Actualidad

CORONAVIRUS

Los pediatras están en desacuerdo con poder reducir la distancia en el aula

Concha Bonet de Luna, de la Asociación Española de Pediatría para la reapertura de los colegios, ve que las ratios educativas son "muy altas" 

El Ministerio de Educación y las comunidades acordaron poder rebajar la distancia a 1,2 metros
El Ministerio de Educación y las comunidades acordaron poder rebajar la distancia a 1,2 metros
Efe

Los pediatras españoles han subrayado este lunes la necesidad de mantener la distancia en el aula de al menos metro y medio, pese a que el protocolo de prevención de la covid-19 permite a las autoridades educativas reducirla a 1,2 metros.

El Ministerio de Educación y las comunidades acordaron poder rebajar la distancia a 1,2 metros, con lo que este curso se eleva la ratio a los niveles de antes de la pandemia (25 primaria, 30 ESO y 35 bachillerato) y no se contratan todos los refuerzos de docentes del año académico 2020-2021 para frenar los contagios, una medida muy protestada por familias y sindicatos.

En una entrevista con EFE, la médica Concha Bonet de Luna, del grupo de trabajo de la Asociación Española de Pediatría para la reapertura de los colegios, ha explicado que las ratios educativas son "muy altas" y los profesores "están un poco desbordados".

Educación intenta que "la mayor parte de niños vayan a clase; desde el punto de vista de Sanidad insistimos en mantener las distancias de al menos metro y medio, pero eso condicionaría que hubiese menos niños por clase porque los ratios en España son muy altas", ha dicho.

¿Qué pasa este año con los abuelos?

Con la vuelta al colegio y el apoyo que muchos abuelos prestan al cuidado de los más pequeños, la pediatra explica que lo que evitan las vacunas es una enfermedad grave, pero "no parece que el contagio se mitigue".

Tras señalar que la capacidad de respuesta de las vacunas en las personas mayores no es tan elevada como en el resto, Bonet de Luna defiende que "habrá que sopesar y ser prudentes dependiendo de las patologías que tengan los abuelos, aunque metiendo en la ecuación que podemos morir de la covid, pero también de soledad".

No hay que bajar la guardia

La experiencia del año pasado resultó positiva: "Si logramos aguantar y mantener las medidas actuales (distancia, higiene, mascarilla) y, sobre todo, que los padres no lleven al colegio a los niños cuando estén con malestar, febrícula, tos, mocos o diarrea, el curso nos irá bien".

"El ser humano intenta normalizar la vida, pero este virus tiene unas mutaciones muy rápidas, y cada vez son más contagiosas", subraya.

¿Un mejor escenario? Sí, pero no es el nirvana

El año pasado no había nadie vacunado; por lo tanto, "el escenario es mejor, pero hay una incidencia acumulada que es más alta, casi el doble que el año pasado; es decir, esta situación no es el nirvana".

Se calcula que a principios de curso, la mitad de los mayores de 12 años estarán vacunados, y la inmunidad de rebaño no se conseguirá hasta el 75 o 90 % de vacunación.

En este contexto, la pediatra ha subrayado la necesidad de seguir manteniendo las medidas de seguridad porque, "pese a estar vacunados, se elimina el virus a través de la garganta y podemos ser contagiosos".

"¿Cómo de contagiosos en relación con una infección natural: Aún no se sabe. Pero hay gente que dice que igual y otra que un tercio menos; es decir, prudencia, prudencia, prudencia".

Si la situación "empeorase muchísimo, se baraja que la vacunación fuera obligatoria por una cuestión de salud publica, pero por ahora yo creo que no", advierte.

¿Cuáles han sido las secuelas más graves?

El coronavirus, añade Bonet, "lo que ha hecho es desenmascarar la fragilidad de una sociedad que llevaba años siendo bastante infeliz y con problemas de salud mental".

En países mediterráneos, donde lo social es tan importante, se han desencadenado "muchos problemas de ansiedad, algunas veces depresión y conductas un poco alteradas, sobre todo en adolescentes y en niños que no habíamos visto en tal número previamente".