Aragón

ALTO ARAGÓN - NUEVAS TITULACIONES

Joaquín Sánchez y Charo Cantarero, guardas de refugios: "Somos multiusos, tenemos que saber hacer un poco de todo"

Son dos de los primeros 44 guardas de refugios en obtener un certificado de profesionalidad

Joaquín Sánchez y Charo Cantarero, guardas de refugios: "Somos multiusos, tenemos que saber hacer un poco de todo"
Joaquín Sánchez y Charo Cantarero, guardas de refugios: "Somos multiusos, tenemos que saber hacer un poco de todo"
D.A.

HUESCA.- Joaquín Sánchez y Charo Cantarero son dos de los 44 guardas de refugios y albergues de montaña que han obtenido un certificado de profesionalidad que reconoce y acredita su experiencia en este campo; una titulación con la que Aragón es pionera en España en la expedición de esta acreditación oficial.

Joaquín, tras 30 años de trabajo en el Refugio de Estós (en la comarca de la Ribagorza), es "el guarda veterano" del Pirineo altoaragonés, y Charo, guarda del Refugio de Lizara (en la comarca de la Jacetania), es una de las pocas mujeres "guardianas" de refugios en el Alto Aragón. Junto con otros compañeros de profesión, ambos recogieron este miércoles en Huesca un título que -coinciden- es necesario y oportuno porque reconoce su experiencia y su trabajo "multiusos", ya que su día a día incluye muchas y diferentes tareas para garantizar el buen funcionamiento de los refugios y que los montañeros encuentren un sitio seguro, agradable y cómodo antes o después de sus rutas montañeras.

Joaquín Sánchez (que es uno de los tres guardas de Estós) explica que su trabajo varía de una época del año a otra. Mientras que el otoño es "la temporada de preparar el invierno, la leña, los suministros, etcétera", en invierno (cuando alterna su estancia en el refugio una semana sí y otra no) "hacemos mantenimiento y vigilancia", mientras que en verano llega el "turismo puro y duro", lo que hace que estén cuatro guardas todos los días y que el trabajo sea intenso.

Joaquín y Charo recogen los datos meteorológicos todos los días y los nivológicos, si hay nieve, una vez a la semana, para remitirlos a entidades como la Agencia Estatal de Meteorología.

No descuidan las tareas domésticas de limpieza y cuidado de las instalaciones del refugio, hacen comidas si hay montañeros y arreglan las averías que les surgen porque "somos multiusos -ironiza el guarda de Estós- porque tenemos que saber hacer un poco de todo". Por ello, entiende que el certificado "es algo que nos merecemos, sinceramente, es un buen reconocimiento". Y no sólo por su trabajo multitarea, sino porque "el aislamiento es duro" y más - reconoce- "si tienes familia", aunque apunta que, en su caso, su mujer vive cerca y lo entiende porque ella también fue guarda.

Un aspecto que destaca y que asegura no todo el mundo reconoce es la dificultad que supone que los suministros lleguen a los refugios de montaña. "El camión de repartir el pan no llega, ni el de la fruta, ni el del carnicero, no llega nada; eso hay que subirlo todo, bien con helicóptero o con caballerías (en otros tiempos) y en invierno, cuando no se puede, a la espalda, y eso es lo que hay gente que no entiende".

Tras tres décadas de guarda, Joaquín es una voz más que autorizada para contestar a la pregunta de cómo ha cambiado la forma de salir a la montaña. "La montaña sigue siendo la misma, lo que ha cambiado son las personas, es como de la noche al día, pero piensas: es turismo, y al fin y al cabo es de lo que vivimos. Es así", se reafirma.

Justo en el otro extremo del Pirineo altoaragonés, en concreto en Aragüés del Puerto, Charo Cantarero se ocupa el Refugio de Lizara. Relata que ahora, en invierno ("por fin" -dice- en referencia a la llegada este miércoles de la primera gran nevada de esta temporada), tras levantarse y desayunar, "te abrigas y sales a hacer la meteo, y lo primero que tienes que hacer al abrir la puerta es palear toda la nieve que tienes delante para acceder a la zona donde está la garita de la meteo para tomar los datos", que después manda por internet a diversos organismos.

Lejos de acabar allí su tarea matinal, continúa con la limpieza de las placas de hielo o la retirada de la nieve de todas las entradas y de los vehículos.

Como en invierno el refugio "suele estar tranquilo entre semana", Charo cuenta que se dedica a "arreglar cosillas" porque "siempre tienes cosas que hacer" y bromea diciendo: "Somos un poco aprendiz de todo y maestro de nada".

Al igual que Joaquín, Charo aplaude la nueva titulación y entiende que es un primer paso para "luego poder conseguir otras cosas que nos harían falta como oficio reconocido, porque el de guarda de refugio es un oficio que no está reconocido en ningún sitio".

Charo, Joaquín y el resto de guardas recibieron su acreditación oficial de mano del director general de Planificación y FP del Gobierno de Aragón, Ricardo Almalé; el presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM), Luis Masgrau; la directora de la Escuela de Hostelería y Turismo de Huesca, Teresa Castaño; y Roberto Santolaria, de la agencia de certificación.