Aragón

ALTO ARAGÓN - PANDEMIA DE CORONAVIRUS

Las cajas rurales, al lado del cliente: "Nuestra misión es seguir aquí y ayudar al medio rural"

El Gobierno resalta el "papel vertebrador" de las cajas rurales en esta crisis del coronavirus y allí trabajan Francisco Palomar (Benabarre), Elena Cervera (Aínsa) y David Soler (Binéfar)

Las cajas rurales, al lado del cliente: "Nuestra misión es seguir aquí y ayudar al medio rural"
Las cajas rurales, al lado del cliente: "Nuestra misión es seguir aquí y ayudar al medio rural"
S.E.

HUESCA.- Las entidades bancarias son un servicio esencial en esta crisis del coronavirus, pero más si cabe en el medio rural, con una población dispersa y envejecida que no siempre tiene acceso a la banca electrónica. Ahora que no se puede salir, son vitales esas pequeñas oficinas de los pueblos, la mayoría de las cajas aragonesas Ibercaja o Caja Rural de Aragón. Poblaciones como Benabarre, Arén, Plan o Tierrantona, por ejemplo, tienen servicio de esta última.

"La banca grande se va de las zonas rurales, de la famosa España vaciada se escapan, pero en estos momentos es muy importante la cercanía", comenta Francisco Palomar, el director de la oficina de Benabarre. De hecho, el Consejo de Ministros resaltó, en la resolución sobre las nuevas líneas de avales del Instituto de Crédito Oficial publicada en el BOE del 11 de abril, el "papel vertebrador" de las cajas rurales.

¿Qué necesitan? Puede ser tanto la pregunta cuando llaman a sus clientes como la respuesta cuando cogen el teléfono. Y a partir de allí, ayudan con los créditos ICO, anticipos de la PAC, moratorias de hipotecas o con cualquier tipo de financiación a empresas, particulares y autónomos. Por ejemplo, desde la oficina de Aínsa, atienden a muchos empresarios del sector turístico que en estos momentos está paralizado, según explica su directora, Elena Cervera. Además, abarca un área muy extensa con mucha dispersión y una población mayor.

Este último escenario es también el de la oficina de Benabarre, donde entre sus clientes hay muchos autónomos, empresarios pequeños y ganaderos del sector ovino muy afectados por esta crisis. "Tenemos que facilitar la liquidez porque no solo existe un problema sanitario sino económico. Por ello, en estos momentos de dificultad, tenemos que dar una respuesta urgente a empresas de restauración y hoteles que han tenido que cerrar o autónomos que han cesado su actividad", indica Palomar.

Una situación totalmente distinta se da en la zona de Binéfar, "donde el sector agroalimentario -que también está considerado como esencial- es muy potente", por lo que la actividad continúa, indica el director David Soler. "La gente sigue acudiendo al campo o a las granjas, por lo que aquí se nota menos que en una zona urbana con más comercio", señala.

Pero sea en la circunstancia que sea están allí. "Nadie esperaba verse en esta situación tan desagradable y hemos invitado a los clientes a que para cualquier tipo de duda utilicen medios alternativos a acudir a la oficina, puede ser por teléfono, por correo electrónico o a través de la banca electrónica, porque tenemos una aplicación que funciona muy bien y la mayoría de gestiones se pueden hacer así", indica Soler. Con este panorama de incertidumbre, "hay mucha gente con dudas y, en la oficina o a través del departamento de banca privada con gestores especializados, intentamos resolverlas y darles tranquilidad", indica.

LA PENSIÓN A DOMICILIO EN UN PUEBLO ALEJADO

No se olvida de las necesidades de las personas mayores a las que, si se acercan a la oficina, les ayudan con medidas de protección. Y una de las que han adoptado es hacer equipos que se alternan para trabajar en la caja o desde casa. ¿Y qué hace un vecino mayor de un pueblo alejado que no puede ir a cobrar la pensión? Si es necesario la caja se acerca a su casa, eso sí, con distancia de seguridad. Así es como Caja Rural de Aragón ayuda en estos momentos de dificultad a algunos de sus clientes. "Hacemos esa labor social tan importante. Con el adecuado protocolo, vamos a llevarles dinero a una pareja de mayores que no pueden salir de casa y que tienen a sus hijos lejos, por ejemplo", resalta Francisco Palomar, que dice sentirse muy afortunado porque lleva 38 años trabajando en Benabarre, su pueblo.

De esa oficina, donde atienden tres personas, dependen varios municipios y de una punta hasta la otra hay 60 kilómetros, pero para una población de solo 1.700 personas. Por ello, para atender mejor a los usuarios, tienen abierta una oficina en Arén y, aprovechando el viaje, se acercan a la puerta de clientes que estos días los necesitan.

Es lo mismo que se hace desde la oficina de Aínsa, de la que dependen las de Boltaña, Bielsa y Plan (abren 4 días a la semana y en esta crisis 2) así como Tierrantona (de 2 días ha pasado a uno), porque por seguridad los trabajadores se turnan. Con un equipo de nueve personas en total, abarcan también toda la Ribagorza con una oficina en Castejón de Sos, que abre a diario en circunstancias normales, otra en Benasque (3 días) y otra en Laspaúles (2 días).

De hecho, el 63 % de las oficinas de Caja Rural de Aragón se encuentran en localidades de menos de 2.000 habitantes. De ellas, hay 40 oficinas en poblaciones de menos de 500 vecinos, de las que la mitad se encuentran en la provincia de Huesca.

EL VALOR DEL COMERCIO LOCAL Y DEL SERVICIO DE CERCANÍA

"En esta época de crisis nuestra misión es seguir aquí. Creo que se pondrá en valor el sector bancario y la proximidad con el medio rural. Es cuando te das cuenta de qué pasaría si no estuviéramos nosotros. Para nosotros es un orgullo poder ayudar en un momento como ahora a los mayores y al sector turístico, y esa cercanía al medio rural es lo que nos diferencia", comenta la directora de la oficina de Aínsa, Elena Cervera.

"Nosotros, e Ibercaja también, seguimos en los pueblos. Hay que poner en valor esa labor social que para mí es muy importante. Para Caja Rural es un orgullo, porque lo llevamos en nuestro ADN, ayudar a los más vulnerables, como los mayores y las pymes y autónomos que necesitan soluciones", indica Palomar. Además, "me gustaría que cuando salgamos de esta crisis, que compremos, igual que ahora lo estamos haciendo, en ese comercio pequeño de nuestra localidad. Espero que no se nos olvide y, de la misma forma, que volviéramos a valorar el servicio de las entidades financieras, como una forma de sostenibilidad", indica. "Tanto que se nos llena la boca muchas veces con la España vaciada y cómo ayudarla, a veces esa solución tiene que salir de nosotros mismos", apunta.