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RELACIONES INTERNACIONALES

Pelosi desafía a China con su visita a Taiwán, que dispara la tensión

La presidenta de la Cámara de EE. UU. llegó sin aviso previo

Llegada de Nancy Pelosi, en el centro, ayer a Taiwan.
Llegada de Nancy Pelosi, en el centro, ayer a Taiwan.
E. PRESS

La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, llegó ayer a Taiwán en una visita sin anunciar que exarcebó las tensiones entre su país y China, que considera el viaje una provocación a la que respondió mostrando músculo militar e imponiendo sanciones a importaciones de la isla.

Pelosi aterrizó en Taipéi poco antes de las once de la noche locales procedente de Kuala Lumpur poniendo fin a un frenesí de especulaciones, ya que su visita no se había confirmado con anterioridad pese a que medios estadounidenses y taiwaneses la daban por segura desde la víspera.

Minutos después de aterrizar, la alta funcionaria, segunda en la línea de sucesión a la Casa Blanca, señaló en Twitter que su visita “honra el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con el apoyo a la vibrante democracia taiwanesa” y “no contradice las políticas mantenidas desde hace un largo tiempo” por su país.

Para Pekín, sin embargo, el viaje de Pelosi supone el cruce de una “línea roja” por parte de Washington y un desafío a la política estadounidense de ‘una sola China’ que implica, en teoría, el reconocimiento de la soberanía china sobre Taiwán.

China llevaba días advirtiendo de que respondería con contundencia y sin excluir acciones militares a la presencia de la política estadounidense en la isla al considerarlo de facto una muestra de respaldo a la independencia del territorio, que es para Pekín una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.

Así, el ministro de Exteriores de China, Wang Yi, condenó la “deplorable traición” de Estados Unidos en la cuestión de Taiwán, vaticinó que la actuación del país norteamericano “perjudicará su credibilidad a nivel internacional” y calificó de “línea roja” para China el principio de ‘una sola China’.