Aragón

ALTO ARAGÓN - COLABORAN: DIPUTACIÓN DE HUESCA Y CAJA RURAL DE ARAGÓN

Rodellar, ahí donde hay que darse la vuelta o dejarse llevar por la corriente

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Rodellar, ahí donde hay que darse la vuelta o dejarse llevar por la corriente
Rodellar, ahí donde hay que darse la vuelta o dejarse llevar por la corriente
S.E.

HUESCA.- Una vez que se llega a la plaza Os Estalentaus ahí se acaba o empieza todo, según se mire. Sí, no hay otra que se llame igual, solo puede ser Rodellar. Ya no hay carretera más allá, pero da igual, se encuentra ya dentro del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, el único protegido en Aragón que tiene pueblos en su interior. Ante los ojos del visitante se despliega un paisaje de excepcional belleza que esconde entre sus cañones y en sus rutas de escalada muchas opciones para gozar. Ahí es donde comienza todo. Y en esa "reserva" hay vecinos.

Ahí es donde empezaron de cero los primeros franceses que vieron el potencial turístico de la zona y donde Pepe Serena, de Barbastro, mirando a su alrededor entre lance y lance con la caña de pescar, se decidió a montar un camping en torno a 1990, cuando se creó el Parque Natural, precisamente porque se percató de que cada vez llegaban más turistas de Francia. Hasta entonces, tenía un almacén de material de construcción en la ciudad del Vero. Y su mujer, Fina Cortés, y el resto de su familia le siguieron.

Ahora tres generaciones residen en esta localidad de menos de 40 habitantes. Pero "es muy difícil vivir aquí, porque la gente se asienta en función de la demanda de trabajadores de los establecimientos. Para lo bueno y para lo malo, estamos aislados", dice su hija Patricia, que hace diez años dejó Barcelona para fijar su residencia en Rodellar, donde cría a su hijo de 6 años, Pau. "Encontrar vivienda es muy complicado y los servicios son muy limitados. Tenemos internet desde hace unos años pero a veces no funciona. Son los problemas de la España vacía", indica. "La carretera es mala y también eso tiene encanto porque cuesta llegar. Ahora con la tranquilidad ves ginetas u otros animales...", resalta. Esta primavera, además, luce espectacular.

Son cuatro hermanos y, además de ella, también se han quedado en el pueblo para impulsar sus proyectos turísticos Lucía y Tomás. Ninguno estudió ni se dedicaba al turismo, dice Patricia, que antes trabajaba en el sector de la publicidad. "Hemos sido todos autodidactas", indica. "Veíamos que cada vez había más demanda y hace 10 años los tres hermanos decidimos hacer un aparthotel", comenta.

Rodellar llegó a quedarse prácticamente deshabitado y fue la actividad turística en torno a los barrancos de Guara la que recuperó parte de la población. Nunca llegó a irse la familia de Florentino Moncasi, que mantuvo el único bar abierto durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX. Y ahí sigue.

A ellos se han sumado muchos otros emprendedores que poco a poco han echado raíces, como una pareja que montó una empresa de aventura. Ya llevan unos años, sus hijos han nacido allí y van a la escuela de Bierge con el hijo de Patricia y la hija de una trabajadora de la familia Serena.

Ahora, hay 43 empadronados, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), frente a los 25 con los que inició el siglo, y aunque hace pocos años superaban los 50, esa progresión se echa en falta en muchos otros pueblos.

Pasan de 40 habitantes en invierno a 3.000 en verano. Y este año, aunque la pandemia ha condicionado el arranque de la campaña de barrancos, se prevé una buena temporada estival, aunque todo dependerá de cómo evolucionen los brotes que han surgido en el sur de la zona oriental de la provincia. "Estas dos últimas semanas han aumentado mucho las reservas, desde que se anunció que Francia podía viajar", indica. Sin embargo, "hoy -por este martes- llamaban para cancelar", comentaba en alusión a la repercusión que el retroceso del Bajo Cinca, La Litera y Cinca Medio a la fase 2 había tenido.

DESDE JAPÓN O AMÉRICA PARA ESCALAR

Pero no solo llegan de Francia, sino que cada año reciben a más japoneses o americanos, por ejemplo. "Además del barranquismo, es una zona famosa de escalada, cualquier escalador conoce Rodellar. Pero también llega cada vez más gente por el senderismo, la BTT y el paisaje", indica. Ofrece badinas, zonas encañonadas... es "una zona privilegiada".

No obstante, sus establecimientos lucen ya el distintivo "Hostelería Segura", impulsado por la Confederación de Hostelería de España y la Confederación de Hoteles y Alojamientos de España, que gestiona la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo. "En primer lugar, para saber cómo hacerlo y porque tienes que dar unas garantías. Aquí no entra nadie sin mascarilla y se mantienen las distancias de seguridad", indica Patricia Serena. De hecho, resalta como una ventaja que en un apartamento o en un bungaló, no es necesario relacionarse con nadie y, con las posibilidades que ofrece Guara, "puedes hacer una excursión y no encontrarte a ninguna persona por el camino". En este sentido, se plantea que en los meses de julio y agosto, cuando crece la afluencia, se tendrá que aumentar la distancia entre grupos en los barrancos.

¿Y dónde se meten 3.000 turistas? La familia Serena comenzó con el camping "El puente", donde ofrecen 90 parcelas y 20 bungalós, pero además hace diez años apostó por construir el Aparthotel "Valle de Rodellar" con 32 apartamentos, dos ocupados por la familia, y el resto para alquilar. Al mismo tiempo, Tomás Serena es escalador y trabaja con su mujer Julieta Montoya, guía de barrancos y escalada, en la empresa Rodellar Aventura. Cuentan con una plantilla de 10 personas en la época baja, mientras que en los meses de julio y agosto llegan a ser 40. En todos sus establecimientos, tienen bar, restaurante y tienda, ya que no hay en la localidad. Pero en Rodellar hay otro camping, un refugio y dos empresas más de aventura. "Todo el mundo vive del turismo", asegura. Y, además, "es dificilísimo vivir aquí porque no hay casas a la venta", indica. Sus trabajadores se alojan en el camping y, a veces, en los apartamentos. Con todo, no hacen un llamamiento a que llegue más gente como en otros lugares, ya que es parte de su encanto.

Y si se sucede: imprescindible llegar con talento, y ahora con las medidas extra de prevención frente a la covid-19, porque la belleza del entorno puede hacer perder el sentido. Si ha entendido la palabra "estalentaus" (sin talento), es posible que no sea de muy lejos pero, no crean, que japoneses, americanos o australianos son cada vez más habituales y están muy familiarizados con Guara.