Aragón

PANDEMIA DE CORONAVIRUS

Sira Repollés: "Sí, estamos preparándonos para la posibilidad de una segunda oleada"

La consejera de Sanidad analiza la situación tras el control de la fase álgida de la pandemia, con un trabajo de seguimiento de nuevos casos, preparación ante un brote generalizado en otoño y las listas de espera pendientes

Sira Repollés: "Sí, estamos preparándonos para la posibilidad de una segunda oleada"
Sira Repollés: "Sí, estamos preparándonos para la posibilidad de una segunda oleada"
C.A.

HUESCA.- Consolidado el descenso de casos la pandemia covid-19, el sistema sanitario aragonés trabaja con tres objetivos principales: localizar los nuevos casos y sus contactos para evitar difusiones masivas del virus, recuperar la actividad postergada por la urgencia asistencial que planteó el virus y preparar una situación de posible segunda oleada en otoño. De estos asuntos habla la consejera de Sanidad, Sira Repollés, quien llama a no bajar la guardia y subraya el ingente trabajo realizado por los profesionales sanitarios en estos tres meses de situación excepcional.

¿Cómo está la situación de la pandemia?

-Que estemos en la fase 3 significa que Aragón ha hecho los deberes, que hemos cumplido todas aquellas exigencias del ministerio que eran obligadas para producir una desescalada gradual. No hemos tenido ningún retraso, con lo cual las condiciones epidemiológicas han sido buenas que es lo más importante. Pero también nuestras reservas estratégicas, nuestro sistema de información y nuestra capacidad de detectar casos y contactos han sido buenos. De otra manera, no se hubiese podido producir la desescalada. Pero tenemos que ser muy cautos porque andamos por una línea roja. En estos momentos no podemos bajar la guardia. Es normal que aparezcan algunos casos, pero lo realmente importante es que seamos capaces de detectarlos a tiempo y con rapidez y sus contactos, de manera que podamos aislar los posibles brotes y que no tengamos un problema de difusión por toda la comunidad.

¿Prevén un escenario de un nuevo brote general en otoño?

-Nos tenemos que guiar por criterios epidemiológicos. Estos criterios y los análisis de datos que tenemos con respecto a las epidemias en otros virus, como el de la gripe, dicen que efectivamente existe la posibilidad de reactivación, en nuevas oleadas, en otoño. Fundamentalmente, por motivos como el clima, el inicio de la actividad en centros cerrados. No conocemos este virus, su comportamiento real, pero nos tenemos que guiar por lo que en otras ocasiones y con otros tipos de virus ha ocurrido. Tenemos que ser previsores y estar preparados para esa posibilidad.

¿Preocupa la sensación de que el peligro está conjurado?

-Como hemos pasado unas épocas tan dramáticas por la cantidad de casos y la cantidad de fallecimientos, hemos estado confinados, hemos vivido en la cercanía circunstancias tan graves, tenemos la sensación de que lo hemos superado. Hemos aprendido mucho, seremos capaces de en mejores condiciones poder vencerlo; pero en absoluto es una cosa pasada. Es normal esa sensación, entendible porque la población ha estado mucho tiempo confinada con muchas restricciones, pero en absoluto obedece a una realidad. La posibilidad de reactivación y la necesidad de tener que estar preparados están ahí.

¿Cómo se trabaja ahora de cara a esa posible reactivación una vez que la sobrecarga de trabajo se ha superado?

-Nos encontramos en una fase de recuperación de aquellas actividades o circunstancias que se quedaron abandonadas por causa del covid. En esos primeros momentos, nos tuvimos que dedicar única y exclusivamente a tratar enfermos agudos y destinar todos los recursos a este tipo de enfermos. Ahora, sin dejar de ocuparnos de los enfermos covid, que ya son menos graves, y sin dejar ninguna de las medidas que se arbitraron para evitar los contagios, como son los dobles circuitos, para enfermos covid y no covid, y la trazabilidad de estos circuitos, la desinfección de las zonas, tanto en los hospitales como en el resto de establecimientos, comerciales o de ocio; sin dejar estas medidas, sí que es verdad que estamos intentando una recuperación de aquellas actividades que se dejaron abandonadas por causa del periodo agudo del covid. Esto no significa en absoluto que esté todo pasado, como estoy indicando. Sí que nos estamos ocupando de tener preparado y previstas todas las reservas suficientes para poder atender una segunda teórica posibilidad de pandemia en la época de otoño. Con lo cual, estamos trabajando en la vuelta normalidad con muchísimas precauciones, guardando medidas de seguridad para las personas, para lo sanitarios y los hospitales, que garanticen que cualquier caso que haya ahora esté controlado. Y sí, estamos preparándonos para esa posibilidad de una segunda oleada en otoño.

El seguimiento de los posibles contagios o focos que se están dando ¿cómo se está realizando? Requiere una labor casi detectivesca para trazar los contactos y localizar posibles afectados.

