Aragón

ALTO ARAGÓN - COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN DE HUESCA

Caldearenas: el pueblo donde hay más niños en la escuela que vecinos

#CONTRALADESPOBLACION

Caldearenas: el pueblo donde hay más niños en la escuela que vecinos
Caldearenas: el pueblo donde hay más niños en la escuela que vecinos
CP. V.R.

Nadie diría que en Caldearenas solo viven 15 vecinos porque al atravesar en coche las primeras casas, saltan a la vista coloridos dibujos en las ventanas. La monotonía de lluvia tras los cristales, de ese "Recuerdo infantil" de la escuela de Antonio Machado, se queda en el viaje, por las intensas precipitaciones solo interrumpidas por el limpiaparabrisas. Esas creaciones infantiles invitan a colarse en esa madriguera, como Alicia, y a explorar ese nuevo mundo en una mañana parda y fría, pero eso se queda fuera. Es el colegio de Caldearenas, al que acuden 18 niños en un pueblo de solo 15 vecinos.

Es la clase. Ni Caín ni Abel representados. Ni hay maestro enjuto y seco que truene. Hay un proyecto educativo centrado en la participación de las familias que ha hecho que no solo acudan los niños a quienes les corresponde, sino que haya más padres que lo elijan. Esta no parece la historia del mismo colegio Virgen de los Ríos que estuvo amenazado de cierre. Es la historia de un colegio con futuro. Son 18, pero el próximo curso, seguramente serán veinte.

Ninguno, casualmente, es de Caldearenas. Nueve de ellos provienen de Sieso de Jaca, dos de Ibort -ambos núcleos quedaron despoblados y han vuelto a ser habitados- tres de Ara, dos de la Pardina de Vizcarra, uno de Osia (sus dos hermanos ya pasaron) y otro de Sorripas, todos de familias de nuevos pobladores. Posiblemente el próximo curso entre otro niño de Estallo y quizá se alcancen los 20 con otra familia procedente de Pamplona. Además, en Sieso hay dos bebés y otros dos en camino. En Caldearenas, entre los 15 habitantes habituales hay uno de 20 meses. Por eso, hay futuro.

Y en parte tiene mucho que ver el proyecto educativo, que trabaja con las familias y con el entorno. "Te invito a mi pueblo" es una de las iniciativas para que los niños conozcan el lugar de procedencia de sus compañeros, ya que algunos distan muchos kilómetros. También hacen radio y entrevistan a personas mayores, además de aprovechar todos los recursos a su alrededor. En Youtube, se puede ver su "Room Scape" en la antigua fábrica de harinas de Caldearenas, convertida en museo. Además, desarrollan un proyecto de "socialización" con las escuelas de unitarias de Aineto y Senegüé, ya que tampoco pertenecen a ningún Colegio Rural Agrupado (CRA).

En Caldearenas hay jornada continua por conciliación familiar y vinculada a un proyecto educativo que comenzó a desarrollar una maestra, lo presentó otra y lo ha defendido el actual director, José Álvarez, que lleva dos cursos en el centro, aunque no es su plaza definitiva. Y es que uno de los problemas que acusan estos centros es que habitualmente el 100 % del profesorado cambia cada año. Por ello, desde el Gobierno de Aragón van a permitir a los interinos continuar hasta tres años. No es el caso de José, que es funcionario, pero como no es su plaza, desconoce hasta cuándo podrá estar. "Hemos abierto el colegio a las familias para hacerles parte del proceso de aprendizaje y crear un ambiente lo más positivo posible. Hemos jugado con bazas como proyectos de colaboración con el ayuntamiento a nivel educativo y cultural", apunta José Álvarez. El alcalde, Primitivo Grasa, se muestra muy satisfecho del funcionamiento del colegio por la implicación tanto del director como de las familias.

"Esa continuidad se ha notado mucho y hace que las familias tengamos la ilusión de empujar y ayudar a consolidar el proyecto", apunta Mónica Izquierdo, madre de Amalka, de 10 años, y Telmo, de 6 años, vecinos de Ara. Su hija mayor estuvo en casa hasta que hace tres cursos les transmitió que quería ir al colegio y apostaron por llevarla a Caldearenas, aunque les pertenecía Jaca. Solo están tres kilómetros más lejos, pero no les daban la beca de transporte, hasta que este año se la han concedido con el apoyo del centro, que ha expresado la importancia de su continuidad en el centro. Solventado esto, "me considero una madre muy afortunada porque veo a mis hijos felices, con ganas de ir al colegio y es una tranquilidad. Es una educación más cercana", destaca.

Con todo, "en general, no se valora el esfuerzo que estas familias hacen. Se habla mucho de despoblación pero luego hay muy poco apoyo. Para que haya una escuela tiene que haber vida y los niños se quedan si las familias pueden sacar sus vidas adelante", apunta Mónica Izquierdo. Y es que no saben si ellos y la otra familia de Ara que acude al centro podrán continuar en el pueblo porque ponen a la venta la casa que tienen alquilada y no hay más disponibles. Este es uno de los casos de las dificultades para acceder a una vivienda en el medio rural que ha detectado la Diputación Provincial de Huesca y para lo que propone medidas.

El de Caldearenas sí es ese paraíso perdido que evocaba Machado. Pero, para estos niños, sin lluvia y a todo color. El país de las maravillas.