Aragón

ALTO ARAGÓN - ALIMENTACIÓN

José González Bonillo, de Slow Food Huesca:"Todo el mundo tiene derecho a un alimento bueno, limpio y justo"

"La especulación con el alimento no cabe", destaca el presidente de la entidad

José González Bonillo, de Slow Food Huesca:"Todo el mundo tiene derecho a un alimento bueno, limpio y justo"
José González Bonillo, de Slow Food Huesca:"Todo el mundo tiene derecho a un alimento bueno, limpio y justo"
P.S.

HUESCA.- El movimiento Slow Food Huesca aglutina desde el año 2006 a un importante número de productores agroalimentarios, consumidores, ganaderos, profesores, etcétera, bajo la premisa marcada por la organización internacional de que "todo el mundo tiene derecho a un alimento bueno, limpio y justo". Así lo describe el presidente de Slow Food Huesca, José González Bonillo, en una entrevista concedida a este periódico en la que analiza los pormenores de este movimiento y algunos de los paradigmas alimentarios y de comportamiento en los que se encuentra enmarcada la sociedad en el momento actual.

¿Qué es Slow Food?

-Slow Food es una asociación internacional con base territorial. Estamos unidos a nivel mundial y tenemos una implicación importante en el territorio. El movimiento lo fundó Carlo Petrini en Italia en 1989 para dar una respuesta a una corriente que estaba empezando a implantarse en los países occidentales como la Fast Food o comida basura o la Fast Life o vida rápida.

¿Por qué sale a la sociedad?

-Slow Food sale a la sociedad para defender algo tan importante como las tradiciones alimentarias locales que están siendo borradas del mapa por los mercados imperantes. También salimos a luchar por la pérdida de interés por nuestros alimentos en aspectos como el sabor y los orígenes. Además pretendemos demostrar que nuestras decisiones individuales pueden influir a nivel global.

¿Cuál es el fundamento de este movimiento?

-Slow Food cree en una nueva gastronomía entendida como algo inherente a la política, pero también a la filosofía, historia, agricultura y a todas aquellas cuestiones que están relacionadas con lo social y lo ecológico.

¿Qué actividades desarrolla?

-Somos unas 200.000 personas en todo el mundo. Los "convivium" reúnen a personas a nivel para desarrollar una serie de actividades como catas, degustaciones, interrelación en los mercadillos de proximidad, relación con los productores, etcétera, pero también organizamos actividades relacionadas con el cine gastronómico, ferias, conferencias y debates con una importancia social como los transgénicos o los pesticidas. También realizamos visitas con mucho sentido a productores, que nos hablan y enseñan lo que hacen. Al final solemos hacerle una compra de su producto. Luego compartimos mesa donde estimemos. Esto es una actividad propia de un "convivium" como el nuestro.

¿Está la sociedad concienciada de que es necesario alimentarse mejor?

-El incremento del interés es incuestionable en temas relacionados con la salud humana y de planeta. La máxima de Slow Food es que "todo el mundo tiene derecho a un alimento bueno, limpio y justo". Bueno por la recuperación de los sabores y productos de temporada. Limpio, en relación a la ecología al respetar la salud humana y del planeta con sostenibilidad real. Y justo, que significa que el productor recibe un justo precio por lo que está haciendo y el consumidor paga un justo precio. Con este modelo, los especuladores del alimento no tienen cabida.

¿Cuál es el potencial en la provincia y a cuántas personas moviliza?

-Actualmente somos 60 socios pero tenemos una pléyade de simpatizantes, por lo que estaríamos rondando las 100 personas que se van a ir incorporando a las actividades.

¿Qué papel desempeña Slow Food en la educación escolar?

-Es determinante. Uno de los objetivos que nos planteamos son los huertos escolares pero no solo el concepto sino ligarlo al objetivo de que en las escuelas y colegios haya cocina propia, con la utilización de productos de proximidad y en el que seamos capaces de involucrar a los productores de kilómetro cero que tenemos en nuestro entorno.

¿Hacia dónde se debería trabajar en la educación?

-Tenemos mucho interés en establecer relaciones con la comunidad educativa y que las acciones sean coordinadas y los esfuerzos sumados. Hay una gran cantidad de iniciativas a nivel social y existen muy pocas sinergias a la hora de planificar proyectos.

¿Cómo valora el modelo alimentario en la actualidad?

-Necesitamos que el alimento no sea el centro especulativo de nuestra vida por lo que hay que buscar un equilibrio entre la ética y la naturaleza. Partimos de la base del modelo en el que estamos implantados es erróneo o equivocado. En el año 2050 vamos a ser 9.000 millones de seres humanos. En 2020 somos 7.900 millones y estamos produciendo alimentos para 12.000 millones. Además, de los 7.900, 800 no comen y a 1.200 nos sobran calorías. La maquinaria de producción de alimentos está ligada a una serie de intereses que no están dispuestos a decrecer o a modificar. Por ello hay que cambiar el paradigma o el modelo socioeconómico actual.

¿Qué debería cambiar con esta situación?

-Como seres humanos necesitamos incorporar la ética a nuestro comportamiento. El comportamiento que estamos teniendo con la naturaleza es infame por lo que necesitamos que el alimento no sea el centro especulativo de nuestra vida. Desde Slow Food pedimos que nuestras determinaciones alimentarias vayan precedidas de la valoración ética de nuestro comportamiento.

¿Cuál es la vía para solucionarlo?

-La vía es una labor de reeducación y sensibilidad de nuestros gobernantes. Por ello, desde el Convivium hacemos actividades que están relacionadas con nuestra filosofía y una parte fundamental es el valor que le damos a los productores. Desde Slow Food tratamos de estar junto a ellos. Estamos haciendo tejido al que cada vez vamos sumando productores.

¿Quién compone Slow Food?

-Una de las características que forma parte Slow Food es la transversalidad, en la que cabemos todos. Aquí cabemos todos y estamos formados por cocineros, profesores, agricultores, periodistas, etcétera. También se han ido sumando productores que han decidido utilizar criterios de Slow Food en un momento determinado.

¿Cuáles son los retos de Slow Food Huesca?

-El objetivo es dejar un mundo mejor. Estamos trabajando para lograr una alimentación que no dañe el planeta, y hacer un mundo más justo. El objetivo es que la gente se sensibilice, que nos conozca, porque el movimiento Slow Food hace que el mundo sea mejor.