas ya se preparan para adaptarse a un consumidor que reducirá sus visitas a las tiendas también en los próximos meses, incluso una vez levantado el confinamiento.

Así lo detecta el director general de la patronal Asedas -que aglutina a Mercadona, DIA y una decena de grupos regionales-, Ignacio García Magarzo, quien en una entrevista con Efe niega con vehemencia las especulaciones sobre una hipotética subida de precio de los alimentos que por el momento los datos oficiales tampoco reflejan, más allá de repuntes puntuales en algunos productos que vincula a cuestiones de temporalidad, como ocurre con algunas frutas cuya campaña se acaba y de las que entran al mercado nuevas variedades sensiblemente más caras.

"Todas las fuentes, empezando por el IPC, demuestran que hay una gran estabilidad en los precios. En algunos productos, cuya demanda ha aumentado mucho, las empresas están tratando de evitar al máximo las subidas o retrasarlas lo más posible. Habrá que ver cómo evolucionan en el futuro", incide.

En el sector se observa un incremento medio de la facturación de entre el 10 y el 15 % desde que comenzara la crisis, dato que palidece frente a unos costes disparados para los grupos de distribución, según el responsable de la patronal.

"El sector en absoluto está haciendo su agosto. Cifras de descenso de beneficios como las que se están dando -Mercadona informó de una caída del 95 % de sus resultados en marzo- son completamente lógicas. Los beneficios están por debajo de lo previsto en todas las cadenas", constata.

La culpa radica en una subida "exponencial" de los costes por los esfuerzos en logística (reforzando el transporte de almacén a la tienda), el pago de primas a la plantilla, el incremento de la contratación y la compra de material de protección y seguridad para clientes y trabajadores, entre otros factores.