El PSOE llama a repetir la movilización el 26M

ZARAGOZA.- Los socialistas zaragozanos celebraron el sábado su Fiesta de la Rosa con la participación de los candidatos Javier Lambán y Pilar Alegría, que recalcaron que el riesgo de que la ultraderecha marque el futuro de Aragón y Zaragoza se mantiene y solo se puede combatir manteniendo la movilización.

El invitado especial en esta ocasión fue el presidente electo de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, quien insufló ánimos a los cientos de asistentes a la fiesta después de que el pasado domingo volviera a llevar al PSOE a la victoria electoral 28 años después en esa comunidad.

En palabras de Puig, estas elecciones "van de lo mismo" y el escenario se repite, ya que "esos" -en referencia a PP y Cs- saben que la única esperanza que tienen de alcanzar los gobiernos autonómicos y municipales pasa por la extrema derecha.

"O nos movilizamos o ganan ellos. Y al día siguiente puedes estar como yo estaba el lunes o puedes estar jodido", exclamó.

Lambán, por su parte, que fue presentado por los intervinientes como "el mejor activo" de los socialistas aragoneses, alertó ante la derecha "rabiosa" y "desunida", que no debe llevar a engaño, porque con quien realmente quieren acabar es con el PSOE.

Comenzó su discurso agradeciendo a Puig que haya devuelto "la dignidad y la decencia" a la Comunidad Valenciana después del "lodazal" en el que la habían sumido 20 años de gobiernos del PP, así como su cercanía con Aragón, por la lucha conjunta por el eje Cantábrico-Mediterráneo y le propuso seguir trabajando en común contra la despoblación o por la reapertura del Archivo de la Corona de Aragón.

Tras los agradecimientos, pasó a remarcar las razones por las que el electorado del PSOE se debe movilizar de nuevo el 26 de mayo, entre las que destacó la necesidad de defender el Gobierno de Pedro Sánchez.

En este sentido, aseguró que la derecha ve el 26 de mayo como una "revancha" del 28 de abril y que no tiene proyecto político para Aragón o Zaragoza más allá de convertir a las instituciones en "arietes" contra el Ejecutivo central.

A ello sumó la defensa del Estado del bienestar, en riesgo si volviera a ganar la derecha, y la defensa de Aragón como un proyecto propio y autónomo dentro de una España que estará más unida cuanto más se desarrolle el Estado autonómico.

Defendió, pues, un segundo proceso de descentralización que lleve a que Zaragoza, al igual que otras ciudades del Estado, comparta la capitalidad con Madrid y pueda acoger agencias o instituciones.