Aragón

ALTO ARAGÓN - POBLACIÓN

La pérdida de habitantes en la provincia de Huesca lastra el censo y el número de concejales

Un total de 19 municipios altoaragoneses pierden ediles ante la nueva cita electoral

La pérdida de habitantes en la provincia de Huesca lastra el censo y el número de concejales
La pérdida de habitantes en la provincia de Huesca lastra el censo y el número de concejales

HUESCA.- El descenso de habitantes en el medio rural ha llevado consigo una reducción de los concejales asignados en 19 municipios de la provincia, de acuerdo con la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg).

En la mayor parte de los casos, los regidores achacan esta situación al envejecimiento y a la falta de relevo generacional mientras que en otros el censo no se ajusta a la realidad, al realizarse cada cuatros años, en este caso entre el 1 de enero del 2014 y el 1 de enero del 2018.

La excepción a estos descensos del número de habitantes se da en Castiello de Jaca, que pasa de 5 a 7 concejales al incrementar su población de 243 a 267 residentes empadronados en este municipio, aunque con matices, como afirma su alcalde, Álvaro Salesa, quien indica que las "fluctuaciones son habituales" en este término. Recuerda que, en el año 2011, ya tuvieron siete concejales.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) son "un poco irreales" porque el censo que se utiliza para las elecciones toma como referencia el 1 de enero de 2018, cuando contaba con alrededor de 255 habitantes, "pero ahora hemos vuelto a bajar de población", matiza.

Estos cambios en la población se deben, según el alcalde, "a que muchas personas alquilan casas en Castiello porque es más barato que en Jaca" y también "se nota la influencia turística" en el municipio.

En su opinión, "hacer listas de concejales en un pueblo pequeño de cara a las elecciones no es fácil porque vive poca gente".

No obstante, deja claro que "el objetivo de ganar población está en la mente de cualquier alcalde dado que el problema del envejecimiento es general en los pueblos y cuesta fijar población".

En el lado opuesto está Boltaña, cuyo municipio ha pasado de 9 a 7 ediles al registrar un descenso desde los 1.041 habitantes a 986 entre 2014 y 2018.

En este caso, las obras en el Hotel Monasterio de Boltaña durante 2008 llevaron consigo un aumento del censo municipal. "Cuando acabaron esos trabajos, la mayor parte se marchó aunque alguno se quedó", expresó el primer edil, José María Giménez.

No obstante, recalca el regidor, "Boltaña es la cuarta población de la provincia que más habitantes ha ganado en el último año" pese a haber perdido dos concejales.

Actualmente, el municipio cuenta con 1.026 habitantes empadronados, una cifra superior a los 986 registrados en enero de 2018. "Si el INE hubiera recogido la referencia del 1 de enero del 2019 reflejaría mejor la realidad que tenemos en este momento", lamenta.

Por ello, el primer edil plantea que el INE "recoja la referencia de fin o inicio de año más cercana a las elecciones".

El hecho de perder concejales "supone dos personas menos que van a trabajar por el pueblo a nivel municipal y a nivel de ingresos también, porque el plan de obras de la Diputación de Huesca hace referencia al 1 de enero del 2018".

El incremento de habitantes, explica Giménez, se debe a que en Boltaña "intentamos facilitar la vida de los vecinos", y subraya la importancia de "estar empadronado en el sitio en el que se vive". A su vez destaca que la población de Boltaña es "acogedora" con todos los que han decidido vivir aquí.

En el municipio de La Sotonera también se ha reducido el número de concejales de 9 a 7. Según su alcalde, Pedro Bergua, la proximidad a Huesca "supone un atractivo para las poblaciones más cercanas" y por ello resta habitantes a los núcleos rurales de su entorno.

A su vez, Bergua también achacó esta situación al envejecimiento y la despoblación generalizada en el medio rural que, en el caso de La Sotonera, engloba a siete núcleos.

Aunque el municipio pueda registrar más habitantes durante las fiestas o celebraciones puntuales, la realidad es la del día a día.

En cualquier caso, destaca que Bolea presenta "buenas comunicaciones con un carretera prácticamente nueva, fibra óptica desde el 2012, colegio, consultorio médico, farmacia, panadería, un restaurante y la Colegiata" y, además, se está trabajando para que la fibra óptica llegue al resto de núcleos como en Aniés y Plasencia del Monte".

También se refiere a la situación de la financiación de las administraciones locales. "No pueden disponer de sus propios recursos con las limitaciones legales de un techo de gasto", explica.

Por su parte, Puente de Montañana ha visto reducidas sus concejalías de 5 a 3 al pasar el número de habitantes de los 119 de 2018 a los 93 del año pasado.

Para su alcalde, Javier Bergua, "el principal problema es que hay más entierros que bautizos", dice gráficamente. Y subraya, en este sentido, que "solo ha habido un par de nacimientos en el municipio en los últimos seis años". En su opinión, "el INE no se preocupaba mucho de los censos hasta hace unos años".

En el caso de este municipio, explica el primer edil, uno de los problemas se debe a que habitantes que estaban empadronados y no vivían en el municipio, de modo que desde el Ayuntamiento han tenido que realizar bajas de oficio. "Hemos perdido censo por cuestiones sanitarias, con habitantes que viven en otros municipios como en Tremp, aunque están empadronados en Puente de Montañana, o personas con doble residencia", expresa.

En definitiva, "vamos perdiendo gente mayor y no hay relevo generacional". Frente al medio urbano, resalta que "en el pueblo se puede vivir mejor con menos dinero".

Por su parte, Isábena es otro de los núcleos ha pasado de 7 a 5 munícipes por el descenso de población. Su alcalde, Joaquín Montanuy, explica que "la realidad del medio rural es complicada. Aunque tenemos jóvenes que están generando actividad económica con ganadería, granjas y algo de turismo, hay pocos".

En este municipio, las propiedades agrarias han pasado de 30 a 5 o 6 propietarios, quienes asumen la explotación de estas parcelas. "Ahora necesitan toda la superficie porque las fincas son pequeñas y de este modo pueden vivir holgadamente", comenta el alcalde.

En cuanto al resto de posibilidades turísticas del municipio, subraya la existencia de al menos siete restaurantes y un campin "que funciona muy bien y es el motor del valle, al atraer a 400 personas en temporada alta".