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TRÁFICO DE ARTE

Una hija de Emilio Botín, de investigada a estafada por tráfico ilegal de arte

El motivo sería la compra de una leona íbera del siglo VI antes de Cristo

Paloma Botín, en una conferencia realizada en ARCOmadrid 2013.
Paloma Botín, en una conferencia realizada en ARCOmadrid 2013.
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Paloma, una de las hijas del banquero Emilio Botín, y su esposo han pasado de investigados a posibles estafados por la compra de una escultura de una leona íbera del s. VI antes de Cristo, supuestamente procedente del expolio de un yacimiento arqueológico, a unos anticuarios que traficaban con arte.

El matrimonio fue inicialmente imputado por la titular del Juzgado de Instrucción número 24 de Barcelona, a raíz de una investigación por tráfico de arte, en el marco de una operación contra el comercio de obras expoliadas por el Dáesh en Libia. La leona, junto a las esculturas de dos toros también íberos, estaban siendo buscadas por la Policía desde el año 2017, después de que unos anónimos alertaran de que las tres piezas habían sido expoliadas en un yacimiento arqueológico situado entre Jaén y Córdoba. Las investigaciones no dieron fruto hasta que, en los registros y escuchas telefónicas ordenados, en la que fueron detenidos un anticuario y un marchante de arte de Barcelona, la Policía encontró datos y fotografías de las piezas íberas que apuntaban a que la leona había sido comprada por una hija de Botín. Sin embargo, el matrimonio ha aportado documentos suficientes para que la Fiscalía haya concluido que compraron la escultura de “buena fe”.