Inician las visitas a residencias entre medidas exhaustivas

HUESCA.- Entre férreas medidas de precaución y cancelaciones por la demora del Gobierno de Aragón en publicar la orden por la que se relajaban las restricciones en las residencias de mayores, este lunes por la tarde se produjeron entre emoción y alguna lágrima los primeros reencuentros entre los usuarios de estos centros y sus familias después de más de dos meses sin poder verse en persona por la pandemia de covid-19.

Aunque el anuncio de que se podrían volver a hacer visitas lo hizo el Gobierno de Aragón el pasado jueves, el Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales no publicó hasta casi las dos del mediodía de este lunes en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) la orden correspondiente.

En La Solana, de Aínsa, tenían todo preparado para recibir a los primeros familiares que habían concertado la cita previa necesaria para estos encuentros. Pero los que llegaron por la mañana para ver a sus familiares internos se tuvieron que contentar con hacerlo desde la calle a unos tres metros de la ventana del salón del centro por el que se asomaban los mayores.

Ya por la tarde, una vez publicada la orden -en torno a las 13 horas-, se produjeron las visitas en el jardín anexo al centro recién cedido por el Ayuntamiento y la Comarca del Sobrarbe y habilitado para esas reuniones familiares. Estas, según lo dispuesto por el Gobierno de Aragón, han de tener lugar preferentemente en un espacio exterior, para evitar la entrada a las residencias de personas de fuera. Y en caso de que un centro no tenga dicho espacio, las visitas se harán en espacios delimitados, minimizando el paso de los de fuera por áreas comunes.

Además, solo se permite la visita de una persona cada vez, durante un máximo de una hora y guardando una distancia de dos metros con su familiar. Siguen sin permitirse las visitas a residencias que hayan registrado algún caso de covid en los últimos 28 días y de personas que tengan algún síntoma de la enfermedad o que hayan estado en contacto estrecho con algún caso posible o confirmado. Y por supuesto, las mascarillas y la higiene de manos son de rigor.

Aun con estas medidas, y pese a reconocer la necesidad que tienen los internos de verse cara a cara con sus familias, los responsables de las residencias siguen temiendo que esta relajación permita la entrada del virus en ellas. "Me da la sensación de que la desescalada la estamos haciendo a zancadas y me da miedo", asegura la directora de La Solana, Laura Castán.

En la residencia Valles Altos, de Sabiñánigo, como no tienen espacios exteriores, su directora, Teresa Miranda, se las ha ingeniado para organizar las visitas "sin contacto, sin entrar los familiares en la residencia".

En la entrada principal, en la planta baja, la puerta de la calle tiene un pequeño espacio y allí han puesto "una cortina hacia la calle para dar un poco de privacidad, y una silla para los familiares con una mesa cruzada, y a dos metros, en el interior, en la zona de recepción, está el residente", explica Miranda. Además, "se cierra el espacio con un biombo para que puedan hablar con más intimidad".

Esta residencia no ha tenido ningún caso de covid, por eso "somos ahora más cautelosos si cabe con las visitas y hemos pensado que de momento no va a entrar nadie y seguiremos con este sistema, que ahora es lo mejor", dice Miranda.

Eso, hasta que el Ayuntamiento les habilite una zona de la calle detrás de la puerta principal donde también tienen salida, "para que puedan salir los residentes" a recibir a sus familiares. "Y este lunes ha venido personal del ayuntamiento para delimitar el espacio, desinfectarlo y que sea una zona segura para que puedan estar los residentes al aire libre", adelanta.

Solo una de las cuatro residencias que hay entre Barbastro y Estadilla inició este lunes las visitas de familiares con cita previa. Fue la Residencia Somontano, de gestión privada.

En la López Novoa las visitas se retrasarán hasta la primera semana de junio, según Sor Begoña, superiora de las Hermanitas. En la municipal de Las Huertas no se demorarán ya que ha habido muchas llamadas de interés de familiares, según el concejal del área de Bienestar, Luis Domínguez. Entretanto, en la de Estadilla, de propiedad municipal y gestionada por la Fundación Sanesval, por ahora no hay fecha de inicio.