-Esta labor de detección de casos y contagios recae mayoritariamente en Atención Primaria. Se han creado unos equipos compuestos por un médico, una enfermera, y en ocasiones algún personal más de Salud Pública, que son los encargados de la detección de casos, del control de los contactos, la realización de las pruebas y el control de la sintomatología de los contactos. Estos equipos, que se han arbitrado por todo el territorio, se van a mantener al menos hasta que tengamos una vacuna o que el virus ya no nos vaya a afectar en ninguna de sus formas. Respecto a la labor de seguimiento de casos y sus contactos, esa labor detectivesca, tengo que decir con orgullo que lo ideal es hacerlo como lo hacemos en España, con una red sanitaria de Atención Primaria. Porque, realmente, quien está adiestrado y preparado para conseguir un seguimiento efectivo de los contactos y de la sintomatología es el personal sanitario. Tenemos la suerte en España de tener una red de Atención Primaria muy potente que nos permite realizar esas labores con el personal mejor adiestrado. En otros países han tenido que utilizar personas de otra índole, personal administrativo e incluso personas especializadas en seguimiento de otro tipo de circunstancia para realizar unas labores que en España hacemos con garantías con personal sanitario.

¿Es necesario una reestructuración del sistema por si se repiten pandemias como la actual, con nuevos virus?

-La situación del covid es de absoluta excepcionalidad. No es previsible que al menos en este siglo nos encontremos con una situación parecida. Nos ha obligado a arbitrar una serie de sistemas y, en tiempo récord, a modificar una serie de estructuras que ya teníamos muy potentes en Atención Primaria para poder adaptarla a las necesidades sanitarias de esta situación: una atención rápida, cercana y con carácter de flexibilidad para todos los habitantes de Aragón era una prioridad ya antes de existir la epidemia covid. Pero obligadamente, la pandemia nos ha hecho reaccionar en tiempo récord y realizar este tipo de modificaciones probablemente mucho antes de que lo hubiéramos hecho en las anteriores circunstancias. En los equipos de Atención Primaria, los contratos se van a mantener, insisto, mientras duren las posibilidades de contagio. Y si (el virus) ha venido para quedarse entonces es muy posible que en esto, como en otras muchas circunstancias a las que nos ha obligado la pandemia, sean mejoras que hayan venido para quedarse.

El sistema sanitario va a tener que afrontar ahora problemas derivados de la urgencia de atender la pandemia. Tanto el incremento de las listas de espera como patologías que hayan quedado sin diagnosticar o agravadas por la covid.

- La epidemia del covid irrumpió en nuestra vida y en la sanidad pública de forma abrupta y en un primer momento no tuvimos más remedio, como era nuestra obligación, que destinar todos nuestros recursos, humanos y materiales en la atención de los enfermos graves. Pero esto inevitablemente hizo que algunas de las patologías que eran prevalentes se dejaran no abandonadas sino retrasadas en su asistencia y en su atención. Estas patologías (como pueden ser listas de espera quirúrgicas de patologías no urgentes o patologías no oncológicas, como el tratamiento a los enfermos crónicos, el tratamiento en los programas de vacunación u otra serie de circunstancias como la rehabilitación) se quedaron retrasadas porque obligaba, por supuestísimo, a destinar la capacidad asistencial a otras situaciones. Ahora, estas patologías están aflorando y tenemos necesariamente que abordarlas. Y no solo estas, sino también las nuevas patologías que aparecerán a partir de ahora y en lo sucesivo como consecuencia de la pandemia, como pueden ser las psiquiátricas, ya no solamente en las personas que han estado confinadas, sino en los médicos y el personal sanitario -que ha estado sometido a mucho estrés- e incluso también patologías como pueden ser las derivadas de las desigualdades sociales por la crisis económica que estamos viviendo.

Tendremos que adaptarnos a estas nuevas circunstancias, tendremos que abordar todo tal y como venga y ofrecer soluciones. Primero, las que hemos considerado que son efectivas para la solución de las listas de espera tal y como hemos hecho en otros años con muy buenos resultados. Y también otras soluciones más estructurales o más nuevas, dedicadas al tratamiento de estas nuevas patologías; y poco a poco, ir retomando la actividad en todas aquellas circunstancias que tuvimos que abandonar. En la medicina preventiva, los enfermos crónicos y las vacunaciones se están retomando. Otra serie de patologías y en rehabilitación, poco a poco, tendremos que ir abordándolas con una priorización exhaustiva; pero desde luego, teniendo en cuenta que todas estas patologías tienen que ser atendidas.

¿Será necesario refuerzo de personal ¿Cómo se afrontará sin caen los ingresos en la administración?

