Aragón

ALTO ARAGÓN - OJO AVIZOR

San Úrbez se abre por fin, camino de Añisclo a Huesca

Las tareas de limpieza del sendero turístico de 126 kilómetros siguen adelante, tras salvar escollos administrativos, y se prevé acabar durante este año este eje de norte a sur de la provincia

San Úrbez se abre por fin, camino de Añisclo a Huesca
San Úrbez se abre por fin, camino de Añisclo a Huesca
J.F.H.

San Úrbez ya se abre camino desde el cañón de Añisclo hasta Huesca, 126 kilómetros que unen el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara y la capital oscense. El sendero histórico, antiguo camino de peregrinación, que se convertirá este año en una ruta turística, recorre además los territorios más despoblados y hasta ahora incluso inexpugnables de la provincia, como el valle de Vió, La Solana, La Guarguera o el entorno de Guara, que podrían cobrar vida. Parte de las etapas ya están limpias e incluso algún tramo ya lo han "reestrenado" los "romeros de San Úrbez", los de hoy en día, que cada año recorren este camino secular en una travesía de siete días.

Óscar Ballarín y Arturo González, que han dedicado años a la investigación en torno al santo de origen francés, lideran ese grupo y han puesto en valor el recorrido. De este modo, se ha convertido en un proyecto para activar la economía, el turismo y la cultura en las áreas más despobladas de la provincia, impulsado por las comarcas de Sobrarbe, Alto Gállego y Hoya de Huesca y que cuenta con la financiación de la Diputación Provincial de Huesca, que aporta 200.000 euros.

Salvados los escollos, los trabajos avanzan para concluir este mismo año. Las dificultades son los 28 condicionantes que puso el Servicio Provincial de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón por las labores de limpieza en la Sierra de Guara, contra los que sus impulsores se rebelaron.

Es un "reestreno", porque "ni un solo centímetro del camino es de nueva creación", puntualiza Óscar Ballarín, ya que se trata de senderos históricos, pero sí que hay algún tramo que han recorrido por primera vez porque la maleza impedía utilizarlo. Alguna de estas etapas sigue la estela de los romeros de Albella, que hasta 1948, descalzos y en silencio, acudían hasta Añisclo o al santuario de Nocito para pedir agua. El camino está jalonado de ermitas, creadas incluso en la roca, que hablan de la devoción de la provincia al santo, que vivió entre el 702 y el 15 de diciembre -día de la festividad- del 802.

Será el primer sendero turístico en atravesar la provincia de norte a sur, y así lo hacen cada año los "romeros de San Úrbez". Parten desde Bestué, Fanlo o, como este año, desde Plana Canal (refugio de pastores de Puértolas), desde cualquier punto para pasar por la ermita de San Úrbez de Añisclo, santuario situado bajo una roca donde, tras la celebración, cantan los gozos del santo. En esta primera jornada, que vivieron el 28A, llegan hasta Buerba, donde duermen en el albergue, pero existe otra variante para acabar en Vió, donde San Úrbez sirvió como pastor en casa Lardiés de arriba, después de estar empleado en Sercué. En este valle, se están limpiando todos los caminos, labor que lleva a cabo la Federación Aragonesa de Montañismo. Es el principio de una travesía de siete días que finaliza el sábado siguiente en la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca.

En la segunda jornada, los "romeros de San Úrbez" pasan por Yeba, Campol, Puente Lacort y Albella. Todo el pueblo los espera. Los romeros llegan en fila y en silencio, ni siquiera dejan que los bastones toquen en el suelo, por lo que "se crea un clima de mucha emotividad". Con la vista al frente, ven que los esperan con las cruces parroquiales y este año, por primera vez, con la bandera. Se convierte en una fiesta que a los vecinos les permite recuperar una antigua tradición, una de las más singulares asociadas al santo montañés. La misa, como en Añisclo, la ofició el cura de Boltaña, José Alejo. Y es que a esta travesía se sumaron además los párrocos de Aínsa, Rafael Duarte; y el de Plan y Bielsa, John Mario, que presidieron las diferentes celebraciones.

