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Por
  • Julia Navarro

25,8

La ministra de Defensa ha alabado el trabajo de las unidades militares.
La ministra de Defensa durante su visita a Jaca.
P. B.

Que no cunda el pánico: no va a pasar nada por la decisión de Pedro Sánchez de aumentar en un 25,8 por ciento el presupuesto del Ministerio de Defensa. Escribo que no va a pasar nada porque las protestas de los ministros y dirigentes de Podemos están hechas con la boca pequeña. Vamos, que no van a abandonar el Gobierno donde están la mar de bien.

Así que no deja de ser un brindis al sol las quejas podemitas de que no sabían nada del aumento del gasto en Defensa. Para empezar ese fue un compromiso del propio Presidente en la cumbre de la Otan, ya que este organismo tiene fijado que los países gasten el 2 por ciento de su producto interior bruto en Defensa y, para terminar, no es creíble que no supieran nada. Además, desde filas socialistas y desde el propio Gobierno se han encargado de asegurar que sus socios de coalición estaban más que informados.

Respecto a la aspiración de la Otan de que los países miembros inviertan su 2 por ciento de PIB, nuestro país no alcanza esa cifra ni de lejos, aunque esa subida del 25,8 por ciento es una muestra de la voluntad de alcanzar en algunos años ese compromiso. Y eso lo saben bien en Podemos por más que este partido haga como que no se ha enterado.

Buena parte de ese 28,5 por ciento se lo llevarán las inversiones en la industria armamentística nacional que de paso crea puestos de trabajo. Pero más allá de esta consideración, que puede resultar un tanto cínica, lo cierto es que en el mundo en que vivimos necesitamos unas Fuerzas Armadas profesionales, bien equipadas, y tecnológicamente avanzadas.

Unas Fuerzas Armadas que sean realmente unas fuerzas de Defensa en este mundo tan conflictivo en que vivimos, además de prestar servicios impagables como lo hicieron durante la terrible pandemia del Covid, o de su presencia en lugares lejanos bajo la bandera de Naciones Unidas, o su participación en otras misiones de paz. Y para que nuestras Fuerzas Armadas sean eficaces en el cumplimiento de la misión que les tiene encomendada la Constitución, necesitan obviamente medios.

En cuanto a la estabilidad del Gobierno de coalición no hay problema. La dirección de Podemos sabe que son más las ventajas que los inconvenientes de formar parte de un Gobierno, así que más allá de las protestas oficiales al final no pasará nada.

Puede que la coalición se deshaga en vísperas electorales, pero hasta ese momento Sánchez necesitará a Podemos y Podemos necesitará a Sánchez. Les une el pegamento más fuerte del mercado: el Poder.