Aragón

ALTO ARAGÓN - ESTUDIO Y PRODUCCIÓN DEL ALMENDRO EN LA COMUNIDAD ARAGONESA

El cultivo en superintensivo en floración tardía supone una revolución

El director técnico de la empresa Agromillora, Ignasi Iglesias, habló de sus ventajas en unas jornadas en Huesca

El cultivo en superintensivo en floración tardía supone una revolución
El cultivo en superintensivo en floración tardía supone una revolución
AGROMILLORA

HUESCA.- La sostenibilidad medioambiental y la eficiencia del cultivo superintensivo del almendro en variedades de floración tardía fue el eje de la exposición que impartió el director técnico de Agromillora, Ignasi Iglesias, en la segunda jornada técnica sobre el pistacho y el almendro, que se celebró recientemente en la Escuela Politécnica Superior de Huesca.

En declaraciones a este periódico, el responsable de Agromillora subrayó la sostenibilidad medioambiental del sistema de producción de almendro en alta y superalta densidad, y para los productores con una mayor eficiencia y rentabilidad.

De hecho, comenta que la alta inversión inicial que revisten las explotaciones de cultivo superintensivo, "con un coste de 13.000 euros por hectárea frente a los 7.000, se recupera con una entrada en producción más rápida".

A juicio del director técnico de Agromillora, "el almendro es un cultivo que sigue siendo rentable frente a los cereales y otros extensivos por el buen mantenimiento de los precios".

Recuerda que este modelo en superintensivo fue iniciado hace 25 años con el olivo. "Desde Agromillora entendemos que la eficiencia en cultivos leñosos pasa por árboles pequeños", comenta Ignasi Iglesias en relación a una eficiencia relacionada con la utilización de la mano obra y el empleo menor de productos fitosanitarios, agua y fertilizantes.

En cuanto a las variedades de almendra utilizadas para este cultivo destacan en su mayor parte por ser de "una floración tardía y autofértiles" que, en el caso de la comunidad aragonesa, se concretan en la Soleta, Guara, Belona, gracias a la colaboración y estudio realizados desde el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (Cita).

En este caso, las superficies de regadíos necesitan dotaciones de agua con unos aportes de entre 5.000 y 7.000 metros cúbicos por hectárea.

Para lograr unos rendimientos más rápidos de los almendros la distancia entre árboles se reduce. De modo que en una explotación la separación entre líneas es de 3 a 3,5 metros y 1,2 a 1,4 metros entre árboles.

Gracias a esta intensificación del cultivo, "logramos producciones dos años antes que en una explotación intensiva o tradicional", explica Iglesias. De este modo, los clientes principales que emplean este cultivo del almendro superintensivo responden a grupos de inversores y productores grandes o medianos.

El agricultor "está concienciado" respecto a estas plantaciones más intensivas y depende del dinero que esté dispuesto a emplear en explotaciones de este tipo. La mecanización del almendro en superintensivo también cambia mediante el empleo de poda, con discos cortantes en el tractor y una recolección con máquinas cabalgantes, del mismo que en la vendimia, frente "a una mano de obra cada vez más escasa, más cara y menos cualificada".

Este sistema supone una gran ventaja frente a otros tipos de recolección más tradicionales como son los paraguas invertidos, la recogida mediante mantos y "buggies" del mismo modo que en las aceitunas y una tercera, consistente en una vibración en continuo. Pese a requerir una inversión mayor, el coste de producción en almendro en superintensivo se reduce en unos 25 céntimos de euro por kilo gracias a la mecanización casi integral del cultivo. "Está demostrado que el árbol pequeño es más eficiente, por ejemplo en el uso de fitosanitarios donde la deriva se reduce a la mitad respecto al sistema tradicional", subraya Iglesias.

EXPLOTACIONES DE LA PROVINCIA DE HUESCA

La provincia de Huesca cuenta con varias explotaciones que trabajan con la intensificación del almendro como las localizadas en los términos de Ontiñena, Biscarrués y Sariñena y que ya están dotadas de la mecanización necesaria.

Para el director técnico de Agromillora, "el Alto Aragón tiene un gran potencial para este cultivo, con un sistema altamente mecanizable, de rápida entrada en producción, con variedades de floración tardía y autofértiles".

Y precisó de la importancia del acceso de las máquinas cabalgantes a la zona "que presentan el doble de anchura que un tractor convencional".