Fue en Casa Aineto de Albella donde San Úrbez sirvió por última vez. Al parecer, cuando se marchó les dijo que si necesitaban agua que subieran a pedirla a Añisclo, que Dios se la concedería. Sus convecinos ya tenían sospechas sobre su santidad y esta fue la razón que le llevó a su periplo.

Pero también fue el inicio de la tradición de los romeros de Albella, que igualmente bajaban hasta el santuario de Nocito, cuando la demanda de agua llegaba desde Somontano o Los Monegros. Siempre iban dos romeros y uno de ellos tenía que ser de dicha Casa Aineto, para que la plegaria surtiera efecto.

En la tercera jornada llegan hasta Laguarta, donde también los reciben los vecinos -algunos van para la ocasión- con la cruz parroquial, por lo que se recupera la tradición de acoger a las gentes, apunta Ballarín. En esta etapa también hay dos variantes: por las Mallatas de Albella o por Planillo, que es la que han "estrenado" este año y "ha quedado precioso". Al día siguiente, inician el recorrido por La Guarguera, por Secorún y Abellada. Había un tramo que tenían que pasar por un campo yermo porque el camino estaba impracticable, pero por primera vez han podido descubrirlo. "La gente se sorprende de cómo está quedando, con caminos anchos, limpios y algunos incluso ya tienen pivotes o marcas. Se está teniendo mucho cuidado con la limpieza y va a quedar perfecto", señala Ballarín.

Los "romeros de San Úrbez", que iban entre 12 y 26 según la etapa de su travesía, se desvían en el cuarto día hasta Cerésola, donde cuenta la tradición oral que cuando dejó Albella se instaló en una cueva y con un pequeño rebaño de ovejas se convirtió en un anacoreta.

Pero el camino tradicional y el que hacían los romeros de Albella iba directamente al santuario de Nocito, que es como quedará marcado. En este santuario, también los reciben con las cruces parroquiales. Allí es donde San Úrbez vivió los últimos 40 años de su vida como sacerdote y donde se conservan los restos. Su cuerpo se mantuvo incorrupto hasta que los quemaron el 17 de octubre de 1936.

La ruta llega después a San Martín de la Val d"Onsera -quinta etapa del camino que se está señalizando-, adonde llegó desde Cerésola a vivir y donde fue ordenado sacerdote en una comunidad de monjes. En este entorno, todavía queda por limpiar la zona de la cabañera de Cuello Bail.

Este es el punto situado más al sur de la provincia en el que vivió el santo montañés, pero la razón por la que el sendero llega hasta Huesca es porque la cofradía de San Úrbez de Nocito, fundamental para su mantenimiento, tiene su sede canóniga en San Pedro el Viejo. Según la tradición, el santo trajo de Alcalá de Henares las reliquias de Justo y Pastor, que se custodian en esta joya del románico.

Al margen de las creencias religiosas, el camino exhibe a su paso una variedad de paisajes y de riqueza geológica y botánica que se pueden disfrutar con distintas miradas. La previsión es que se termine de limpiar y de señalizar este año y, cuando se inaugure, los romeros de San Úrbez le harán una vela por parejas durante toda una noche. "Es inminente que este camino sea ya una realidad", comenta Óscar Ballarín. Mientras se termina, ya se pueden recorrer algunas etapas.

LAS ETAPAS

San Úrbez de Añisclo a Buerba. Variante para acabar en Vió.

Buerba-La Solana-Albella. Hasta 1948 existieron los romeros de Albella, que iban a hacer rogativas a Añisclo y Nocito.

Albella-Laguarta. Variante por Planillo y las Mallatas de Albella.

Laguarta-Nocito. En e santuario de Nocito se encuentran los restos del santo.

Nocito-San Martín de la val d"Onsera. En este último lugar, San Úrbez se ordenó sacerdote

Hasta Huesca. Acaba en San Pedro el Viejo.