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DOMINGO - AIRE LIBRE

El vuelo de las grullas, un aleteo nada rutinario

Este año las aves han pasado más tiempo en la alberca de Alboré en Montmesa debido a las malas condiciones meteorológicas

El vuelo de las grullas, un aleteo nada rutinario
El vuelo de las grullas, un aleteo nada rutinario
P.V.

Otro año más, algunas de las grullas (Grus grus) que criaron en verano en el norte de Europa decidieron pasar el invierno en Montmesa, y la alberca de Alboré volvió a ser el lugar donde regresaban a introducir las patas cada atardecer para descansar a salvo de depredadores.

Su presencia diaria en Montmesa se empieza a notar en noviembre y es hacia finales de mes y sobre todo diciembre cuando su número es más abundante, "llegando a censarse este año poco antes de Navidad 5.668 grullas, lo que supone un número muy parecido al del año pasado", explica Pablo Vallés, guía y responsable del Centro de Interpretación Alberca de Alboré, en Montmesa.

En enero, cuando las semillas plantadas por los agricultores de Montmesa ya han germinado y dejan de interesarles como alimento, el número de estas aves disminuye a la mitad aproximadamente y muchas se desplazan a otros lugares donde exista más alimento.

A pesar de ello, durante todo el invierno, explica Vallés, "hemos disfrutado de su presencia y el "centro de interpretación de las aves de la alberca de Alboré" ha podido realizar salidas durante todos los fines de semana para observar y explicar a los visitantes que se acercaban hasta Montmesa la increíble vida de estas magníficas aves.

Sin embargo, es a mediados del mes de febrero cuando el espectáculo de la migración prenupcial, esa que realizan para desplazarse hasta sus lugares de cría del norte de Europa, atrae a un mayor numero de visitantes y turistas.

Este año "el centro de interpretación ha logrado atender a 1.400 personas durante ese mes que no quisieron perderse ese momento mágico que cada vez atrae a un mayor número de observadores de la naturaleza", asegura el responsable de este espacio. "Una de las cosas que hicieron diferente la migración este año fue el tapón provocado por el mal tiempo, que hizo que miles de grullas se vieran obligadas a pasar mas días de lo que habría sido normal a finales de febrero en la alberca", subraya.

Este hecho, unido a que los agricultores de Montmesa decidieron sembrar las hectáreas que faltaban por cultivar, provocaron numerosos daños económicos a los agricultores de Montmesa.

Según Vallés, "las administraciones deberían tomar buena nota y compensar estos daños para que la cohabitación de los agricultores y las grullas siga siendo perfecta como hasta ahora y podamos todos tener el privilegio de seguir disfrutando de la presencia de estas hermosas aves en la alberca de Alboré".

Las grullas son muy inteligentes, con un lenguaje complejo con el que son capaces de compartir mucha información y unas de las aves más sociables que existen en el planeta.

Acercarse a Montmesa "supone un cúmulo de momentos placenteros llenos de sonidos e imágenes inolvidables, que permiten al visitante aprender infinidad de cosas del mundo que nos rodea", comenta Vallés.

"Entender por ejemplo que nuestra especie, el Homo sapiens comparte convergencia evolutiva con las grullas es una de ellas, descubrir que, gracias a la evolución, dos especies en un principio tan alejadas, acaban comportándose de una forma muy parecida obligadas por el hecho de vivir en sociedades muy complejas", afirma.

Y añade que "la organización social basada en grupos familiares que utilizamos, al igual que hacen las grullas es solo un ejemplo de las múltiples coincidencias que compartimos las dos especies".