Aragón descarta confinamientos si no hay un cambio “radical”

ZARAGOZA.- Mientras la comarca leridana del Segrià, colindante con tres comarcas altoaragonesas (Bajo Cinca, Litera y Ribargoza), vivía ayer su segundo día de reconfinamiento por los rebrotes de coronavirus, el Gobierno de Aragón informaba de que la situación epidemiológica de las cuatro comarcas que retrocedieron a fase 2 "indican que la decisión fue acertada, en el momento acertado y proporcional a la situación epidemiológica" que había.

La DGA, que días atrás había dicho que este fin de semana sería "determinante" para las comarcas aragonesas en fase 2 (Bajo Cinca, Cinca Medio y Litera en la provincia de Huesca y Bajo Aragón-Caspe en la de Zaragoza), también señaló ayer que los resultados de esta medida "han sido los esperados". "Estamos evolucionando bien y, salvo que la situación cambiara de forma radical, no nos planteamos ninguna otra medida restrictiva".

El Ejecutivo autonómico recalcó que el retroceso a fase 2 tuvo como finalidad "evitar la transmisión comunitaria" y afirmó que esta medida "no es equiparable a un confinamiento", que es la decisión que ha tomado la Generalitat para la comarca del Segrià.

Incidencias mínimas en el segundo día

El confinamiento del Segrià decretado el sábado por el Govern apenas alteró las rutinas de los leridanos en su primer domingo sin poder franquear las fronteras de su comarca, custodiadas por un amplio despliegue policial con 25 puntos de control donde las incidencias han sido mínimas.

Con algunos establecimientos de restauración abiertos y permiso para reuniones de más de diez personas, la mayoría de vecinos del Segrià optó por pasar un fin de semana tranquilo sin palpar las nuevas restricciones impuestas por el Govern, más allá de la mayor presencia policial para garantizar el uso de mascarillas y la distancia social.

No obstante, la nueva situación hizo mella en los establecimientos comerciales, puesto en que en el primer domingo de rebajas en el que podían abrir, la mayoría optó por no hacerlo y en el Eje comercial de la capital leridana la actividad fue mínima.

El despliegue policial fue más visible en los límites de la comarca, donde desde el sábado cerca de 200 mossos d"esquadra blindan las carreteras de acceso para que nadie se salte el confinamiento, lo que está sancionado con multas de entre 100 y 600 euros.

A lo largo del fin de semana imperó la tranquilidad en los controles de los Mossos, que regularon la circulación en los accesos, sin incidencias destacables aunque con la formación de algunas colas de vehículos, una situación que hoy se pondrá a prueba con el primer día laborable de confinamiento y el previsible aumento des desplazamientos por motivos de trabajo.

El confinamiento llevó de vuelta a casa a buena parte de los leridanos que estaban de turismo o en segundas residencias, principalmente en el Pirineo y la Costa Dorada.

La preocupación por la propagación de la covid-19 regresó, no obstante, a los vecinos de la comarca que, sin llegar a revivir los momentos álgidos de la cuarentena, vuelven a seguir con atención el recuento de las cifras de positivos: 140 en un día, casi la mitad de los 295 diagnosticados en toda Cataluña.

Los que sí vuelven a revivir la estricta cuarentena son las personas mayores de las residencias y sus familiares, con las visitas vetadas, mientras los colectivos de riesgo extreman.

CASI MEDIO CENTENAR DE INGRESADOS EN LÉRIDA

Los centros sanitarios de Lérida suman ya 49 pacientes hospitalizados por coronavirus, seis de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Arnau de Vilanova.

Según datos del Departamento catalán de Salud, en el Arnau de Vilanova, centro de referencia del Segrià y alrededores -como la zona oriental del Alto Aragón-, son 33 los pacientes ingresados con covid-19, 6 de ellos en la UCI. Otros 16 han sido desviados a clínicas privadas. En el Hospital Universitari de Santa Maria (HUSM), otro de los centros públicos de referencia de la zona, no ha ingresado ninguno.

El viernes se instalaron carpas junto al Arnau de Vilanova como sala de espera de urgencias, donde estarán los pacientes con síntomas sospechosos mientras esperan las pruebas.