Aragón

ALTO ARAGÓN - TRATAMIENTOS EN TERRENOS

Los suelos salinos y los sódicos precisan distintos tratamientos

El experto internacional Tibor Tóth explicó en una charla cuáles son las mejores prácticas para mejorar la producción en los terrenos afectados con sales

Los suelos salinos y los sódicos precisan distintos tratamientos
Los suelos salinos y los sódicos precisan distintos tratamientos
S.E.

HUESCA.- Los suelos afectados por sales, un problema muy presente en algunas zonas del sur del Alto Aragón, representan un serio desafío para los agricultores que requiere de diferentes soluciones según se trate de suelos salinos o suelos sódicos o alcalinos, explicó este miércoles el edafólogo húngaro y experto en la materia Tibor Tóth en una charla en la Escuela Politécnica Superior de Huesca.

Tóth habló sobre los distintos tipos de suelos afectados por la salinidad, su formación, sus características químicas y físicas y, especialmente, sobre cómo tratar este tipo de terrenos y cómo mejorarlos a partir de ejemplos de todo el mundo por este investigador, presidente de la Sociedad Húngara de la Ciencia del Suelo y considerado como uno de los mayores expertos internacionales en el manejo de estos terrenos.

El edafólogo detalló que aunque hay muchas variedades de suelos afectados por sales, estas se pueden dividir en dos grandes grupos: los suelos salinos y los suelos sódicos. "En los primeros el problema está causado por el contenido alto en sales y en los segundos, por la dominancia de sodio en la arcilla".

Esta característica provoca daños en la permeabilidad y la estructura de los suelos y tiene efectos fisiológicos sobre los cultivos, que merman la producción agrícola e implica para el agricultor una mayor dificultad para gestionar estos tipos de suelos, ya que "tiene un periodo muy estrecho después del invierno y antes del verano en el que puede trabajar el suelo", explicó Tóth. Además, añadió, "también hay problemas por la entrada de agua del hielo en los suelos sódicos", en los que provoca hinchazón y grietas.

Sobre cómo tratarlos, Tóth apuntó que "para los suelos salinos la mejor solución es el drenaje y para suelos sódicos, añadir yeso". No obstante, matizó que, "dependiendo de las condiciones, se pueden aplicar los dos", ya que "hay una tendencia sodificación del suelo salino" y es conveniente aplicarle yeso antes del drenaje "porque, si no, el suelo salino se va a volver suelo sódico", advirtió.

"La afección por sales, aun siendo un problema global, tiene una especial incidencia en la cuenca del Ebro, donde se han cuantificado unas 300.000 hectáreas de suelos con este tipo de problema", explica por su parte el profesor de la Escuela Politécnica Superior David Badía, integrante del área de Edafología de este centro educativo y coordinador de una serie de charlas sobre la materia entre el pasado febrero y este mes de marzo en la que se enmarcó la intervención de Tóth.

El problema afecta sobre todo a la comarca de Los Monegros y, en menor medida a las del Bajo Cinca y el Cinca Medio y se debe a que "el valle del Ebro en sí era un mar cerrado, una especie de gran lago salado, hasta que encontró espacio para salir al mar Mediterráneo, que fue hace cinco millones de años", indicó Badía. "Entonces se fue evaporando el agua y quedaron las sales". "Hay muchos sitios por aquí alrededor cuando ha hecho unos días de cierzo sube la humedad cargada de sal y la deja en superficie", sostuvo.

Un mal manejo de estos suelos puede empeorar el problema, como sucedió "donde hacia mitad del siglo XX, se hicieron los primeros regadíos en la zona de San Juan del Flumen, Lalueza... cuando no sabíamos muy bien cómo manejar eso", contó Badía. Al intentar reducir la salinización mediante grandes cantidades de agua, lo que se hacía era dispersar la sal por otros terrenos que en principio no estaban afectados.

El tema de la afección por sales será tratado en otra charla de este ciclo, el 23 de marzo, en el que se tratará sobre las aplicaciones de la agricultura 4.0 y, en concreto, la teledetección para tratar estos suelos.