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RELACIONES BILATERALES

Biden y Xi rebajan las tensiones, pero aún chocan sobre Taiwán

Los presidentes de Estados Unidos y de China escenificaron este lunes un acercamiento destinado a evitar que su rivalidad termine en conflicto

Xi y Biden, presidentes de China y Estados Unidos, se dieron un cálido apretón de manos en su primer encuentro presencial. INDONESIA CHINA US G20 BALI SUMMIT
Xi y Biden, presidentes de China y Estados Unidos, se dieron un cálido apretón de manos en su primer encuentro presencial. 
Efe

Los presidentes de Estados Unidos y de China, Joe Biden y Xi Jinping, escenificaron este lunes un acercamiento destinado a evitar que su rivalidad desemboque en un conflicto abierto, aunque ambos se mantuvieron firmes en sus líneas rojas, especialmente en torno a Taiwán.

Biden y Xi se reunieron durante más de tres horas en un hotel de la isla indonesia de Bali, un día antes del arranque de la cumbre del G20 y en lo que supuso el primer encuentro cara a cara de los dos líderes desde que el estadounidense llegara la Casa Blanca en enero de 2021.

Los Gobiernos chino y estadounidense dieron detalles del encuentro en dos comunicados, que coinciden en muchos puntos pero difieren en otros, como la guerra en Ucrania.

Según el comunicado del Ministerio chino de Exteriores, Xi avisó a Biden de que Taiwán, cuya soberanía reclama China, es “la primera línea roja que no se debe cruzar”, y aseguró que espera que EE.UU. haga “honor a su promesa” de no apoyar una eventual independencia de la isla.

Por su parte, la Casa Blanca dijo que Biden comunicó a Xi que su política hacia Taiwán no ha variado y que sigue oponiéndose a cualquier “cambio unilateral” en el statu quo.

Biden reiteró su apoyo al principio de “una sola China” que significa que el único Gobierno chino al que reconoce Washington es el que tiene sede en Pekín, lo que le aleja de las aspiraciones independentistas de Taiwán.

A cambio de reconocer ese principio, Estados Unidos firmó el Acta de Relaciones de Taiwán de 1979, que compromete al país con la defensa de Taiwán, aunque no deja claro si la potencia intervendría en caso de ataque chino en una política conocida como “ambigüedad estratégica”.