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POLÍTICA INTERNACIONAL

Afganistán ahonda el debate en Europa sobre la inmigración

El presidente de la Eurocámara se declara decepcionado por la falta de acuerdo

Talibanes celebrando la retirada de las tropas de EEUU
Talibanes celebrando la retirada de las tropas de EEUU
EFE

La crisis de Afganistán y su potencial llegada de refugiados a Europa ha vuelto a evidenciar las diferencias que existen entre países como Hungría o Grecia e instituciones como el Parlamento Europeo a la hora de pactar una política migratoria en la UE.

El presidente de la Eurocámara, David Sassoli, se mostró este miércoles “decepcionado” por el hecho de que los países de la UE no se comprometieran la víspera a acoger a refugiados afganos, en la reunión extraordinaria que mantuvieron en Bruselas los ministros del Interior para abordar la crisis migratoria que puede conllevar la vuelta de los talibanes al poder.

Estamos muy decepcionados con las conclusiones del Consejo de Interior de martes. Vimos a países de fuera de la UE que dieron un paso adelante y dieron la bienvenida a refugiados afganos”, dijo durante su intervención en el Foro Estratégico de Bled (Eslovenia). “Desafortunadamente no hemos visto a tantos países europeos hacer lo mismo”, lamentó Sassoli.

Los ministros del Interior de la UE rechazaron el martes acoger a refugiados afganos mediante un sistema de cuotas, como propuso la Comisión Europea (CE) en 2015 tras la crisis migratoria de la guerra en Siria, que no fructificó por el rechazo de diversos gobiernos europeos.

Por otra parte, la presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, se comprometió la semana pasada a aportar 200 millones de euros de ayuda humanitaria a Afganistán y los países de la UE se comprometen a invertir 300 millones para reasentar a refugiados, ya sean del país centroasiático o de otros en conflicto.

“Fui el primero que definitivamente se opuso” a la política de aceptar refugiados “en 2015”, replicó a Sassoli el primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, en la misma conferencia internacional de dirigentes europeos y expertos para hablar del futuro de Europa.

Este enfoque puede destruir la identidad cultural de Europa. Creo que (en 2015) llegaron muchas personas peligrosas a Europa que puede desembocar en terrorismo y en muchas dificultades sociales”, afirmó.