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UNIVERSIDAD

Unizar tiene una situación saneada pero padece de alta temporalidad entre los docentes

Este hecho supone un incumplimiento de la Ley Orgánica de Universidades que establece en un 40% el máximo permitido de personal docente temporal

Unizar tiene una situación saneada pero padece de alta temporalidad entre los docentes
Unizar tiene una situación saneada pero padece de alta temporalidad entre los docentes
R.G.

ZARAGOZA.- La Cámara de Cuentas de Aragón ha hecho público el informe de fiscalización de las cuentas de la Universidad de Zaragoza de 2018, del que se desprende que las finanzas de la institución están saneadas, pero a la vez sufre de una alta temporalidad entre los docentes, con un porcentaje del 44,9 por ciento. En 2018 la Universidad de Zaragoza gastó 261 millones de euros e ingresó 269. La principal fuente de financiación fueron las transferencias del Gobierno de Aragón, por importe de 188 millones de euros, con un incremento del 5,5 % con respecto a 2017.

Los ingresos por precios académicos ascendieron a 51 millones de euros, lo que representa el 13 % del total de los ingresos del presupuesto. En el capítulo de gastos, el de personal es el más abultado, con 205 millones de euros (el 78 %), que incluye el gasto del personal investigador. En los últimos diez años, según revela el informe, ha habido una "evolución creciente" del personal laboral y un retroceso del funcionariado, especialmente entre los docentes.

A 31 de diciembre de 2018 los trabajadores de la Universidad de Zaragoza eran 6.013, un 10 % más que hace una década. Desde 2011, el personal docente funcionario ha disminuido un 12 % y se sitúa en 1.458 efectivos, mientras que el personal docente laboral (profesores contratados, asociados y otros) se ha incrementado el 25 % y llega a las 2.220 personas.

Pero entre el personal docente e investigador (PDI) los contratados temporales representan el 91 % del total, hasta llegar a 2.595 personas: 1.390 personal laboral docente temporal, 621 investigadores y 584 profesores asociados en ciencias de la salud. En el Personal de Administración y Servicios (PAS), los funcionarios interinos ascienden a 575 y representan el 37,2 % del total. Este colectivo se ha incrementado un 40 % desde el año 2011.

Según el informe, esta alta temporalidad es problemática entre el personal docente, ya que los profesores con contrato laboral temporal (excluidos profesores colaboradores y eméritos, profesores asociados en ciencias de la salud e investigadores) representan el 44,9 % del total (1.390 personas).

Este hecho supone un incumplimiento de la Ley Orgánica de Universidades que en su artículo 48 establece que el personal docente temporal no podrá superar el 40 % de la plantilla docente. La auditoría concluye que las cuentas de la Universidad de Zaragoza reflejan fielmente la imagen de su patrimonio, su situación financiera y sus resultados económicos y presupuestarios, pero recoge incumplimientos e incorrecciones y realiza una serie de recomendaciones, especialmente relacionadas con esta temporalidad del personal.

Respecto a la gestión de los colegios mayores y residencias, las pruebas de auditoría han resultado, con carácter general, satisfactorias, si bien la Cámara recomienda un mayor esfuerzo de coordinación y control de la gestión por parte de la gerencia de la Universidad mediante instrucciones y manuales de actuación, ya que no consta que se haya realizado ningún control específico sobre la gestión de ingresos de colegios y residencias.

En relación con los estudios propios, de los que se han fiscalizado tres al azar, la Cámara de Cuentas concluye que sus ingresos están siempre muy por encima de las obligaciones de gasto, aunque este superávit no tiene reflejo en una ampliación de las actividades y marco de los estudios o en una rebaja de los precios para adecuarlos a su coste.

La Cámara de Cuentas valora que la Universidad de Zaragoza haya implantado muchas de las recomendaciones formuladas en auditorías anteriores, pero recuerda que aún están pendientes otras importantes, como el control y registro de los ingresos finalistas que han de aplicarse a un gasto concreto, la regularización del inventario y, en términos más generales, el refuerzo material y humano de su Unidad de Control Interno.