-No hemos escatimado en recursos humanos ni materiales. De hecho, en recursos humanos se ha procedido a más contrataciones que nunca. En equipos de atención primaria, 105 enfermeras y 78 médicos; más todos los residentes que han acabado la especialidad y a los que se ha ofrecido un puesto de trabajo por un tiempo de un año o dos años sin dependencia del hospital. En cuanto a recursos materiales, tampoco se está haciendo ninguna restricción. Podemos contar ya con horarios de mañana y de tarde en quirófanos, con conciertos incluso con otras clínicas, bien la MAZ o el Hospital General de la Defensa, que son públicos, o con entes privados para poder disponer de todas las infraestructuras sanitarias y recursos humanos necesarios para poder abordar ese aluvión de listas de espera, no solo quirúrgicas sino de pruebas diagnósticas o clínicas. En eso estamos. Evidentemente, no tenemos un horizonte claro porque no sabemos exactamente si vamos a poder disponer de fondos europeos o de fondos a nivel nacional que nos ayuden en esta misión, pero es nuestra obligación en este momento abordarlo así.

¿Se va resentir el presupuesto para inversiones?

-Lo que tenemos en infraestructuras se podrá utilizar, aunque con bastante dificultades. Por ejemplo, el objetivo para las Urgencias del Hospital de San Jorge es iniciarlas este año y, en esta obra de gran calado que está presupuestada, el horizonte es que a lo largo del año que viene estén terminadas o incluso al año siguiente. Ya digo que tanto las inversiones en infraestructuras, como en personal, como de medios y tecnologías, tienen que ser en estos momentos pensadas a medio-largo plazo no a corto plazo. También tenemos otras inversiones pendientes que no creo que se tengan que ver muy afectadas por la pandemia. Pero es cierto que la crisis económica nos va a salpicar en todos los aspectos, con lo cual algunos habrá que priorizarlos y otros, demorarlos.

¿Hay que cambiar el modelo de gestión y atención sanitaria en las residencias de mayores visto lo ocurrido?

-En Aragón, la mortalidad, el número de fallecimientos más llamativo ha sido en las residencias. Tengamos en cuenta que Aragón es la región de España que más residencias de ancianos tiene. Tenemos cinco veces menos población que Madrid y tenemos la mitad de las residencias que tiene Madrid. Nos da una idea del volumen de gente mayor que tenemos institucionalizada y también de nuestra pirámide poblacional, con población muy envejecida. Esto ha hecho que, efectivamente, la mortalidad en Aragón haya afectado sobre todo a estos colectivos y nos haya hecho replantearnos a lo mejor el modelo de atención sanitaria en las residencias. Como de todo lo malo siempre tienes que sacar alguna oportunidad, creo que es el momento idóneo para -conjuntamente con servicios sociales- replantearnos el modelo de atención sanitaria en las residencias y fijarnos en la gran gestión que han realizado los servicios de Atención Primaria, los de seguimiento y las residencias intermedias que han posibilitado gestionar los casos en las residencias de manera eficaz.

"PENSÉ QUE EN UNA SITUACIÓN DE EXCEPCIONALIDAD PODÍA APORTAR MI VISIÓN DE PRIMERA LÍNEA"

La consejera de Sanidad subrayó en su discurso de toma de posesión, el 14 de mayo, su compromiso con su profesión y sus compañeros, pero advirtió de que, sin perder de vista esta perspectiva, su cometido ahora es gestionar el sistema sanitario aragonés al que quiere aportar su visión "de primera línea". "Soy mujer, ginecólogo y ahora consejera de Sanidad; así en ese orden", señala en la entrevista con este Diario. "Soy amante de mi profesión; me encanta ser ginecólogo, me encanta tratar con los pacientes, me siento muy identificada, disfruto mucho con mi profesión y no tengo ninguna duda de que hubiese dado todo lo posible, igual que el resto de mis compañeros, por no haber tenido que sufrir estas circunstancias", señaló en referencia a la pandemia.

"Era reivindicativa en ese momento como todos mis compañeros porque estábamos en una situación de emergencia y no quiero decir en absoluto que dejásemos de hacer y de atender lo que era nuestra obligación", apunta respecto a las demandas de los profesionales sobre medidas de protección frente a la covid. "Hicimos en todo momento lo que era nuestra obligación y tuvimos un compromiso absoluto en este sentido", subraya.

De hecho, rechazó en primera instancia la oferta de ser consejera "porque me sentía identificada con los compañeros". "Posteriormente, recapacité y pensé que era una situación de excepcionalidad, que podía aportar mis visión de primera línea y que por responsabilidad social en este momento debía estar aquí, aunque solo fuera para dar una visión diferente de lo que se estaba viviendo en esos momentos". "Lo que lamentaría mucho y me pesaría mucho es perder esa perspectiva de dónde vengo y lo que soy, un facultativo", apunta. "Pero ahora, mis responsabilidades son otras e intento afrontarlas con fuerza e ilusión para intentar que todos juntos vayamos adelante, toda la sanidad, desde los que estamos en primera línea a todos los puestos directivos, en los cuales, me consta que ha sido una gestión impecable y con un esfuerzo igual, si no superior a la de los facultativos en primera línea". "Cada uno en su justa medida y su papel, todos muy necesarios en este tiempo".