Aragón

ALTO ARAGÓN - REBROTES DE CORONAVIRUS

Las comarcas orientales miran con "inquietud" hacia Lérida

Cinca Medio, Bajo Cinca y La Litera aseguran que sus focos están controlados

Las comarcas orientales miran con "inquietud" hacia Lérida
Las comarcas orientales miran con "inquietud" hacia Lérida
R.G.

HUESCA.- Alcaldes y presidentes comarcales del Cinca Medio, Bajo Cinca y La Litera esperan que la desescalada esté un poco más cerca de estos territorios a partir de este lunes. Aunque recalcan que en estas tres comarcas de la zona oriental los focos están "controlados" y "estables" reconocen que miran con "inquietud" hacia Lérida, provincia limítrofe donde no cesan las confirmaciones de nuevos casos. Algunos dirigentes proponen en esta línea que se intensifiquen los test en las zonas con empresas hortofrutícolas y que se limiten todavía más los movimientos de población para evitar nuevos contagios de la covid-19.

Tras la reunión telemática celebrada este viernes con la DGA, estas zonas del Alto Aragón afectadas por rebrotes, originados por contagios localizados en explotaciones agrícolas, están a la espera de que los datos del fin de semana muestren una tendencia a la baja en el número de casos que permita volver a alcanzar una "nueva normalidad" que apenas les duró unas horas. Y es que, una vez que finalizó el estado de alarma el pasado 21 de junio, al día siguiente Sanidad se vio obligada a imponer la Fase 2 en estos territorios por la aparición de diversos focos. La medida ha permitido controlar la situación, pero también ha tenido efectos colaterales desde el punto de vista económico y social.

El alcalde de Monzón, Isaac Claver, comenta que en esta localidad, hasta la fecha, la situación está "estable" y "controlada". "Los primeros positivos han salido ya de la cuarentena y, en general, la sensación es que se ha hecho una gran labor tanto ciudadana como por parte del Ayuntamiento en cuanto a tareas de limpieza, desinfección y de concienciación para el uso de la mascarilla o de mantener el distanciamiento social", detalla.

Respecto a la repercusión económica de los rebrotes y de las medidas tomadas al regresar a la fase 2 plantea que ha implicado "un retroceso en el avance que veníamos experimentando. Estábamos preparados para la "nueva normalidad" y este retroceso ha afectado a la hostelería, al comercio local y al sector servicios". "No hay que olvidar que fuimos uno de los primeros focos que surgió en toda España y se ha tendido a desprestigiar, en cierta manera, a nuestras comarcas de Aragón, por lo que esta situación ha tenido un impacto negativo para la economía local", reconoce.

Cuando mira a la provincia vecina de Lérida, donde los contagios y los ingresos hospitalarios a causa de la covid-19 no paran de crecer, Isaac Claver siente "cierto respeto". "Nosotros la verdad es que hemos actuado mucho antes, y podemos decir que a día de hoy estamos en condiciones de avanzar, siempre y cuando Salud Pública así lo determine", manifiesta.

Por otro lado, los vecinos del Bajo Cinca ven con más "inquietud" la situación en el Segrià que en su propia comarca, donde parece que se va normalizando, poco a poco. "La cosa está bastante mejor que hace unas semanas. Los positivos van disminuyendo y parece que todo se va normalizando, aunque nunca debemos bajar la guardia", comenta Marco Antonio Ibarz, presidente de la Comarca del Bajo Cinca y alcalde de Zaidín, localidad en la que la empresa La Espesa, afectada por un rebrote importante, ha vuelto a la actividad frutera.

La sensación generalizada es que la vuelta a la fase 2 apenas se ha notado en la actividad económica, comercial o en la social, con aforos bastante laxos en las terrazas de los bares, aunque Policía Local y Guardia Civil controlan que no haya excesos.

El confinamiento perimetral del Segrià tampoco ha tenido demasiada incidencia ya que la mayor parte de los movimientos diarios son por trabajo y en ambos sentidos. El comercio de Fraga sí lo ha notado y, también en un doble efecto: positivo y negativo. "Es verdad que algunos comercios echan en falta a sus clientes de poblaciones leridanas próximas, que acostumbran a comprar en Fraga, pero también es verdad que muchos fragatinos que suelen ir a comprar a Lérida, ahora no pueden hacerlo y consumen más aquí", comenta Gustavo Quibus, presidente de la Asociación de Comercio y Servicios de Fraga y Comarca, propietario de un establecimiento en Fraga y otro, recién abierto, en Lérida.

El alcalde de Binéfar, Alfonso Adán, señala, por su parte que el comercio y la hostelería de la capital literana estaban teniendo "bastantes buenas facturaciones" antes de regresar a la fase 2, "que ha retraído un poco a la gente a la hora de salir. Se va funcionando, pero los miedos sanitarios siguen existiendo entre la población".

Asimismo, expone que los resultados sanitarios de La Litera son "muy buenos" gracias al gran trabajo realizado en la comarca, lo que puede favorecer la llegada de la esperada "nueva normalidad". "La sensación que tenemos es que el foco está controlado y muy aislado. El riesgo que tenemos es que al estar tan cerca de Lérida pueden venir trabajadores procedentes de la provincia catalana, donde creo que han reaccionado un poco tarde. Es un problema de tránsito de personas", señala Alfonso Adán.

En esta línea indica que en La Litera existe "poco temporero", pero plantea que, en su opinión, "las administraciones deberían de haber dotado con más recursos a los empresarios del campo, por ejemplo habilitando alojamientos para estos trabajadores, porque daba la sensación de que se veía venir esta situación".

Finalmente, valora que "si es viable y así lo considera Salud Pública, hay que salir cuanto antes de la fase 2, pero tiene que haber muchísimo control tanto del Salud como de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para evitar la movilidad de personas".