Aragón

ALTO ARAGÓN - SECTOR PRIMARIO

Inquietud en las zonas vulnerables a nitratos de Huesca por las tablas de purines

La desactualización en la forma de calcular el nitrógeno preocupa en las áreas recién declaradas

Inquietud en las zonas vulnerables a nitratos de Huesca por las tablas de purines
Inquietud en las zonas vulnerables a nitratos de Huesca por las tablas de purines
P.S.

HUESCA.- La desactualización de las tablas con las que se calcula el nitrógeno producido en las explotaciones ganaderas es la principal preocupación en las zonas con alta concentración ganadera que el año pasado fue designada como tal, como es el caso de La Litera. Por esta razón la Lonja de Binéfar programó este miércoles una jornada en la que técnicos de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) Huesca explicaron las implicaciones de esta declaración.

La declaración de zona vulnerable (por la detección de más de 50 miligramos por litro de agua en el agua), a la que el año pasado en Huesca se añadió, además de una amplia zona de La Litera, el área de Litera Alta y Sinclinal de Graus y se ampliaron las de Loporzano y Ayerbe y Los-corrales, "ni tiene excesivas complicaciones" para quienes se dedican exclusivamente a la explotación agrícola, afirmó a este diario el técnico de Asaja, Gerardo Torralba. El único inconveniente, explicó, "que tiene tienen que llevar un libro de registro donde dicen todo el abono que echan" y son libros "muy técnicos y farragosos de llevar".

Además, se imponen unas limitaciones a la hora de echar fertilizantes, pero son "medianamente lógicas", según Torralba. Por ejemplo, no se puede echar más abono del necesario en función del tipo de cultivo y de producción esperada y se especifica cuándo se puede aplicar y cuándo no.

El mayor problema en este aspecto es que el nuevo programa donde se establecen cómo son los libros, las fechas y las cantidades de fertilizante a usar todavía no está listo. Por ahora "está en vigor el programa anterior" y "el nuevo debería salir este año", indicó el técnico de Asaja.

No obstante, la principal preocupación en que las tablas donde se indica cuánto nitrógeno se produce por cabeza de ganado en las explotaciones intensivas "se hicieron hace 20 o 25 años y están desactualizadas". Desde entonces, las tecnologías usadas en ganadería han avanzado y "los piensos están mejor formulados y se absorben mejor, es decir, en los excrementos va menos nitrógeno del que iba antes", indica el técnico de Asaja. Por lo tanto, "según esas tablas una granja produce más estiércol y más purín del que en realidad produce". Por lo tanto, aquellos ganaderos que también tengan explotaciones agrícolas donde aprovechan los purines generados en la parte ganadera, tienen que decir en sus libros que tienen una cantidad de estiércol mayor de la que en realidad están generando y que, por tanto, están echando en unos campos una cantidad superior a la real.

Como consecuencia, tienen que comprar abono mineral y echarlo pero sin declararlo en los libros, ya que, si lo hacen, teóricamente estarían excediéndose en las cantidades permitidas.

"El problema que hoy se encuentra el agricultor y ganadero es que tiene que mentir para cumplir los libros, siendo que en la actividad diaria lo está haciendo bien", lamenta Torralba. "Si los detectan a lo que se exponen es a una importante sanción de las ayudas de la PAC, que puede variar de un 3 o un 5% a un 10% en casos graves".

Estas tablas dependen del Ministerio de Agricultura, "que parece ser que a lo largo de este año las actualizará", agregó el técnico, que añadió que, entretanto, esta situación está generando "una incertidumbre permanente en el sector".