SOCIEDAD
El miedo a un hipotético “gran apagón” lleva a conductas irracionales
La incertidumbre vivida con la pandemia provoca hacer acopio de material y enseres

El miedo a un hipotético y no probado “gran apagón” está reactivando la ansiedad y el miedo a la incertidumbre ya vividos con la pandemia del coronavirus y afecta a personas especialmente vulnerables, que sienten la necesidad de hacer acopio de material y enseres dejándose llevar “por una corriente de manera compulsiva y no racional”.
El anuncio hecho el pasado octubre por la ministra austriaca de Defensa, Klaudia Tanneren, el que sentenciaba que se iba a producir un “gran apagón” y lo calificaba de “peligro real”, al tiempo que pedía a la población que comprara materiales como combustible, velas baterías, conservas y agua potable, prendió la mecha del miedo en otros países vecinos, incluido España.
El psicólogo valenciano Enric Valls explica a este respecto que este tipo de situaciones pueden tener repercusiones en nuestra salud mental al generarse una “psicosis o histeria colectiva”.
En declaraciones a Efe Valls señala que algunos de sus pacientes reconocen que ya han retirado del banco cantidades de dinero en efectivo o le preguntan si “ya he comprado un hornillo”. En su opinión, esas afirmaciones de la ministra austríaca ha iniciado un fenómeno de imitación que, pese a que los expertos han señalado que España no es igual que Austria y no vean riesgo real de que se produzca este apagón, “se empieza a actuar de forma compulsiva y sin raciocinio” y se compra “por si acaso”.
Algo que ocurrió por ejemplo en la pandemia con la compra de papel higiénico, un acto “sin ningún tipo de explicación racional”, indica Valls, y que fue extrapolable a la compra de armas en EE.UU.
El psicólogo pide “racionalizar el pensamiento, tener criterio y abogar por el sentido común”, además de no sobreinformarse y contrastar las informaciones que se difunden en redes sociales.
A nivel contextual, dice el experto, “estamos en una época de pospandemia, de crisis energética y de cambio climático” y “estamos hartos”. Por ello, mucha gente “se deja llevar por la corriente”.